💵Capítulo 34💵

541 33 2
                                    

EDWARD

No soporté verla bailar tan alegremente con Jack, riendo y disfrutando sin prestarme atención. Cada movimiento de su cuerpo, cada sonrisa que le lanzaba, me llenaba de celos ardientes. Esa idea de que podía disfrutar de la vida sin mí me enloquecía. 

Era hora de actuar.

Así que, con determinación, me acerqué a ella. La música sonaba a su alrededor, pero en mi mente solo existía la necesidad de hablar con Karen.

—"Karen".—dije, interrumpiendo su momento.—"Necesitamos hablar".

Ella se volvió hacia mí, sorprendida pero también con un destello de desafío en su mirada.

—"¿De verdad, Edward? ¿Ahora quieres hablar? ¿Después de todo lo que has hecho?"—me confrontó, cruzando los brazos.

La tomé del brazo y la llevé a otra parte donde no había personas.

—"No se trata de lo que he hecho, se trata de lo que estás haciendo".—respondí, sintiendo cómo la ira y la frustración se acumulaban en mí.—"¿Por qué estás así con él?"

—"¿Y qué importa eso?".—dijo, desafiándome—"Deberías preocuparte más por tu futuro con Sophie que por cómo me comporto con Jack".

El aire entre nosotros se volvió pesado, y la tensión era palpable.

—"No puedo quedarme de brazos cruzados mientras te veo disfrutar con él".—exclamé, incapaz de contenerme—"¡Aún me importas, Karen!"

Sin pensarlo dos veces, de repente actué por mis emociones.  Acercándome más, la tomé del brazo y la besé, esperando que ese gesto rompiera la barrera entre nosotros y todo fuera como antes. Pero en lugar de eso, ella se apartó con fuerza.

—"¡No!"—gritó, mirándome con furia—"¿Qué te crees? ¡No puedes simplemente hacer eso y esperar que todo esté bien!"

Antes de que pudiera responder, me propinó una bofetada que resonó en el silencio alrededor de nosotros. La sorpresa me dejó atónito, y el ardor en mi mejilla palpitante era nada comparado con el dolor de su rechazo.

—"Karen, yo solo..."—intenté explicar, pero ella ya se estaba alejando, dejando atrás el tumulto de mis sentimientos y el eco de la bofetada que aún resonaba en mi mente.

Salí hacia la multitud, sintiendo el ardor de la bofetada en mi mejilla, mezclado con una frustración intensa. Era un tonto por haber creído que podría resolver las cosas con un beso. No solo había arruinado cualquier posibilidad de reconciliación, sino que también había expuesto mis vulnerabilidades ante ella. 

La vi marcharse de la fiesta, de la mano de Jack, riendo y charlando como si no hubiera un mundo lleno de complicaciones entre nosotros. Cada paso que daban juntos era una puñalada al corazón.

Me tomé un momento para respirar profundamente y articular mis pensamientos. Busqué a Sophie en la multitud, mi prometida, para aferrarme a la idea de un futuro sin Karen.

—"Edward, ¿estás bien?"—preguntó Sophie, al notar mi expresión sombría.

—"Sí, solo... necesito un momento".—respondí, tratando de sonar más firme de lo que realmente estaba.

Ella conectó su mano a la mía, insuflándome un mínimo de calma. Pero mi mente no podía dejar de regresar a Karen. La imagen de ella sonriendo con Jack me atormentaba. Tenía que enfrentar esto. Tenía que encontrar una solución, y si eso significaba confrontar a Jack, entonces eso haría.

Me detuve en seco, mirando hacia la salida donde se habían ido. ¿Por qué estaba sintiendo esto? La perspectiva de verla feliz con otro me llenaba de celos y rabia. Sin embargo, no podía salir corriendo tras ellos de esa manera. Contuve la respiración y traté de pensar en cómo actuar.

—"Voy a hablar con Jack" —dije finalmente, buscando la validación en los ojos de Sophie.—"No puedo dejar que se lo lleve así. No puede pensar que solo puede rondar a Karen sin que yo actúe".

Sophie frunció el ceño, claramente preocupada.

—"Edward, quizás deberías dejar las cosas como están. No querrás causar una escena, ¿verdad?"—insinuó.

—"No, Sophie, esto no puede seguir así".—respondí, decidido.—"No puedo quedarme de brazos cruzados mientras él cree que puede abrirse camino en mi vida".

Sin esperar una respuesta, me dirigí hacia la puerta, sintiendo cómo cada paso se asentaba en mi determinación. Hoy no podía ser solo un espectador. Iba a enfrentar a Jack, y con suerte, también a lo que significaba realmente Karen para mí, antes de perderla por completo.

Cuidando Al CeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora