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— Vamos, boba —Samantha se rio, rodando los ojos y alejando a Presley del gran espejo en el aeropuerto—. Vamos a perder nuestro vuelo si ustedes dos no se apuran.

— Aguafiestas —Abril murmuró, levantándose delante del espejo y dando a Samantha una mirada juguetona.

La chica de ojos verdes simplemente se burló ligeramente y empujó la maleta de Abril.

— Si perdemos este vuelo, pierden su viaje a casa —bromeó Samantha, levantando una ceja a su esposa mientras agarraba a Presley antes de que la niña más pequeña pudiera ser distraída por la máquina de chicles a unos pocos pies de distancia.

Presley se rio, sosteniendo firmemente la mochila de catarina en sus brazos y sonriendo con entusiasmo hacia Samantha.

— ¿Cómo hacen a los aviones volar? —preguntó Presley, rebotando hacia arriba y hacia abajo en los brazos de Samantha cuando las dos trotaron a su puerta.

Habían conseguido distraerse en el camino porque Samantha insistió en parar y esperar a que una pequeña ardilla cruzara la calle.

Sin mencionar que los tres pies de nieve en el suelo hicieron que el tráfico estuviera lento hasta casi detenerse por completo. Samantha pensó que eso es lo que obtenían por viajar unos días antes de Navidad.

— Magia —Samantha se rio suavemente, usando su mano libre para arreglar el sombrero de invierno en la cabeza de la niña.

Presley estaba prácticamente oculta en su ropa de invierno, revuelta en su abrigo púrpura brillante y sus botas, con una bufanda blanca colgando de su cuello.

— Creo que... mierda, Aby! —Ella señaló hacia la fila de personas que subían a su avión.

Tuvieron que prácticamente correr para llegar a la fila en la puerta. Bajando a Presley, Samantha les pasó rápidamente a las dos niñas sus entradas, empujando a Presley para que se lo pasara a la mujer para que los escaneara.

Mirando hacia arriba a Samantha para su aprobación, Presley agarró el billete en su mano enguantada y con timidez se lo ofreció a la mujer, que lo examinó y le dio a la niña una pequeña sonrisa.

Una vez que Samantha y Abril hicieron lo mismo, siguieron a la multitud de personas al final del pasillo y encontraron sus asientos en el medio del avión.

— Quiero la ventana! —Presley las miró con entusiasmo.

Samantha se rio, empujándola hacia delante e intercambiando miradas con Abril, cuando se dio cuenta de que ambas no podían sentarse al lado de la niña más pequeña.

— Adelante —Samantha se rio, moviéndose a un lado para que Abril pudiera tomar el asiento entre ellas.

Sabía que la chica había estado emocionada por llevar a Presley en su primer vuelo, aunque ella no lo hubiera dicho en voz alta.

— ¿Estás segura? —Abril levantó una ceja y ladeó la cabeza ligeramente hacia un lado.

Samantha se limitó a asentir.

— Siempre y cuando pueda sentarme al lado de una de ustedes —bromeó ella, empujando hacia delante a Abril—. Podemos cambiar en el camino de regreso si quieres.

— Estoy asustada.

La diminuta voz de Presley interrumpió su pequeña discusión, y las dos chicas se detuvieron para mirar a la niña en el asiento. Había levantado la protección de la ventana, observando el ala del avión, y luego llegando a la conclusión de que así es cómo llegarían a Florida.

Intercambiando miradas, Samantha le dio un codazo en silencio a Abril en la fila de sillas para que pudiera tomar su asiento en el extremo.

— Aquí —la chica de ojos verdes buscó en su mochila y sacó algo, extendiéndose y colocándolo en el regazo de Presley.

Green ( rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora