#36:
Samuel aparca el auto frente a la editorial Ángeles con extremo cuidado de no golpear al auto que hay delante. No sé si esto sea una buena idea, pero fue lo único en lo que pensé luego de calmar a mi amigo. Jamás imaginé que tuviera tanto metido en su alma, eso debió punzarle durante siglos. Samuel vuelca todo el amor paternal que nunca le podrá dar a nadie en su hermana menor. No es bueno tomar decisiones en estado de dolor o de dificultades.
Creo que fue su conversación lo que me convenció de pedir un préstamos a Dante, él tiene mi manuscrito en sus manos y las predicciones de venta eran bastante buenas así que no le pasará nada darme algo. Prefiero pensar con un salvoconducto y quiero pagarle la consulta a Samuel. No iré con el médico a realizarme este tratamiento porque tengo demasiado tiempo en carretera para arrepentirme y si bien prometí que no tomaría una decisión acelerada, la verdad es que la idea de dar en adopción a la criatura no es tan terrible como se piensa. Puedo localizar a una pareja que sea responsable y capaz de cuidar de un niño.
No lo sé. No puedo pensar en eso ahora. Estoy todavía demasiado trastornada por el hecho de estar embarazada. Pablo me va a matar si lo descubre y si decido dar al niño en adopción no me puedo esconder de él durante los meses restantes de gestación. Siento tanto miedo de que me odie por esto, no fue algo que yo quisiera. Todo conmigo estaba yendo fatal cuando me quedé en estado, aquella vez en la biblioteca no pensé ni siquiera en la píldora anticonceptiva. Quería sentirlo de nuevo, estar con mi ángel de la guarda y que todo me dejara de dar vueltas en la cabeza.
La peor parte es que no tengo un puto signo de embarazo: no vómitos, malestar corporal, antojos de comida raros o mareos. Lo único es que, por las hormonas, no dejo de ir al baño. Al menos esa es una ventaja, es un embarazo tranquilo y Pablo me dijo que así solían ser los embarazos cuando eran de niñas. Yo deseaba tener una nena como yo, con la que compartir el maquillaje y enseñarle a enamorarse de personajes literarios. No puedo seguirme dando vueltas con esto, tengo que subir y pedir el préstamo de una buena vez.
Apenas salí de la consulta le dije que necesitaba venir aquí y llamé a las chicas para informarles la mala noticia. Manu estuvo de acuerdo con Samu en eso de que debo tener a la criatura e incluso Sofi sugirió que si Pablo no lo reconoce ellas podrían ayudarme a criarlo. Sé que todos estarían a mi lado en todo momento, pero no deseo hijos. No puedo tenerlos y tampoco creo que Pablo desee saber que tiene un pedacito de él en el mundo. A los dos nos iba bien hasta este minuto, la jodí demasiado bien.
En el trayecto tuvimos que hacer una parada porque la hermanita de Samuel llamó y le preguntó si podía ir a una fiesta con sus amigas. Casi me dio un ataque de ternura cuando le dijo que sí y tras colgar soltar: Hoy me toca irme de fiesta. Me contó que desde la distancia observa a su hermana en las discotecas y en todas las actividades que hace, que, aunque ella no está interesada en salir con nadie siempre hay algún malnacido por ahí que puede lastimarla. Ese comentario solo me hizo sentir más lástima por Samuel porque algo dentro de mí —y no precisamente el feto— me dijo que lo mencionaba por él.
Samu no es ningún malnacido, Mara estaba enamorada de él y los dos tenían edad suficiente para saber lo que era un preservativo. No entró en detalles conmigo, pero me imagino que no fue por falta de cuidados sino por un descuido tonto. Necesito hacer que mi amigo deje de pensar que es un criminal y que merece quedarse solo en el mundo porque eso no es cierto. Me fijo en él un segundo para advertir que sigue fijo en el timón. Fue difícil abrir la caja de Pandora, de eso no me queda la menor duda, pero yo siempre estaré aquí para escucharlo, aunque ahora mismo no soy la mejor opción.
Me apresuro a sujetar su mano con ternura y me ve sonriente. Esa sonrisa es más falsa que un mañana te pago. Por suerte, le devolveré su dinero justo ahora, no quiero tener más deudas con nadie y tengo que pensar bien lo que voy a hacer. Dar a la criatura en adopción no se oye tan mal y no me dejará estéril, el problema será explicarle a Pablo cómo sucedió esto y sé que no me lo va a perdonar. Espero que mi explicación le baste para convencerlo.
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Concupiscencia
Chick-LitSi me vas a provocar, que sea con la perversa intención de complacerme. Olivia Castro, sabe que odia el sexo más que a nada en el mundo; le da tanto asco que con solo pensarlo su estómago se revuelve. Sin embargo, para alguien que vive de la litera...