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Samantha no esperaba que las cosas volvieran a la normalidad de forma inmediata.

A pesar de que Abril había sido capaz de vocalizar lo que había experimentado con ella, Samantha era muy consciente de que la niña más pequeña todavía estaba tratando con las secuelas de lo sucedido. Así Abril manejaba las cosas. Un paso a la vez.

Había pasado una semana desde que la policía se había presentado en la puerta. El clima había dado un giro considerable, cambiando el calor del verano por la ligera comodidad de la brisa de otoño. Las hojas en su patio trasero apenas habían comenzado a cambiar sus colores, llevando a Abril a pensar sobre cuán hermoso su patio se vería en el plazo de un mes.

Samantha había sido capaz de volver al trabajo, y en la actualidad ella y Toby estaban sentados en medio de su sala de estar. Una colección de documentos se extendía entre ellos, y los dos diseñadores gráficos estaban tomando su tiempo para mirar por encima de cada uno.

Mientras tanto, Abril estaba sentada en una manta en el suelo al lado de ellos, entreteniendo a Lucas haciendo rodar una pelota hacia él y animándolo a que la rodara de regreso. Cada vez que ella aplaudía y lo animaba, el niño pequeño se reía histéricamente. Afortunadamente, Samantha y Toby de alguna manera lograron mantener la concentración a pesar del coro de risas que entraba en erupción cada pocos momentos.

— Me gusta la combinación de colores en este — Samantha se inclinó hacia delante y señaló uno de los folletos entre ellos —. Sin embargo, la fuente no es bastante aterradora.

— Estoy tan cansado de hacer estos proyectos estúpidos de Halloween — Toby gimió, tirando el puñado de papeles que tenía en su mano hasta el suelo —. ¿Por qué Nueva York aún tiene tantas casas embrujadas?

— Quién sabe — Samantha se rió y negó con la cabeza. Ella agarró otra pila de folletos y comenzó a examinarlos —. Voy a estar tan contenta una vez que esa fecha venga y se vaya.

— Vestiré a Lucas, le tomaré fotos y eso es todo — Toby asintió, dándose por vencido en su trabajo y tumbándose en la alfombra, apoyando su cabeza en sus manos.

— ¿Ya te decidiste por un disfraz? — Samantha se rió y levantó una ceja.

— Hicimos un acuerdo — Toby rodó los ojos, ganándose una mirada interrogante de Samantha.

— Él va a ser un cachorro — se quejó Toby.

— Suena como que no hubo mucho acuerdo de tu parte — Samantha sonrió, recogiendo los folletos y apilándolos juntos. Toby murmuró algo en voz baja mientras Samantha se dio la vuelta para robar una mirada a Abril.

La chica más joven aplaudió para llamar la atención de Lucas. Cuando el niño alzó la vista, ella arrugó la nariz y rodó suavemente la pelota hacia él.

— ¡Atrápala! — arrulló, riendo cuando el niño más pequeño casi se cayó cuando alcanzó la pelota. Pero, una vez que se recuperó, el rostro de Abril se iluminó y le aplaudió. Lucas rió en voz baja, concentrándose en empujar la pelota hacia Abril.

— Ella tiene una habilidad especial con los niños — Toby tomó la palabra, haciendo que Samantha volteara a mirarlo con una ceja levantada.

— ¿Qué? Lo tiene — Toby levantó las manos como si se estuviera entregando. Samantha volvió a mirar a su esposa una vez más antes de volver su atención a él.

— No puedo discutir contigo con eso — rió ella, mordiéndose el labio para ocultar su sonrisa cuando oyó que Abril se echó a reír detrás de ella —. Ella es una niña en el corazón. Es por eso. Los entiende.

— ¿Así que va a ocurrir pronto?

Samantha saltó cuando apareció Maia, acababa de despertar de su siesta. La morena se sentó junto a Toby, agitando su cabello juguetonamente y extendiendo los brazos.
— ¿Qué es lo que va a ocurrir pronto? — Preguntó Samantha en confusión. Ella se confundió aún más cuando la pareja frente a ella intercambiaron miradas de complicidad.

Green ( rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora