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Yeonjun hizo un ademán de despedida, su mano moviéndose lentamente en el aire mientras se alejaba. Su rostro estaba marcado por una tristeza profunda, y sus palabras habían dejado una herida abierta que Niki no podía ignorar. Confundido y atrapado en un momento sombrío donde Niki luchaba por encontrar su lugar en medio de las preguntas sin respuestas. Los compañeros de clase permanecían estupefactos, sus miradas fijas en el suelo, incapaces de articular el asombro que sentían. Soobin, visiblemente frustrado, dejó escapar un gruñido bajo, la tensión palpable en su postura.

—Lo siento mucho. No sabía que mi pareja estaba involucrado en esto —se disculpó Soobin, su voz temblando mientras se precipitaba a salir del lugar.

Beomgyu se acercó con rapidez, sus ojos escudriñando las heridas de Niki con una preocupación palpable. La sangre que manchaba la ropa de Niki era un indicio claro de la gravedad de la situación, y sus manos temblaban mientras intentaba ofrecer ayuda.

—¿Qué podemos hacer por ti, Niki? —preguntó Beomgyu, su voz cargada de urgencia y una preocupación sincera—. Estás perdiendo mucha sangre.

Niki respondió con una sonrisa débil, una mezcla de gratitud. Asintió en silencio, reconociendo que sus amigos entendían la gravedad de la situación sin necesidad de más palabras.

—Nos encargaremos de informar a los profesores —dijo Taehyun con una firmeza resoluta—. Aunque no estemos en buenos términos, ambos tienen que enfrentar las consecuencias. Prepárate, Niki, podrías enfrentarte a una expulsión. Debes estar listo para lo que venga.

—Siento mucho lo que ha pasado, Sunoo —dijo Kai, acercándose con una expresión de genuina preocupación. Intentó acariciar el cabello de Sunoo en un gesto de consuelo, pero al encontrar la mirada severa de Niki, se echó hacia atrás—. Me voy.

Con el pasillo vacío, la atmósfera se tornó densa, cargada de una tensión palpable. Sunoo temblaba visiblemente, sus manos crispadas mientras trataba de encontrar tranquilidad. Niki, buscando un remanso de calma, pensó en el consuelo de su madre. Con determinación, levantó a Sunoo en sus brazos, su abrazo era a la vez firme y reconfortante. Sunoo miró a Niki, sus ojos reflejaban confusión al ver el rostro ensangrentado de Niki. Intentó hablar, pero Niki le sonrió con dulzura, un gesto simple pero lleno de significado.

—Estoy bien —dijo Niki con suavidad mientras se dirigían hacia un salón apartado, un lugar que ofrecía un breve respiro del caos—. ¿Puedo dejarte aquí para que te calmes?

—T-Tus heridas... —murmuró Sunoo mientras negaba como respuesta a su pregunta, su voz quebrada mientras se levantaba para buscar frenéticamente un botiquín de primeros auxilios. Sus movimientos eran rápidos pero precisos, la ansiedad clara en cada paso. Al encontrar el botiquín y volver a Niki, se dio cuenta de que la sonrisa de Niki aún permanecía, como si el dolor físico fuera secundario ante su preocupación.

La burbuja de intimidad que compartían era un refugio en medio del tumulto. Sunoo empezó a limpiar las heridas de Niki con agua oxigenada y algodón. Cada toque provocaba un gemido de dolor, pero Sunoo mantenía un ritmo constante, su preocupación evidente en la delicadeza de sus movimientos.

—¿Por qué no me dijiste nada? —preguntó Niki, su voz llena de un dolor que trascendía el físico. Sus ojos buscaban respuestas, la tristeza en su mirada reflejaba un sufrimiento más profundo.

—Tenía miedo de que te lastimaran —respondió Sunoo, evitando mirar a Niki mientras aplicaba el tratamiento. Sus manos temblaban, temiendo causar aún más dolor.

—No era tu responsabilidad protegerme —dijo Niki, su voz casi un susurro—. Yo debí protegerte.

—Niki, siempre hubo una distancia entre nosotros, y me temo que quizás te olvidaste de mí —comentó Sunoo, levantando la vista para encontrar los ojos de Niki. Una sonrisa triste se dibujó en sus labios, sus palabras llenas de una melancolía que había estado escondida—. Te olvidaste de mí, Niki.

—¿Nunca nos conocimos realmente? ¿Por qué revelas esto ahora? —Niki frunció el ceño, confundido, mientras tomaba la mano de Sunoo en su rostro. Buscaba una explicación en sus ojos, tratando de entender el misterio.

