35 [JAKE SHIM]

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Shim Jake... Ese era su nombre, y ahora lo repetía una y otra vez en su mente. No sabía por qué, pero desde el día en que Sunoo le habló de sus sentimientos hacia Niki, algo dentro de él se rompió en pedazos. Era como si su corazón hubiera sido partido en dos, dejándole un vacío que no sabía cómo llenar. Los sentimientos no son un juego, y mucho menos algo tan sencillo que pudiera simplemente ignorar. Al menos, una pequeña parte de él encontró algo de paz al saber que Sunoo fue sincero, que no le había ocultado la verdad.

Sí, tal vez deseaba algo más que una amistad, pero prefería mantener a Sunoo como su mejor amigo, sin importar el costo. No podía negar que el rechazo dolía, aunque no lo expresara directamente. Entendía bien lo que Sunoo intentaba decirle con su distancia.

Había venido a Corea para estudiar en la universidad, pero, en el fondo, también había venido para estar cerca de Sunoo. Al principio, las excusas para verse eran frecuentes, pero con el tiempo esos encuentros se volvieron escasos. Los mensajes de Sunoo, que antes solían llegar a diario, se hicieron menos y menos frecuentes. Ya no había textos llenos de emoción, ni esa confianza que los unía en sus conversaciones nocturnas sobre cualquier cosa que les quitara el sueño. Sunoo había empezado a alejarse, siempre manteniendo esa fría etiqueta de "amistad". Sabía de los sentimientos de Jake, pero nunca le dio falsas esperanzas. Era considerado, sí, pero la distancia dolía.

Suspiró profundamente, sintiendo la presión en su pecho mientras tomaba un sorbo del jugo que había comprado en la tienda. Miraba el techo blanco, con las luces brillando intensamente, como si intentaran iluminar lo que él no podía ver. Todo le había caído como un balde de agua fría, pero, al mismo tiempo, agradecía esa claridad. Se estaba volviendo loco, y no saber la verdad hubiera sido peor. Sus ojos se posaron en el chico de cabello negro a su lado, que comía con rapidez. Jake frunció los labios, preguntándose por qué había decidido ayudarle.

—¿Está rico? —preguntó Jake con una pequeña sonrisa, sus ojos formando medias lunas. El pelinegro asintió sin mucho entusiasmo, mientras seguía comiendo su ramen—. ¿Qué hace un chico como tú, a estas horas y en este estado?

—Escapé de mi casa —respondió Jungwon, su voz tan simple como sus palabras. No apartó la vista de su plato, aún humeante. Sus ojeras profundas y los labios resecos daban testimonio de días sin dormir ni comer bien. Su ropa estaba sucia, rota en algunas partes, y sus zapatillas apenas se mantenían limpias.

—¿Por qué no regresas? —preguntó Jake, aunque en realidad no quería saber la respuesta. No le interesaba inmiscuirse en la vida de nadie, pero algo en Jungwon lo inquietaba. El chico no parecía importarle lo que la gente dijera, ni las miradas juzgadoras. Estaba acostumbrado al rechazo. Y eso, de alguna forma, hizo que Jake se sintiera mal.

—¿Regresarías a un lugar donde no le importas a nadie? —replicó Jungwon, su voz quebrada mientras apretaba los labios y continuaba comiendo.

Jake se encogió de hombros, levantándose de su asiento. Jungwon frunció el ceño al verlo alejarse hacia los estantes de la tienda, pero decidió ignorarlo y seguir comiendo. Lo único que le importaba en ese momento era llenar su estómago, sobrevivir unos días más.

Mientras tanto, Jake agarraba paquetes de ramen, jugos, yogures, comida fría, y algunas bolsas de frituras y dulces. Cuando volvió a la mesa, dejó todo frente a Jungwon. Se dio cuenta de que, a pesar de la delgadez y la tristeza que cargaba el chico, había algo en él... una sombra que le impedía ser feliz.

Jake no dijo nada. Caminó hacia la caja registradora, donde la cajera le sonrió de forma coqueta. Él le devolvió una sonrisa cortés, entregando su tarjeta negra. Jungwon, en silencio, lo observaba mientras llevaba más ramen a su boca. Cuando se dio cuenta de lo que Jake había hecho, se atragantó, buscando desesperadamente una salida. Pero, ¿de qué iba a huir? Se rió para sí mismo mientras seguía comiendo. Si el destino lo había cruzado con alguien como Jake, tal vez debería aprovecharlo.

𝘚𝘛𝘙𝘈𝘕𝘎𝘌R 𝘓𝘖𝘝𝘌 ❤️ SUNKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora