LA PESTE NEGRA/LA PESTE BUBONICA

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Peste negra¿Qué fue la peste negra?

La peste negra, peste bubónica o muerte negra, fue una pandemia que se propagó por Asia y Europa a lo largo del siglo XIV, cuyos efectos han sido los más mortíferos y virulentos de la historia.

Esta epidemia se transmitió a través de las pulgas infectadas que habitaban en los cuerpos de animales, especialmente ratas, pues sus tejidos producían bacterias negativas que no eran toleradas por los humanos. En 1346 brotó una zoonosis, es decir, los bacilos se introdujeron como huéspedes terminales en el sistema inmunológico humano.

Al contagiarse algún individuo, rápidamente el agente infeccioso se transmitió de un organismo a otro debido al contacto directo con la persona infectada o por vía aérea, causando fiebres altas, inflamación y supura de los ganglios linfáticos, delirios y hemorragias cutáneas que ocasionaban pústulas en la piel.

La peste negra generó horror y muerte. Incluso se caracterizó por ser un mal que no poseía nombre, sus mecanismos de difusión fueron desconocidos y se consideró que su naturaleza era un castigo de Dios. Por esa razón, los habitantes de las regiones afectadas se acusaban entre sí por haber pecado, hecho que —según ellos— causó la enfermedad.

Durante el tiempo que perduró (1346-1353), la pandemia se manifestó de tres formas: peste bubónica, septicémica y neumónica. Esos diagnósticos no se conocieron hasta el siglo XVI, cuando el historiador Johan Isaksson Pontanus (1571-1639) le otorgó un nombre a la Gran Mortandad.

Hubo brotes en los siglos siguientes, hasta el último, en el siglo XVIII, pero ninguno tuvo la virulencia del primero del siglo XIV.

Peste bubónica

La manifestación bubónica fue la más común y la que evolucionó con mayor rapidez. Iniciaba con la tumefacción de los ganglios del cuello, la ingle y las axilas, generando la supuración de los nódulos que brotaban debido a la fiebre.

Los síntomas eran dolor muscular, debilidad, escalofríos y alucinaciones. La esperanza de vida no superaba los tres días.

Se le denominó "bubónica" debido a la inflamación de los ganglios que, en años posteriores, fueron llamados "bubones" o "carbuncos". El virus se transmitía cuando las pulgas atacaban los miembros inferiores de sus víctimas.

Peste septicémica

Se generaba cuando las bacterias contaminaban el sistema sanguíneo e impedían la intervención de los bubones, causando el desarrollo de lesiones gangrenadas en los dedos, nariz y orejas. Esas marcas oscuras demostraban que el individuo había contraído la enfermedad, aunque no tuviera síntomas crónicos como los de la enfermedad bubónica.

No obstante, los individuos infectados no sobrevivían más de dos semanas. Es relevante destacar que las heridas gangrenadas fueron las que motivaron el nombre de "muerte negra", debido a su aspecto y al avance inmediato del virus.

Peste neumónica

Se manifestaba cuando las bacterias infectadas llegaban a los pulmones por las vías sanguíneas o respiratorias, causando la progresión rápida y mortal del virus.

Este padecimiento se consideraba leve si se comparaba con la bubónica o septicémica, pero provocaba constantes toses expectorantes, aspecto fundamental porque favorecía el contagio interhumano. Este contagio sucedía por medio del aire. Se cree que la peste se expandió a través de las partículas de saliva que se encontraban en el ambiente.

Origen e historia de la peste negra

Aún en la actualidad, el origen de la peste negra es un misterio, se considera un suceso que no presenta pruebas concretas. Sin embargo, hay dos hipótesis que indican que su expansión inició en la Ruta de la seda, entre Asia y Europa, utilizada para el traslado de productos de un continente a otro.

𝙼𝚒 𝚃𝚊𝚛𝚎𝚊 𝙴𝚗 𝙷𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora