💵Capítulo 30💵

421 30 3
                                    

EDWARD

Sin quererlo, me encontré en la situación más inquietante. Había escuchado murmullos a través de la puerta cerrada de la oficina. La voz de Carter resonaba con una intensidad que me hacía sospechar que estaban discutiendo algo fuera de lo común. Pequeños fragmentos de voz me llevaron a acercarme un poco más, aun cuando sabía que no debía hacerlo.

—"Él no tiene que saberlo. Lo que importa es que tú lo apoyes..."—dijo Carter, casi en un susurro.

Una oleada de preocupación me recorrió al escuchar su voz. Mi hermano, siempre el chico astuto, ¿qué estaba tramando? Adelantándome para escuchar mejor, contuve el aliento.

—"Carter, esto tiene que ser transparente.".—respondió Karen, firmemente, aunque su tono ya sonaba un poco cansado.

No podía dar crédito a lo que estaba escuchando. La auxiliar que creía acompañar mi ascenso era una empresaria decidida, manipuladora incluso. ¿Estaba colaborando con Carter para hacer negocios a mis espaldas?

—"Edward será más fuerte si tiene apoyo".—Carter continuó.—"Solo necesita confiar en que estamos trabajando por el bien de la empresa Mauricio".

Hice un esfuerzo supremo para no entrar y confrontar a ambos. Controlando mi respiración, fui capaz de asimilar la traición que se estaba formando ante mis ojos, un juego que hacía tambalear los cimientos de mi confianza en Karen y, sobre todo, en mi propio hermano.


KAREN

La tensión era palpable mientras salíamos de la empresa Mauricio. Edward caminaba a mi lado, pero su silencio lo decía todo. Mi corazón pesaba con la preocupación por la reunión que había tenido con Carter, así como por la creciente distancia que se sentía entre nosotros. Había tanto en juego; su ascenso a CEO venía acompañado de un mar de complicaciones, y no podía evitar sentirme en parte responsable por todo.

Los tibios rayos de sol de la tarde empezaron a caer sobre nosotros mientras nos dirigíamos a su mansión. Cada paso se sentía más pesado que el anterior, y un silencio opresivo nos envolvía. Intenté romperlo, pero las palabras se me escapaban. Mil pensamientos cruzaron mi mente, preguntas sin respuesta flotando en el aire entre nosotros.

Finalmente, llegamos a la mansión, y Edward se detuvo en la puerta principal.

—"Voy a subir". —dijo simplemente, sin darme más explicación.

Yo asentí con un sentimiento de desamparo, y antes de que pudiera decir algo más, se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia su habitación. Me quedé ahí, sola en la sala, sin saber qué hacer ni qué pensar.

Pasó más de una hora antes de que Edward regresara. La espera se me hizo eterna, cada minuto se sentía como una angustiante eternidad. Finalmente, apareció vestido con una camiseta de algodón y jeans oscuros. Supe que iba a salir, pero no podía evitar sentir un estremecimiento de ansiedad al verlo tan decidido.

—"Voy a salir".—informó sin rodeos, como si eso no requería más explicación o contexto.

—"¿Con otra mujer?"—pregunté, sintiendo cómo la incomodidad se mezclaba con la necesidad de saber la verdad, de romper el silencio que pesaba entre nosotros.

Las palabras quedaron colgando en el aire, y la falta de respuesta fue suficiente para que mi corazón se hundiera. Edward no respondió, solo se giró y se dirigió hacia la puerta de salida, dejando tras de sí un eco de desasosiego y una sensación de traición que me atravesó.

—"Edward, espera"—logré decir, pero él no se detuvo. Su figura se desvaneció tras la puerta, dejándome sola y llena de preguntas sin respuestas.

Cuidando Al CeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora