💵Capítulo 9💵

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KAREN

Después de terminar todo y salir casi a punto de anochecer de la casa de Edward, fui a mi casa. De camino, me compré una pizza; estos días han sido muy estresantes para mí. Todavía no podía creer que pasara de empresaria a niñera, de dar órdenes a recibirlas como una ayudante.

Cuando terminé de comer mi pizza, me di un baño y fui a la cama para dormir un poco.

La mañana siguiente, estaba buscando mi ropa después de darme una ducha y no podía creer que pasé la noche entera soñando con el cuerpo de Edward.

Todavía en mi cabeza estaba él, saliendo de la piscina completamente desnudo.

Me puse un vestido azul con unos tacones blancos y mi cartera combinaba con mis zapatillas.

Conduje hasta la casa de Edward. Cuando llegué, abrí la puerta y no lo vi por ningún lado. Miré hacia la cocina y él estaba ahí, sentado.

Caminé hasta él con una sonrisa toda profesional.

—"Buenos días, ¿cómo amaneció?"

—"Acostado".

Eso me ganó yo por ser tan buena gente.

—"Pues siga acostado".

Cuando iba a darme la vuelta, una mujer en una camisa que me imagino que es de Edward entra a la cocina.

—"Edward, buenos días".

Ella pasa frente a mí como si no existiera para ir a abrazar a Edward. Él la toma de la cintura y la besa con mucha pasión.

Por Dios, por un momento quise ser ella. Cuando ese pensamiento llegó a mí, salí de la cocina rápidamente y fui a la sala.

Luego de unos minutos, Edward vino hacia mí.

—"Te envié un correo, revísalo y luego me lo envías".

—"¿Eso quiere decir que por fin no me vas a despedir?"

—"No celebres mucho".

La mujer se fue alrededor del mediodía y yo pedí comida para mí.

Alrededor de media hora después, alguien tocó la puerta y fui a abrirla. Un hombre guapo estaba parado.

—"Soy amigo de Edward, tú debes ser su ayudante".

—"Sí".

Él me mira de arriba abajo. —"Pero él no me contó que eras una hermosura".

—"Perdón".

—"Nada".

Él entró y fue directo hacia donde Edward y fue directo hacia su oficina. Yo seguí con mi trabajo.

No sabía cuánta hora había pasado cuando el amigo de Edward salió de su oficina.

Me giré a verlo. —"¿Ya te vas?"

—"Sí".

—"Bien".

Él me mira de nuevo. —"Lástima que no esté soltera, te hubiera invitado a comer".

—"Disculpa".

—"Edward dijo que estaba comprometida".

—"Que él dijo que".

—"Lo siento, no me gustan las mujeres comprometidas".

Cuidando Al CeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora