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La vida de Bellamy dio un giro inesperado al conocer al rey del inframundo.
Lo que comenzó como un encuentro fortuito se transformó en una relación de poder y pasión. Al convertirse en su reina y amante, Bellamy se encontró con un mundo de contrastes: el amor de Lucifer era tan intenso como su violencia. Aunque el rey se mostró cariñoso, sus cambios de humor y su deseo de control hicieron que Bellamy sintiera el peso de su situación, especialmente cuando buscó libertad.
La noticia de su embarazo cambió el rumbo de su vida. Con delicadeza, Bellamy acarició su abdomen, sintiendo el nuevo ser dentro de ella.
Cuando le confesó a Lucifer su estado, él se llenó de amor y admiración, tocando su vientre y sintiendo el poder del hijo que estaban por tener.
En ese momento, Bellamy lloró de felicidad en el hombro de su esposo, viendo una nueva esperanza para su familia.
Ahriman, el hijo de Lucifer, estaba destinado a ser el más poderoso de todos.
Para salir al mundo, debía enfrentar una serie de pruebas.
Las siete puertas del inframundo, cada una representando un pecado capital, eran la clave de su destino.
La primera puerta, la de la Soberbia, representa el pecado de la arrogancia.
La segunda, la Avaricia, enfrenta al candidato con el deseo insaciable de riqueza y poder.
La tercera, la Lujuria, pone a prueba la capacidad de controlar los deseos.
La cuarta, la Ira, revela los aspectos más oscuros del enojo.
La quinta, la Pereza, examina la apatía y la falta de esfuerzo.
La sexta, la Gula, desafía la moderación en el placer y el consumo.
Finalmente, la séptima puerta, la Envidia, expone los sentimientos de celos y resentimiento hacia los demás.
Bellamy, temerosa por su hijo, vio con horror cómo Ahriman fallecía en la segunda puerta debido a su avaricia. Su desesperación la llevó a suplicar a Lucifer por la vida de su hijo, arrodillándose y llorando.
El dolor de Bellamy tocó el corazón de Lucifer, quien, aunque no sentía un vínculo natural con el niño, se conmovió por el sufrimiento de su esposa.
En un intento de consolarla, Lucifer la abrazó y usó su poder para sumergirla en la inconsciencia.
La reacción de su dolor resonó en el inframundo, causando temblores y caos.
La desesperación de Lucifer se hizo palpable cuando, al llorar lamio la última lágrima de Bellamy, descubrió un nuevo poder en sí mismo. Sus alas se tornaron más oscuras, su piel brilló con una intensidad nueva, y sus ojos se volvieron más profundos.
La fuerza y el dolor que Bellamy le transmitió lo transformaron. Con un grito de furia y desesperación, Lucifer juró a su amada que le daría todo el poder del inframundo y que el mundo entero conocería su dolor y rabia. Su pasión y furia se desataron, marcando un nuevo capítulo en el reino infernal.
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Libranos de todo mal
FantasiLucifer, el ángel caído, halló en su exilio una oportunidad inesperada para gobernar el mundo humano. Su ambición desmedida por demostrar que su visión era la verdad absoluta lo consumió, transformándolo en una figura de desolada grandeza. Sin embar...
