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El ambiente era denso y silencioso, casi irreal, como si el tiempo se hubiera detenido en ese pequeño cuarto donde la penumbra reinaba. Solo la pantalla de la computadora ofrecía un tenue resplandor, proyectando sombras suaves en las paredes. La música que reproducía en bucle llenaba el espacio con una melodía suave, casi hipnótica, como un susurro lejano. Sunoo estaba tumbado, ajeno a todo lo que ocurría a su alrededor, su respiración pausada indicaba que había caído en un profundo descanso. Sin embargo, Niki, en cuclillas junto a él, no dejaba de observarlo, como si cada pequeño detalle de su ser mereciera ser memorizado.

Con sumo cuidado, como temiendo perturbar su tranquilidad, Niki dejó que sus dedos acariciaran la piel suave de las mejillas de Sunoo, redondeadas y delicadas. Sunoo reaccionó ante el contacto, moviéndose apenas, y en ese movimiento inconsciente, Niki no pudo evitar esbozar una sonrisa. Sin embargo, esa pequeña sonrisa pronto se desvaneció al recordar que había algo que debía decir, algo que le pesaba en el pecho.

El desorden del cuarto era evidente. Carpetas amontonadas y hojas de notas dispersas cubrían la mesa. Entre ellas, una libreta repleta de anotaciones captó la atención de Niki. Sabía cuán dedicado era Sunoo a su carrera, y ese caos organizado era testimonio de su esfuerzo y perseverancia. A pesar de todo lo que había soportado, Sunoo seguía adelante, sin dejarse vencer por el dolor, y esa fortaleza lo conmovía profundamente.

Sin poder contenerse más, Niki se acomodó junto a él, su mirada vagando por cada rincón del rostro de Sunoo. Lo había visto miles de veces, pero cada vez le parecía más hermoso, como si sus facciones nunca dejaran de sorprenderlo. Finalmente, cuando estaba a punto de rozar las hebras doradas del cabello de Sunoo, este abrió los ojos lentamente, parpadeando varias veces para despejar el sueño de sus párpados.

—¿Qué hora es? —preguntó Sunoo, su voz arrastrada por el sueño, mientras se frotaba los ojos con una ternura que hizo que el corazón de Niki se acelerara.

—Es la una y media —respondió Niki, con una expresión en su rostro que Sunoo no lograba interpretar del todo.

Sunoo bajó la mirada, algo avergonzado, y susurró con voz suave:

—Te estaba esperando...

El silencio que siguió fue roto por Niki, quien sin previo aviso lo rodeó con sus brazos, acercándose tanto que su rostro quedó hundido en el cuello de Sunoo. Este se quedó inmóvil, con el corazón latiendo rápido por la repentina cercanía.

—Que lindo —murmuró Niki con la voz apagada, como si le costara admitirlo, pero sin poder contenerse más.

El impacto de aquellas palabras hizo que Sunoo sintiera un escalofrío recorrer su cuerpo. Sin pensarlo mucho, levantó sus manos y tomó el rostro de Niki entre ellas, acercándolo lo suficiente para unir sus labios en un beso apasionado. La intensidad fue tal que, en el apuro, Niki lo empujó suavemente contra la mesa, provocando que algunos objetos cayeran al suelo con estrépito, pero ninguno de los dos pareció notarlo. Estaban demasiado inmersos en la vorágine de sensaciones que aquel beso les provocaba.

Las manos de Niki, inquietas, comenzaron a recorrer la espalda de Sunoo, deslizándose bajo su camiseta, buscando sentir su piel desnuda. El calor que emanaba de ambos cuerpos los envolvía, haciendo que el aire a su alrededor se sintiera denso y cargado de deseo. Fue en ese preciso momento, cuando los dedos de Niki hicieron contacto con la piel de Sunoo, que un pequeño gemido escapó de los labios de este último, rompiendo el beso de forma abrupta.

Ambos quedaron quietos, con los rostros enrojecidos por la intensidad del momento. Las miradas que intercambiaban decían más de lo que las palabras jamás podrían expresar. Sunoo temblaba ligeramente, su cuerpo ardiendo, mientras Niki lo contemplaba con una ternura que contrastaba con la pasión de unos momentos antes, mordió suavemente sus propios labios antes de tomar las mejillas de Sunoo entre sus manos, dándole un suave beso en los labios, esta vez con delicadeza.

𝘚𝘛𝘙𝘈𝘕𝘎𝘌R 𝘓𝘖𝘝𝘌 ❤️ SUNKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora