𝘚𝘛𝘙𝘈𝘕𝘎𝘌R 𝘓𝘖𝘝𝘌 ❤️ SUNKI

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Sunghoon apenas prestaba atención a las fórmulas que el profesor dibujaba en el pizarrón. Las palabras se difuminaban ante sus ojos, su mente atrapada entre la lección y la inquietante presencia de Niki a su lado. La luz natural que inundaba el aula parecía hacer más claustrofóbico el espacio, intensificando su distracción.

No entendía por qué Niki había decidido acompañarlo sin previo aviso. Observó de reojo cómo Niki deslizaba sus dedos por la pantalla de su teléfono, completamente ajeno a lo que sucedía a su alrededor. La envidia y el recelo se filtraban en las miradas y murmullos de los compañeros de Sunghoon, quienes no comprendían por qué alguien tan popular se relacionaba con él.

El reloj en la pared marcaba el paso del tiempo, cada tic resonando con la impaciencia creciente de Sunghoon. Finalmente, cuando la clase terminó, Niki aún no había pronunciado una palabra. Sunghoon, frustrado, sabía que nadie se le acercaba sin una razón concreta. Mientras los demás estudiantes abandonaban el aula, Sunghoon decidió enfrentar a Niki. Se levantó con determinación, sintiendo el peso de la confrontación inminente.

—¿Por qué estás aquí? —preguntó Sunghoon, frunciendo el ceño mientras intentaba captar la atención de Niki, que seguía absorto en su teléfono.

Niki levantó la vista, molesto, y apartó la mano de Sunghoon que lo sujetaba del hombro. Se recostó en el respaldo de la silla, cerrando los ojos. La atmósfera en el aula desierta del segundo piso, bañada por las sombras del mediodía, se llenó de tensión mientras Sunghoon lo miraba fijamente.

—No tenía nada que hacer —respondió Niki con simpleza, pero sus ojos delataban una tensión oculta.

—No soy un idiota. Sé que quieres algo de mí —replicó Sunghoon, irritado por la actitud misteriosa de Niki.

Niki lo miró fijamente, intentando intimidarlo, pero Sunghoon evitaba su mirada. La presión del silencio se volvió insoportable hasta que Niki rompió el hielo.

—Dejaste de tomar tutorías de un día para otro —añadió, tomando por sorpresa a Sunghoon, que trató de esconder su reacción, aunque Niki lo notó—. Eso me parece raro porque querías acercarte a Heeseung.

Sunghoon suspiró, sintiéndose atrapado. Había estado tan entusiasmado de conocer a Heeseung que no notó los detalles durante los momentos que compartieron. Había sido un tonto. Deseaba que Heeseung le hablara después de su rechazo, pero se dio cuenta de que Lee no era alguien que perdiera su orgullo. Después de eso, no volvieron a intercambiar mensajes, y un bufido se le escapó al recordarlo.

—Si querías hablar de mí, podrías haber mandado un mensaje —respondió Sunghoon con tono molesto—. No tengo tiempo y necesito almorzar. Tengo que concentrarme en pasar la materia pendiente.

Sunghoon se excusó. No deseaba pensar en sus sentimientos y prefería leer alguna novela de amor, pero revivir el romance le parecía patético. Niki no se tragó aquellas palabras y se encogió de hombros.

—Si es así, ¿no tendrías problema en pedirle a Heeseung que me acepte en su club?

Sunghoon se detuvo en seco antes de llegar a las escaleras con el ceño fruncido. Niki sonrió de manera triunfante al ver su reacción, aunque Sunghoon quería ocultar el desastre de sus sentimientos. Sabía que Niki era serio cuando deseaba algo; lo buscaría hasta encontrarlo, aunque tuviera que cavar bajo el mar y la tierra. Sunghoon bajó la velocidad de sus pasos, resignado a caminar junto a Niki.

—Intenté unirme —comentó con malestar—, pero Taehyun me dijo que no había cupos y como sabes... —Sunghoon asintió con una sonrisa baja casi queriendo reírse, y Niki le dio un golpe suave en el hombro de manera juguetona—. Bueno, le estuve diciendo y me dijo que fuera con Lee y lo convenciera, así que mi única opción fuiste tú.