KAREN
Entramos al salón que realmente era un cine en toda regla; era súper grande, con una pantalla gigante en el medio y un montón de asientos cómodos que parecían invitarme a quedarme. Las paredes estaban decoradas con carteles de películas clásicas, y las luces tenues creaban una atmósfera perfecta para una noche de cine.
—"Juro que si tuviera esto en mi casa, no saldría de aquí nunca" —dije riendo, sintiéndome un poco más ligera al observar el ambiente.
—"Bueno, a mí no me molestaría la idea de que te quedes viviendo en mi casa para siempre, aunque no salgas de aquí" —replicó Jack, su tono era juguetón, pero había algo en su mirada que parecía sincero.
Lo miré, todavía sin entender por qué demonios este chico era tan bueno conmigo. Apenas nos conocíamos, y a pesar de mi tristeza y confusión por Edward, aquí estaba un chico dispuesto a sacarme una sonrisa.
—"No me mires así, Karen" —dijo, inclinándose un poco hacia mí, como si pudiera leer cada pensamiento que cruzaba por mi mente.
—"¿Cómo?" —pregunté, sinténdome un poco atrapada en su actitud despreocupada.
—"Como si fuera un ángel" —respondió, guiñando un ojo.
—"Y si pienso que lo eres" —dije, riendo a pesar de mí misma, disfrutando del momento.
—"Te aseguro que no lo soy. Ahora ve eligiendo una película; le diré a Luisa que haga palomitas y algunas cosas para comer" —dijo, saliendo de la sala con una sonrisa que dejaba entrever su deseo de hacerme sentir mejor.
Me quedé sentada en la sala, mirándola con atención, pero mi mente pronto se desvió hacia Edward. La imagen de él presentando a esa chica como su nueva esposa seguía atrapada en mis pensamientos, como una canción pegajosa que no podías apagar. La traición y el dolor comenzaron a borbotear en mi interior, ahogando la ligera felicidad que Jack había logrado inducir en mí.
Jack regresó un momento después.
—"Sé que lo que hizo te duele" —dijo, su voz seria, lo que me hizo girar hacia él, sintiendo un nudo en el estómago.
—"No puedo dejar de pensar en ello. ¿Cómo pudo hacerme esto?" —respondí, el desánimo en cada palabra.
—"Pero escucha, no vale la pena que estés pensando en él" —continuó, mirando fijamente a mis ojos con una intensidad que me hizo sentir vulnerable.— "Es mi amigo, pero cuando hace algo mal, hay que decírselo. No deberías sentirte mal por lo que pasó".
Me quedé en silencio, reflexionando sobre sus palabras. Ciertamente, tenía razón. Pasaba tanto tiempo pensando en Edward, en su traición, que olvidaba el valor de concentrarme en mí misma y en las personas que realmente se preocupaban por mí. Miré a Jack, dándome cuenta de que, aunque era un amigo relativamente nuevo, su bondad me ofrecía la posibilidad de un nuevo comienzo.
—"¿Y qué pasa si simplemente no puedo?" —respondí finalmente, sintiendo cómo las emociones se desenfrenaban de nuevo.
—"Entonces, trata de distraerte. Permíteme ser esa distracción por ahora" —dijo Jack, inclinándose hacia mí con una sonrisa que iluminaba su rostro—"Hay muchas otras historias que puedes disfrutar, ¿no crees?"
Tomé una respiración profunda, sintiendo que la presión en mi pecho comenzaba a aflojarse. Tal vez esta noche podría ser un paso hacia adelante, lejos de Edward. Quizás podría permitirme disfrutar de la compañía de alguien que realmente quería verme sonreír. Así que, me volví hacia la pantalla, listas para elegir una película. Aun con el eco de la traición en mi mente, un pequeño hilo de esperanza comenzaba a brotar.
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Cuidando Al Ceo
RomanceKAREN Imagínate de empresaria a niñera, pero Edward se comporta peor que un niño. Porque un niño no trae mujeres diferentes a la casa, pero ¿qué puedo esperar si es el "bad boy" más mujeriego de Chicago? EDWARD Nadie puede decirme qué hacer y ella...