CAIDA DE CONSTANTINOPLA

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Caída de Constantinopla ¿Qué fue la caída de Constantinopla?

La caída de Constantinopla fue un hecho bélico que ocurrió el 29 de mayo de 1453 en el que obtuvo la victoria el Imperio otomano. Significó el fin de la Edad Media en el continente europeo y el fin de los últimos vestigios que quedaban del Imperio romano en Oriente.

Desde mediados del siglo XIV el Imperio otomano se había apropiado de numerosos territorios cristianos. Solo Constantinopla, la ciudad fundacional del cristianismo, permanecía intacta, siendo una de las ciudades más importantes en aquel momento gracias a su privilegiada ubicación.

Dentro de sus grandes atractivos estaban sus poderosas fortificaciones, edificadas en el siglo V por Teodosio para proteger la ciudad. A mediados del siglo XV, estas murallas eran las que protegían el último recinto cristiano no tocado por el poder otomano.

En 1453 se produjo una nueva amenaza: el joven sultán Mehmed II decidió conquistar Constantinopla a toda costa. Antes de su llegada, muchos de los sultanes que le habían precedido tuvieron la misma aspiración. Sin embargo, ninguno pudo entrar a la ciudad.

El 12 de abril de 1453 los cañones turcos abrieron fuego contra las murallas, y seis semanas después, el 29 de mayo, se dio por terminado el enfrentamiento, cediéndoles de este modo el control de la codiciada ciudad a los otomanos, tras siglos intentando poseerla.

AntecedentesNacimiento del Imperio otomano

Constantinopla estaba debilitada desde varios siglos atrás, cuando los dominios bizantinos ubicados en el sur de Italia desaparecieron debido a los continuos ataques de Roberto Guiscardo y sus normandos.

Sin embargo, el enemigo más terrible de la ciudad se estaba formando en el este, donde varias tribus turcas invadieron las regiones islámicas y se convirtieron a dicha religión. Mientras esto ocurría, el Imperio bizantino se desmoronaba internamente debido a la falta de liderazgo.

Esta nueva tribu turca, los selyúcidas, atacaron y conquistaron territorios bizantinos en Anatolia, tomando casi todas las ciudades al final del siglo XIII. Se convirtieron con el tiempo en el Imperio otomano.

Declive de Constantinopla

En 1190 el declive de la ciudad comenzó a ser más notorio ya que, al negarse los bizantinos a participar en la Tercera Cruzada, optaron por mantenerse neutrales.

Esto hizo que los cruzados asaltaran la ciudad en 1204. No obstante, algunas décadas después, Miguel VIII Paleólogo logró reconquistarla.

Los otomanos ya habían adquirido varios territorios bizantinos antes de la catástrofe final, dejando a Constantinopla desprovista de sus defensas territoriales.

A pesar de las diferencias políticas, el regente bizantino Cantacuceno solicitó la ayuda de los turcos para mantener el orden dentro del Imperio bizantino.

De hecho, Cantacuceno realizó tres alianzas con los otomanos, lo que no resultó beneficioso para los bizantinos porque, como pago, el regente les otorgó una fortaleza ubicada en el lado europeo, que ofrecía una posición estratégica para los turcos.

Además, el príncipe Suleimán decidió tomar la ciudad de Galípoli, lo que le permitió al Imperio otomano tener control sobre la península y una posición privilegiada para la expansión de sus territorios.

Cuando Cantacuceno pidió la devolución de Galípoli, los otomanos rompieron las relaciones con Constantinopla, volviendo a ser enemigos.

Decisiones de los otomanos

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