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—No estés tan nerviosa—, rio Samantha, observando cómo Abril intentaba mantener apilados los sobres perfectamente en su regazo.

Había pasado cerca de una semana desde que las chicas les habían dicho a los padres de Samantha que se iban a casar. Desde aquello, las cosas habían comenzado a encajar. Luego de hablar sobre ello, ambas chicas habían decidido que estaban ansiosas por solo casarse y seguir adelante con sus vidas.

Una pequeña, íntima boda sonaba justo y preciso para ellas. Después de discutirlo con los padres de Samantha, Abril ahora sostenía una pila de sobres amarillo pastel en su regazo, pasando sus dedos sobre la escritura cursiva de Samantha en la portada.

Las chicas ya habían enviado invitaciones a algunos de los familiares cercanos de Samantha. Ahora, lo único que quedaba era el montón de sobres que tenía Abril, con los nombres de sus amigos más cercanos garabateados en la parte superior.

Todavía no le contaban a sus amigos, simplemente porque querían entregarles las invitaciones en persona. Así que ahora, ambas chicas estaban sentadas en el estacionamiento de su antiguo apartamento, intentando reunir el coraje para entrar.

—Lo mismo para ti—, murmuró Abril, una tímida sonrisa jugando en sus labios. Ambas chicas estaban esperando a que la otra saliera del coche, demasiado nerviosas para dar el primer paso.

—¿Por qué estamos tan nerviosas?— dijo Samantha riendo, girando hacia la menor que estaba jugueteando con su agrietada pintura de uñas amarilla. Abril levantó la mirada y estudió el edificio en frente de ellas.

—Estoy emocionada—, asintió suavemente. —Pero también estoy nerviosa. ¿Crees que estarán sorprendidas?— la menor miró a Samantha de forma curiosa.

—Honestamente no tengo idea—, Samantha rio suavemente, viendo la hora. —¿Estás segura de que Ama está ahí?

—Rocío dijo que la iba a hacer venir para que les preparara el almuerzo—, Abril rio, levantando su teléfono para mostrarle a Samantha.

—Será mejor que terminemos con esto—, rio Samantha en tono suave, apretando la mano de Abril antes de deslizarse fuera del coche. La menor jugueteó con las invitaciones en sus manos mientras esperaban a que el ascensor alcanzara el último piso.

Abril siguió a Samantha por el pasillo, intercambiando miradas con ella una vez que habían llegado al apartamento y no había hecho algún movimiento para golpear la puerta. Riendo, Abril se acercó y entró directamente sin molestarse en tocar.

—Esa es una forma de hacerlo—, murmuró Samantha en voz baja, haciendo reír a Abril. Intercambiaron miradas cuando vieron el cuarto de estar vacío. Abril sonrió cuando escuchó voces venir de la cocina.

Antes de que Samantha pudiera detenerla, la chica menor estaba caminando de puntillas rápidamente hacia la esquina. Samantha la alcanzó justo a tiempo para ver cómo saltaba en la espalda de Rocío, tirando los brazos por los hombros de esta.

—¡Mierda!— jadeó Rocío, dándose vuelta e intentando quitar a la intrusa de encima. Cuando oyó a Abril reír y vio a Samantha parada al otro lado de la habitación, dejó escapar un suspiro de alivio y se llevó la mano al corazón.

—Oh dios mío, nunca vuelvan a hacer eso—, Rocío quitó los brazos de Abril de alrededor de su cuello mientras la chica menor volvía al suelo. —Espera, ¿qué rayos están haciendo aquí ustedes?

Los ojos de Abril inmediatamente se ampliaron y tomó su puesto anterior al lado de Samantha. La chica de ojos verdes le dio un codazo, dándole una mirada que fingía una molestia juguetona. —Uh, ¿dónde están Molly y Ama?— Samantha mordió su labio.

Green ( rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora