💵Capítulo 26💵

430 31 4
                                    

KAREN

Estaba arriba de Edward; me había pedido que me quedara con él esta noche, pero no sabía si era buena idea.

—"Vamos a prepararte el café y luego podemos decidir qué haré".

Fui a la cocina y puse el agua a hervir. Cuando llegó el momento, eché el café, luego el agua, un poquito de azúcar y listo.

Fui a llevárselo y él ya estaba por dormirse.

—"Vamos, tómatelo".

Puse la taza de café en la mesa y lo ayudé a levantarse.

—"Elígeme a mí".

—"Vamos, Edward, toma el café".

Lo ayudé a llevárselo a la boca; luego él empezó a beberlo despacio. Cuando terminó, puse la taza en la mesa y volví a sentarme a su lado.

—"Quédate conmigo, por favor".

De verdad, que borracho era otra persona diferente, pero joder, no podía negar que no quería quedarme con él.

—"No lo sé, lo que me hiciste me dolió mucho".

—"Perdóname, juro que jamás lo volveré a hacer".

Se acercó a mí y agarró una de mis muñecas; luego, tambaleándose, se levantó del mueble.

—"Vamos a la habitación".

Subimos la escalera y llegamos a su habitación; era la primera vez que la había visto, pero no había tiempo para admirarla.

—"Ven a la cama conmigo".

Me metí en la cama y él rápidamente me arropó porque la habitación estaba fría por el aire acondicionado.

Entonces sentí sus brazos rodear mi cintura y me acerqué más a su cuerpo.

—"Gracias por estar aquí conmigo".

—"No fue fácil después de lo que hiciste, pero aquí estamos".

No sabía cuánto tiempo me había quedado dormida cuando me desperté con un beso en el cuello.

Abrí los ojos para ver a Edward; la luz del baño se reflejaba en la habitación.

—"¿Qué haces? Vamos a dormir".

—"Ya estoy bien y quiero estar contigo".

Y antes de saberlo, él ya había chocado sus labios con los míos; fue un beso embriagador.

Rápidamente empezamos a quitarnos la ropa y, en unos minutos, estábamos completamente desnudos.

Él abrió la gaveta de la mesita de noche y vi que había sacado un preservativo, lo rompió y se alejó de mí.

Vi cómo se lo arrollaba alrededor de su pene y luego volvió a acercarse a mí, comenzó a besar mi cuello y bajó por mi cuerpo hasta mis senos.

Lo agarró y se lo llevó a la boca, lo chupó y los mordió suavemente; luego hizo lo mismo con el otro, subió hasta encontrarse con mis labios.

—"Abre tus piernas para mí".

Cuidando Al CeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora