capitulo 28

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Al caminar en el callejón, no me sentí anda bien, me senté en la fuente como siempre a espera a Olivia en la banca tratando de controlarme y no llorar por qué si lloro solo me veré débil, y no quiero serlo esas palabras de mi padre no paran en mi cabeza, no quiero ser una decepción.

-no quiero ser una inútil, tengo que proteger mis hermanos, soy la mayor, tengo que ser fuerte y no verme triste tengo que obedecer tener buenas notas, ser la mejor, no puedo usar lo que me gusta, tengo que usar la vestimenta que mi madre me elija- no paro de repetir eso en mi mente todas escosas y solo siento una presión en mis hombros los ciento muy pesados, quiero morirme.

-todo va a estar bien, ella está bien, él está bien, ellos están bien y yo estoy bien- inhale muy profundo, y repetí eso varias veces, al pensar en la muerte otra vez- ¿porque no soy la hija que ellos anhelan? tengo que esforzarme mas- 

- ¿porque te lastimas? - al abrir mis ojos vi sus manos sobre la mía quitando la de mi brazo ví mi brazo, me estaba rascando muy fuerte asta tenia algo sangre y no me di cuenta hasta ahora.

-no lose- que humillante el señor Francis me vio, así en este estado, ahora debe pensar que estoy loca.

-quieres un helado-

-no gracias estoy bien, solo espero a Olivia para irnos- se sentó a mi lado, y a un así me ofreció el helado que el traía lo acepte a un que no quiero.

-ella no vendrá hoy su padre me marco se sintió mal se enfermó-

-ha bueno, gracias por decirme- le sonríe muy alegre, esperando simular lo que pasó hace unos segundos, estaba muy nerviosa y apenada.

-bueno, solo no te extreses estás muy joven querida, no te aguas daño y disfruta de la vida- es difícil hacerlo con todo esto, los problemas en casa la muerte de mi hermano, mis pesadillas.

-si está bien-

-Sara, ya mucho tiempo que no te veo- al escuchar esa voz es el señor Hector y está junto con Cristian al verlo no dude en pararme correr así él y abrazarlo, hace mucho tiempo que no lo veía ni en la escuela ni en la ciudad de Yumbrel, no savia nada.

-me alegro de verte- dije muy alegre, al verlo me sentí muy feliz, no puedo creer que lo allá extrañado tanto a este tonto. cuando me aparte un poco sin pensar le pegue en el hombro -tonto- luego de pensar de lo que acabo de hacer me dio mucha vergüenza ya que su tío de seguro abra visto que le pegue a este torpe.

-ha, estoy bien, perdón si no dije nada es que era algo importante y tuve que irme, no me digas que lloraste por mi- me miró fijamente, me apretó mis cachetes es la primera vez que ase eso y me resulta muy extraño, creo que ha cambiado durante todo este tiempo-

-que haces tonto-

-nada, solo es que extraño estar verte así si que caíste en deprecion y dejaste de comer, a modo de huelga, por que me extrañabas- vi su sonrisa y eso me incomodo un poco, después de que dejo de aplastas mis cachetes, pero al verlo y ver que sigue con ese humor que lo característica tanto, me a legrado mi día.

Me puso algo triste al ver sus ojos, una parte de mi sentía que él quiera llorar, pero se estaba conteniendo, lo bol vi abrazar, realmente lo extrañe mucho, sentía que lo avía perdido. Vi al señor Francis y Héctor hablando, después de que me él se alejó unos pasos de mí.

- Cómo te ha ido ahí? -

-bien, pero creí que estarías con nosotras, en verdad te extrañé mucho nos así falta un poco de tu locura aquí en la escuela, todas te extrañan en realidad y nadie sabe por qué te fustes-

-ahí por favor no me alagues, ya sé que todas lloraron por mi- al escuchar eso ambos nos reímos, su tío nos hizo una seña para entrar a la tienda.

Al ingresar, la mirada del señor Héctor me intimido estaba demasiado serio, que humillante espero que no allá visto eso y confunda las cosas solo somos amigos y asi lo veo un gran amigo para mi.

-querida sube arriba y prepárate para tus clases por favor, en un momento subiremos para irnos juntos-

-si- obedeci lo que me dijo señor Hector.

-hijo acompáñala por favor- escuché decir cuando me dirigí a las escaleras.

Al llegar arriba, en la habitación donde está el portal, me dirige al vestidor Cristian se sentó en el sofá mientras me ponía el uniforme.

Qué vergüenza, la puerta tiene una abertura abajo y va a verme mis calcetines de vaca si las aras chistes malos respecto a mis calcetas, pero lo dejare pasar si lo hace, ya que si eso lo hace reír prefiero ver así que verlo triste, al menos me alegro de que ya me pudo poner este traje más rápido al principio incluso pedía la ayuda de Oliva por qué no supe ponerme el cinturón, lo bueno es que tiene mangas así no se ven mis brasos lastimados.

-sabes algo de Olvia- dije mientras me cambio lo más rápido posible.

-no, como te ha ido con tus poderes espero y no te ayas decepcionado por no obtener al que deseabas-

-en realidad no, me encanta el que tengo, pero es difícil poder avanzar, la primera clase no logré nada y eso me puso triste, por cierto, tintin ¿a ti te pasó no te decepciono tu poder? -

-haze mucho que no me decías así, bueno en realidad no, desde chico ya lo había manifestado mi poder-

- pero ¿cómo? No sé supone que cuando cumples los 12 te dan esa masa con la piedra rara-

-se le llama (poner las siglas y luego el especifica lo es) ya que es para decir nuestro tipo de sangre, si tenemos buena alimentación básicamente registra todo nuestro cuerpo así en dado caso para ir médico ya tiene una información previa, de nosotros además tiene un rastreador para los que no cumplimos la mayoría de edad-

-espera que- cuando dijo eso me pegue con la puerta, ya que me resbale con mi blusa que se me avía caído al suelo.

Solo escucha sus risas y luego yo también me reí por sus risas.

-están bien tonta- no tengo la menor idea de cuanto reímos ya que el hacia una pausa poniéndose serio y eso me hacía reír mucho más.

-sí, pero creo que me duele la panza de reírme- al decir eso solo nos reímos mucho más.

Al salir del vestidor solo sentí vergüenza por qué ser tan descuidada, me sentí a su lado.

- ¿tu naciste allá en ese mundo? - ya sabía la repuesta de eso, no sé por qué lo dije.

-sí, pero después lo de mis padres ya no estoy ahí como tal solo voy cuando mi tío me ordena.

- ¿puedo saber que les pasó a tus padres? Bueno si es no es molestia- dije eso último para no hacerlo sentir mal, por como dije la pregunta.

-los maratón- tomo un suspiro antes de continuar -bueno yo.... -

Escuchamos cuando la puerta se abrió.

-bueno ya es hora de irnos- dijo el señor Héctor, cuando cerró la puerta.

Me sentí molesta ya que después de tanto tiempo sabría que le pasó sus padres y saber la verdad, saber si aquellos rumores de la escuela saber si alguno es el verdadero, o tal vez tenga algo de verdad algún chisme no se si alguien día me lo diga, hasta me dio vergüenza preguntar algo doloroso para él.

-ahí que molestia- dije en mi mente estaba molesta, pero me mostraba tranquila y feliz para que no se nota mi molestia por a ver interrumpido nuestra conversación, realmente me gustaría saber algo más de él, y lo que a echo durante todo este tiempo.


Yumbrel: nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora