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Cinco años después 22 de septiembre...

—¡Felicidades a todos los graduados! —exclamó Moka, apoyándose en el umbral de la puerta con las manos en las rodillas. Su respiración era pesada, pero no por eso su sonrisa perdió fuerza. Las gotas de sudor perlaban su frente mientras sus ojos brillaban con satisfacción—. ¡Y que la vida les de color! ¡Vamos a celebrar!

Las voces explotaron en una mezcla de risas y exclamaciones de alivio. El bullicio llenó el ambiente en un instante, como si todo el cansancio acumulado se desvaneciera de golpe. Sunoo, quien hasta ese momento había estado concentrado en todo lo que decían. Sus dedos se deslizaron por el lazo de su birrete antes de aventarlo hacia el aire junto a los demás sintiendo una extraña calma invadiendo su pecho. Todo había salido bien. Los preparativos, las largas noches y las prácticas habían valido la pena. Podía permitirse, por fin, respirar tranquilo.

A su alrededor, los demás se preparaban para ir al restaurante Moon, donde los participantes y sus padres esperaban para la celebración. Las voces de sus amigos llenaban el espacio con planes y bromas sobre cómo disfrutarían de la noche. Sin embargo, algo en Niki, que permanecía a su lado, denotaba una falta de entusiasmo que no pasó desapercibida para Sunoo. Mientras el bullicio aumentaba a su alrededor, Niki permanecía en silencio, con los brazos cruzados sobre el pecho y la mirada fija en algún punto lejano, como si estuviera sumido en sus pensamientos.

—¿Quieres ir? —La voz de Niki rompió el hilo de sus pensamientos, tan suave y cercana que Sunoo se sobresaltó. Los ojos de Niki brillaban con una mezcla de expectativa y una chispa de algo más, algo que Sunoo no lograba interpretar del todo.

Sunoo dudó un segundo, sus dedos jugueteando de manera inconsciente con el borde de su camiseta. No quería ir. Las multitudes lo ponían nervioso, y aunque sabía que era una ocasión para relajarse y disfrutar, no podía evitar sentirse incómodo. Y Niki... parecía entenderlo. Alzó la mirada lentamente, sus ojos encontrando los de Niki, quien mantenía esa expresión tranquila pero cargada de una calidez que lo hacía sentir seguro.

—No —susurró, bajando la mirada de nuevo. El calor de la mano de Niki envolvió la suya, un gesto simple, pero que siempre lograba hacer que su corazón latiera un poco más rápido. Esa conexión que sentía con él, tan natural, tan cómoda, era lo que lo mantenía en equilibrio.

Niki sonrió, una sonrisa ligera, casi imperceptible para cualquiera que no lo conociera bien, pero para Sunoo, significaba mucho más. Esa pequeña curvatura en sus labios siempre lograba disipar cualquier duda o preocupación que lo consumiera.

—Entonces, ven. —Con esa simple frase, Niki lo tomó de la mano con suavidad pero con firmeza, tirando de él antes de que Sunoo tuviera tiempo de procesar lo que estaba sucediendo. Ambos salieron corriendo por el pasillo, las risas de Niki resonando en el aire, mezclándose con el eco de sus pisadas apresuradas.

La brisa nocturna les golpeó el rostro en cuanto salieron al exterior, trayendo consigo un aire fresco que contrastaba con el calor de sus cuerpos. El cielo oscuro se extendía sobre ellos, salpicado de estrellas que titilaban con timidez. Sunoo entrecerró los ojos, respirando el aire con fuerza mientras apretaba un poco más la mano de Niki, que seguía sujetándolo con la misma energía despreocupada.

Los faroles, dispuestos a lo largo del camino, proyectaban una luz tenue y cálida, creando sombras alargadas que danzaban a su alrededor. El cabello de Niki ondeaba al viento, sus mechones oscuros capturando la luz de los faroles, haciéndolo parecer casi etéreo. Sunoo lo observó de reojo, incapaz de evitar sentir cómo su pecho se llenaba de una sensación de plenitud, como si todo lo que necesitara en ese momento estuviera justo allí, junto a él.

El camino hacia la playa se abrió frente a ellos. El sonido del mar golpeando suavemente la orilla los envolvía cada vez más mientras descendían por las escaleras de madera que llevaban a la arena. El aroma salino llenaba el aire, envolviéndolos en una atmósfera cálida y nostálgica.

𝘚𝘛𝘙𝘈𝘕𝘎𝘌R 𝘓𝘖𝘝𝘌 ❤️ SUNKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora