💵Capítulo 20💵

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KAREN

Mire cómo él la tomó de la cintura y la cargó antes de empezar a subir la escalera con ella en brazos.

Me sentía tan tonta. Hace unos minutos estaba con él y ahora mismo iba a estar con otra mujer, pero qué gran estúpida era.

Pero un error no me iba a detener. Esto que pasó con Edward no se iba a repetir nunca más; de eso me iba a encargar yo.

Quería salir corriendo de esta casa para siempre, pero mi empresa no tenía la culpa de mi deseo por ese gran imbécil.

Caminé hasta la sala y empecé a revisar los archivos que el imbécil había dicho que estaban todos mal. Sabía que estaban bien; solo necesitaba algo para no pensar que Edward ahora mismo lo estaba haciendo con una mujer.

Pero eso no se pudo evitar, no por mí, sino por los gritos de la mujer que rebotaban en la mansión.

—"¡Por eso me gusta estar contigo!".

—"¡Sí, Edward, justo así!".

Seguí intentando concentrarme más que nunca, pero no podía negar que esto me hacía sentir mal, tan mal que mis ojos se llenaron de lágrimas.

Fui a la cocina en busca de agua; tal vez me ayudaría a distraerme o lo que sea, pero necesitaba tomar algo.

Contuve mis lágrimas y llené un vaso de agua. Me senté en una de las butacas que había frente a la meseta.

No sabía cuánto tiempo duré en la cocina sentada, pero ya no escuchaba los gritos y, por fin, estaba a punto de salir de la cocina cuando casi choco con Edward, que estaba en pantalones, frente a mí.

Subí la mirada y me topé con sus ojos.

—"Si me disculpas".

Pero cuando intenté pasar a su lado, él me tomó del brazo y, en una fracción de segundo, estaba pegada a la pared, con él frente a mí.

—"¿Qué crees que haces?"

—"Nada de lo normal".

—"Ve con tu chica y déjame seguir trabajando".

—"Está celosa".

—"Tú no puedes hacer que sienta eso".

Él me soltó y se apartó de mí. —"Tienes razón, lo que pasó fue un gran error que no volverá a pasar; solo fue una diversión".

Cuando dijo esas palabras, salió de la cocina y cada palabra de él fue una bofetada hacia mí.

Respiré profundo y salí de la cocina. No iba a darle lo que quería; no iba a derrumbarme. Después de todo, era verdad lo que dijo: era una cosa de una sola vez.

Salí a la sala y miré que él estaba sentado en la piscina, y antes de buscar a la chica, ya ella estaba de parranda frente a mí.

—"¿Puede traerme una copa de vino?"

Cuidando Al CeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora