IMPERIO CAROLINGIO

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Imperio carolingio: características, economía, organización

El Imperio carolingio es el término que los historiadores utilizan para nombrar al imperio gobernado por la dinastía carolingia durante los siglos VIII y IX d.C. Aunque la dinastía fue iniciada por Pipino el Breve, el creador del imperio fue su hijo Carlomagno.

Aunque hay algunas diferencias de opinión entre los expertos, la mayoría sitúa la desaparición del imperio en la muerte del propio Carlomagno, ya que sus hijos procedieron a repartirse el territorio. El último monarca carolingio fue Luís V, rey de Francia fallecido en el 987.

En su momento de mayor apogeo, el Imperio carolingio alcanzó una extensión de 1.112.000 km² y una población de entre 10 y 20 millones de personas. Carlomagno, que pretendía recuperar el antiguo Imperio romano, se alió con la Iglesia católica, siendo nombrado «Emperador que gobierna el Imperio romano» por el Papa.

Durante su gobierno se produjo un impulso de la educación y la cultura, aunque siempre controlada por la Iglesia y dirigida a las clases altas. La sociedad empezó a mostrar características que darían paso al feudalismo, con la aparición de la nobleza territorial y unos vasallos que acabaron ligados a las tierras que trabajaban.

El Imperio romano, dominador durante siglos de toda la Europa occidental, cayó totalmente en el año 476. Los reinos denominados barbaros pasaron a controlar el continente. Entre ellos, el más importante fue el de los francos.

Clodoveo, uno de los monarcas de los francos, logró unificar buena parte de los reinos germánicos. Su dinastía pasó a llamarse merovingia, en honor a su abuelo Meroveo.

La muerte de Clodoveo, en el año 511, provocó que el reino se dividiera en cuatro: Neustria al oeste de Francia; Austrasia al este; Borgoña en el centro sur y Aquitania al sudoeste.

Las continuas luchas entre los merovingios hizo que su poder fuera mermando, al igual que su prestigio. De hecho, se les llamó "los reyes holgazanes".

Pipino el Breve

La decadencia de los merovingios llevó a que los nobles pasaran a ostentar el auténtico poder en la sombra. Los miembros de la nobleza más importantes recibieron el nombre de mayordomos de palacio. A comienzos del siglo VII, los mayordomos de Austrasia lograron la supremacía frente a los de otros reinos.

Carlos Martel fue uno de los miembros más destacados de esta familia de mayordomos. Fue, entre otras cosas, el responsable de detener a los musulmanes en la batalla de Poitiers, lo que le otorgó una gran popularidad.

Su hijo, Pipino el Breve, destronó finalmente al rey merovingio al que, en teoría, servía. Con el respaldo del Papa, fue nombrado rey de los francos en el 754, logrando legitimidad religiosa entre sus súbditos. Este sería el origen de la dinastía carolingia.

Pipino recibió el título de Patricius Romanorum (protector de los romanos") de manos del Papa Esteban II. Al año siguiente, Pipino entregó al papado los territorios reconquistados ubicados alrededor de Roma, permitiendo la fundación de los Estados Pontificios. Todo esto fortaleció la alianza entre la Iglesia y la recién creada dinastía carolingia.

Carlomagno

A la muerte de Pipino, en el año 768, su reino se repartió entre sus dos hijos: Carlos y Carlomán. Sin embargo, el segundo prefirió retirarse en un monasterio, falleciendo poco después. Esto dejó a su hermano como monarca único.

Carlos, conocido por el sobrenombre de Carlomagno, se convirtió en uno de los personajes más poderosos e importantes de la historia europea. En pocos años, creó un imperio que ocupaba buena parte del continente, buscando recuperar el esplendor del antiguo imperio romano.

𝙼𝚒 𝚃𝚊𝚛𝚎𝚊 𝙴𝚗 𝙷𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora