La noche caía en la ciudad, pintando el cielo con colores degradados que se veían muy bonitos. El aire era un poco frío, pero lo suficiente como para disfrutarlo. Las luces de las calles comenzaban a encenderse, iluminando el camino de todas las personas que transitaban por el lugar, creando un ambiente acogedor a pesar de la oscuridad que se avecinaba.
Caminabas de regreso a casa, con una ligera sonrisa en los labios, pensando en lo que te esperaba al llegar: tus dos hijos, quienes ya se habían graduado de la UA y ahora eran héroes profesionales, trabajando al lado de su padre. Esa imagen te llenaba de orgullo y felicidad.
Tu vida era perfecta al lado del hombre que amabas, un amor que había superado obstáculos tan grandes que alguna vez pensaste que nunca podrían estar juntos. Ambos eran felices, y no había día en el que, entre risas, recordaran el pasado, cuando la frase "mundos opuestos" era como una herida abierta. Aún sentías un ligero nudo en el estómago al recordar aquel tiempo en que tu madre te había regresado a tu mundo, separándote de Katsuki, convenciéndote de que jamás volverías a verlo. Pero esa sensación desaparecía al mirar el anillo en tu mano, el mismo que compartías con él.
Al llegar a casa, escuchaste la voz de tu hijo mayor, quien relataba con emoción una de sus recientes peleas. Te asomaste a la sala y te encontraste con la mirada de los tres, quienes dejaron de hablar en cuanto te vieron entrar.
─ ¿Por qué no nos esperaste? ─ preguntó Katsuki molesto, acercándose a ti con ese tono que ocultaba preocupación.
─ La cita era temprano ─ respondiste, abrazándolo con ternura ─ Así que me adelanté y también les compré pastel.
─ ¡Bien pensado, mamá! ─ exclamó tu hija, Hanabi, mientras tomaba la bolsa que llevabas contigo.
Ambos hermanos se apresuraron a sacar el pastel, y después de abrirlo, corrieron a buscar platos para servirse un pedazo. Era casi una tradición familiar disfrutar de esa dulce delicia.
Katsuki, por su parte, te rodeó con sus brazos, acercándose hasta que su rostro quedó a la altura del tuyo. Te tomó suavemente del mentón y te hizo mirarlo a los ojos antes de besarte con una ternura que parecía eterna. Sonreíste contra sus labios, pero el momento se interrumpió abruptamente con las toses exageradas de tus hijos, quienes miraban la escena con incomodidad.
─ ¡Su madre y yo nos besamos frente a ustedes! ─ exclamó Katsuki, fingiendo indignación.
─ ¡Sigue siendo incómodo! ─ respondieron al unísono.
Te reíste suavemente, negando con la cabeza, mientras te acercabas a la mesa donde Kasui te entregó un plato con pastel. Tomaste un tenedor y regresaste junto a Katsuki, ofreciéndole un bocado que él aceptó, aunque su expresión divertida se tornó seria cuando Hanabi habló.
─ ¿Qué te dijo el doctor? ─ preguntó, entre mordiscos de pastel ─ ¿Te recetó algo para dormir?
Guardaste silencio por un momento, y Katsuki frunció el ceño, notando la vacilación en tu rostro.
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Mundos Opuestos | Bakugo y Tú | ✔️
FanfictionT/n es transportada a un anime que comienza a ver por curiosidad. A lo largo de lo que ella vive ahí entra en conflicto con sus pensamientos, ella quiere regresar a su mundo para saber el porqué pero tampoco quiere regresar y dejar al que es su pare...