—No quería que lo supieras —dijo Sunoo, su voz cayendo en un susurro que parecía absorber la luz—. Al inicio del curso, perdí mi teléfono. Lo busqué sin descanso hasta que tú respondiste a mi llamada. Nos vimos para que me devolvieras el teléfono, y cuando te pregunté tu nombre, me dijiste que eras Nishimura Riki y todavía recuerdo aquella sonrisa y el brillo de tus ojos antes de irte. Desde entonces, supe que me gustabas, pero no supe cómo acercarme. Preferí dejarlo así... hasta que tú entraste en mi vida.

—Sunoo... —susurró Niki, sus ojos llenos de lágrimas—. Todo esto es mi culpa.

Sin dudarlo, Sunoo tomó el rostro de Niki entre sus manos y lo besó. Era un beso lleno de ternura y una delicadeza que hablaba de un profundo cariño. Niki, en respuesta, rodeó el cuello de Sunoo con sus brazos, intensificando el beso con una pasión que reflejaba el deseo contenido. El sonido de sus labios resonaba en el salón vacío, cada chasquido un eco de la intensidad de sus emociones. Sunoo lo abrazó con fuerza, sintiendo cómo sus corazones latían al unísono, una sincronía que llenaba el espacio con su presencia.

Niki rompió el beso y apoyó su frente contra la de Sunoo, sus respiraciones entrelazadas mientras trataban de recuperar el aliento.

—¿Entonces fui el tonto que no supo ver la verdad? —murmuró Niki, su voz temblando, atrapada por un nudo emocional.

—No, no te equivoques. Aunque no lo veías, estamos aquí —Sunoo sonrió suavemente, sus palabras llenas de una calma que contrastaba con la tormenta de sus sentimientos.

—Me rechazaste muchas veces —admitió Niki, su rostro reflejando un dolor que no podía ocultar.

—No podía elegirme a ti sobre mis estudios —dijo Sunoo con sinceridad, su voz cargada de una verdad que había ocultado por tanto tiempo.

—Lo comprendo —dijo Niki, acariciando el rostro de Sunoo antes de darle otro beso en los labios. El gesto era una mezcla de reconciliación y deseo genuino—. Entonces, acepta salir conmigo.

—Pensé que ya estábamos juntos en esto —bromeó Sunoo, jugando con las hebras del cabello de Niki. La broma aliviaba la tensión, y ambos se miraban con una intensidad que parecía desbordar el espacio entre ellos.

—Está bien —respondió Niki, abrazando a Sunoo—. Esta vez, ven conmigo a donde sea que vayamos.

—Niki... —susurró Sunoo, su voz cargada de una ternura que solo ellos compartían.

—Te ofreceré todo lo que soy, sin importar el costo. Realmente, me gustas demasiado. No puedo imaginar mi vida sin ti. No quiero que nadie te lastime. Quiero estar contigo porque sin ti, mi existencia pierde su sentido —terminó Niki, aferrándose a Sunoo con una intensidad que reflejaba la profundidad de su promesa. Su abrazo era un refugio que ambos compartían.

—Yo tampoco quiero estar lejos de ti —dijo Sunoo, acariciando suavemente el cabello de Niki, como si tratara de proteger algo extremadamente frágil.

—¿De verdad? —preguntó Niki, la felicidad iluminando su rostro mientras alzaba la mirada para encontrarse con los ojos de Sunoo, esos destellos que lo fascinaban.

Sunoo asintió, y Niki, emocionado, le dio un pequeño beso antes de que la puerta del salón se abriera de golpe. La maestra Hyun y el director Joon se destacaban en el umbral, sus miradas severas llenas de autoridad.

—Nishimura, ve con nosotros inmediatamente.

• • •

Leí que si era necesario lo alargara, lo pensé mucho, pero honestamente no, no debería alargarlo. ¿Por qué? En lo personal en cómo va, está bien, porque sobre todo este no es el primer problema que Sunoo y Niki deben de atravesar~

A parte de que quiero hacer un especial con la pareja secundaria (que todavía no se va a desarrollar, pero háganse una idea).

Mañana esperen dos capítulos ❤️

¡NO OLVIDEN VOTAR Y DEJARME COMENTARIOS! ❤️❤️❤️

𝘚𝘛𝘙𝘈𝘕𝘎𝘌R 𝘓𝘖𝘝𝘌 ❤️ SUNKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora