KAREN
La mañana siguiente, me desperté y fui a ducharme. Abrí una gaveta donde estaba un sobre con un cepillo dental nuevo. Sacándolo, abrí el paquete, tomé una pasta dental y me cepillé los dientes. Luego me duché y salí envuelta en una toalla.
Un sonido en la puerta me hizo girar la cabeza hacia ella.
—"Adelante" —dije, tratando de sonar despreocupada.
Luisa entró con una bolsa; la miré y le sonreí.
—"El joven Jack me mandó a que le trajera ropa" —dijo con amabilidad.
—"Muchas gracias, Luisa" —respondí, agradecida por su gesto.
Cuando se retiró, miré la bolsa. Todo estaba completamente nuevo. Le quité la envoltura a la ropa y me la puse. Me estaba secando el pelo con la toalla cuando otro sonido en la puerta me distrajo.
—"Puede entrar" —dije, sintiendo un cosquilleo de anticipación.
Jack entró vistiendo una camisa azul oscura y un pantalón negro; se veía muy bien.
—"Lamento darte esta mala noticia, pero que no lo escuches de mí, escúchalo de otra persona" —dijo, en un tono que me hizo sentir inquieta.
No entendía a qué se refería. Entonces tomó el control y prendió la televisión que estaba en la habitación.
Una periodista apareció en la pantalla.
—"¿Qué es esto, Jack?" —pregunté, con preocupación en la voz.
—"Escucha lo que está diciendo, por favor" —pidió, su mirada fija en la pantalla.
Mire la televisión y me concentré en la mujer que hablaba.
—"Como he dicho, televidentes, Edward Mauricio acaba de casarse anoche por la iglesia con una joven misteriosa" —anunció la periodista. —"Aquí le mostraremos una imagen de él saliendo con ella de la iglesia anoche" —continuó.
Mis ojos se enfocaron en la foto: él saliendo de la iglesia, agarrado de la mano con la chica que presentó en la fiesta. Ni siquiera me acordaba de su nombre, pero sabía que era ella. La rabia y la tristeza golpeaban en mi pecho.
Tenía que sentirme mal, pero no iba a darle ese premio. Desde hoy, Edward no existía más para mí.
—"¿Quién será la afortunada que ha hecho que el único Mauricio soltero se casara? Debe ser especial para por fin retener al soltero de Chicago" —dijo la presentadora, mientras una imagen de la feliz pareja llenaba la pantalla.
Un nudo se formó en mi estómago. Su vida continuaba sin mí. Pero aquí, en esta habitación, había algo nuevo. Algo que me hacía sentir viva de nuevo. Miré a Jack, con su preocupación sincera en su rostro, y supe que era momento de dejar el pasado atrás.
—"No importa, ¡vamos a seguir adelante!" —exclamé, intentando ahogar la tristeza que intentaba aflorar. Tenía que ser fuerte. La vida tenía que continuar, y esta vez, yo sería la que decidiera hacia dónde ir.
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Cuidando Al Ceo
RomanceKAREN Imagínate de empresaria a niñera, pero Edward se comporta peor que un niño. Porque un niño no trae mujeres diferentes a la casa, pero ¿qué puedo esperar si es el "bad boy" más mujeriego de Chicago? EDWARD Nadie puede decirme qué hacer y ella...