XXXVIIII

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El día terminó con Marcela y Patricia acostadas y desnudas en la cama de la última habían “hecho el amor” hasta quedar exhaustas. Patricia jugaba con el pelo de Marcela haciéndola dormir lentamente, cuando la boca de la rubia tomó vida propia para decir las siguientes palabras

~ Te amo.

A Marcela le tomó un par de segundos reaccionar a las palabras dichas por la rubia, luego se enderezó y le sonrió para después besarla tiernamente y pronunciar el tan esperado por Patricia

- Y yo te amo a ti.

Patricia la abrazó con dulzura y sonrió como si hubiera ganado la lotería, la rubia quien había propuesto tener una “no relación” se sintió plena, ella necesitaba cerciorarse de que Marcela la amaba porque solo con ella era capaz de tocar las estrellas y sentir el calor del infierno en su cuerpo, aunque no fuera lo suficientemente valiente como para admitirlo había sentido un miedo inmenso de perderla en todo momento había sostenido un peso que pareció haberse caído únicamente al escuchar esas palabras.

~ Sabes yo… sé que probablemente no es el mejor momento para decirlo… pero cuando te fuiste y Daniel me dijo que pospusiste tu regreso… me dí cuenta de que… de que yo no podría estar sin ti ni en un millón de años… porque te confieso que sentí una presión en el pecho cada vez que pensaba en la idea de no volver a verte o a besarte o a solo escucharte hablar… y fue por eso que no fui precisamente dulce cuando te mandé esos mensajes me sentía molesta y está bien si tú estuviste con ella, porque… porque yo… yo fui algo bueno, algo no fui sumamente hipócrita incluso conmigo misma… estuve con otra persona mientras que te fuiste… pero quise convencerme de que tú no podrías estar con otra… porque si lo hacías quizás ya sabes… me olvidarias para siempre y yo no soporté que eso pudiera pasar y noté que no quiero una relación a medias… porque no quiero quererte a medias, quiero que todo el mundo sepa que eres mi novia y que te amo con cada parte de mi alma porque eres todo lo que siempre necesité en la vida para sentirme completa.

Marcela la miraba atentamente con la boca semiabierta, sabía a dónde quería llegar Patricia pero necesitaba escuchar de su boca y con esas palabras que Patricia quería ser su novia nuevamente.

~ Sé que en el pasado no te lo pedí porque no creí que lo necesitaríamos, pero hoy me doy cuenta de que debimos hacerlo. Marcela ¿Puedo volver a ser tu novia y ser la única persona a la que ames?

Marcela le sonrió pequeñas lágrimas y dijo que si una gran cantidad de veces con la cabeza y luego la besó.

~ ¿O sea que ya te voy a poder decir cuando esté celosa? ¿O aún me espero unos meses?

Marcela rió porque sabía a la perfección cuando la rubia estaba celosa y vaya que en ese mes lo había estado.

Cuando Patricia se quedó dormido Marcela pensó por unos minutos en Antonella, ella la amaba demasiado, pero Marcela sabía que nunca se sentiría digna de merecerla porque mientras que su amor por Patricia era un completo caos el que Antonella sentía por ella era puro y noble quizás demasiado como para que fueran lo suficientemente compatibles.

Dos días después Marcela la llamó tuvieron una larga y sincera charla, Antonella le dijo que no la volvería a ver por un tiempo porque necesitaba dejar atrás sus sentimientos y Marcela lo aceptó. Antonella también le confesó que desde un principio había tomado las vacaciones de Marcela como una despedida para ambas, cosa que sorprendió un poco a la pelinegra. Saben si me lo preguntan creo que Marcela de tener la posibilidad de elegir a quien amar hubiera elegido sin lugar a dudas a Antonella, pero a veces la vida hace de las suyas y uno no controla al corazón y aunque Marce y Antonella hubiera podido conquistar el mundo, no eran el destino de la otra. Marcela no tenía dudas de que Antonella había sido su alma gemela pero el lugar del amor de su vida ya lo había ocupado Patricia hace tanto tiempo que ni siquiera podía recordarlo.

Su relación fue  como viento en popa, se apoyaron la una a la otra en los momentos difíciles y celebraron juntas los felices. Marcela estuvo en primera fila en el juicio de Patricia contra Sandra dándole a la rubia las fuerzas para revivir cada momento, ésta vez como un mal recuerdo, cuando ganó ese horrible juicio ambas fueron a cenar a su restaurante favorito y a la mañana siguiente partieron hacia Brasil, Río de Janeiro. Pasaron unas increíbles semana y regresaron renovadas y algo bronceadas. Se presentaron ante el mundo entero como una pareja perteneciente a la comunidad lgbtttiqa+ y le hicieron frente a cada comentario despectivo sobre el amor que se tenían la una a la otra. Ambas empezaron terapia por separado y juntas superando así grandes obstáculos en sus vidas. Patricia dejó de tenerle tantos celos a Lucia, bueno quizás solo un poco, pero aunque sea podían hablar de vez en cuando.
Tres años después viajaron a París y en una terraza frente a la Torre Eiffel a la luz de las velas y luego de una preciosa cena Marcela le pidió matrimonio a Patricia quien entre saltos dijo que si felizmente. Otros dos años después adoptaron una niña llamada Laia y al año probaron el método de inseminación artificial con el cual Patricia después de cinco largas horas de parto trajo al mundo a Leo. 

Superaron cada obstáculo, para poder decir que orgullosamente eran una gran familia.

Fin.

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