KAREN
Me quedé sorprendida, sin saber qué demonios decir ante la confesión de Jack. Su sinceridad me había dejado sin palabras, y la mezcla de emociones me abrumaba.
—"Sabe que..." —comencé a decir, pero él me interrumpió.
—"Sé que estás enamorada de Edward. No te estoy pidiendo que lo olvides en unos minutos, pero sí que me des la oportunidad de mostrarte que cuando se ama, no se lastima" —dijo con un tono serio pero esperanzador.
—"No lo sé, Jack. Eres su mejor amigo" —respondí, sintiendo el peso de mis dudas.
—"Está claro que desde hoy no lo soy. Déjame amarte como se debe, de verdad, Karen" —dijo, mirándome fijamente, como si su deseo de estar conmigo llenara el espacio entre nosotros.
—"Primero vamos a sanarte esa herida y luego hablamos de eso, ¿te parece?" —sugerí, tratando de desviar mi mente de lo que me había confesado.
—"Me parece muy bien" —respondió, asintiendo con una sonrisa que iluminó su rostro.
—"Gracias por todo lo que estás haciendo por mí esta noche" —dije, sintiéndome un poco culpable por el caos que había causado.
—"Por favor, lo que se hace con gusto no se agradece" —contestó, su voz era suave y cálida.
Terminé de limpiar su herida, y cuando quise darme cuenta, no sabía si la película se había terminado o si Jack simplemente la había pausado cuando Edward llegó. Salimos de la sala, reconociendo que no íbamos a poder ver más la película así como estábamos.
Nos sentamos en el mueble, y la sala era hermosa, con cuadros preciosos pintados por toda la casa. Perdí la noción del tiempo observando la decoración.
—"Sé que esos cuadros son feos" —dijo Jack, interrumpiendo mi observación con un tono burlón.
—"¡Claro que no!" —respondí, defendiendo la belleza que me rodeaba.
—"Bueno, pues dale las gracias al pintor" —dijo, sonriendo con picardía.
Giré mi cabeza para mirarlo, sintiendo una mezcla de diversión y curiosidad.
—"Si estuviera aquí, lo haría" —respondí, riendo un poco.
—"Lo tienes frente a ti" —dijo, señalándose a sí mismo con un tono de confianza.
—"No" —dije, asombrada—"¿Eres tú el pintor?"
—"Sí, es mi pasatiempo favorito" —confirmó, con una sonrisa que iluminaba aún más su rostro.
—"Muy hermoso. Si lo vendes, yo sería la primera clienta" —comenté, disfrutando del juego de palabras.
—"Puedo dibujarte, y así te puedes llevar uno para tu casa y el otro para mí" —sugirió, sus ojos brillaban con entusiasmo.
—"¿Y qué piensas hacer con un cuadro mío?" —pregunté, intrigada.
—"Para ponerlo en la pared que está frente a la puerta, para que cuando entre cualquier persona, te vea ahí, como la dueña de todo esto... si aceptas, Karen" —dijo, su tono era sincero y profundo.
Una calidez se apoderó de mí. La idea de que Jack quisiera tener un recuerdo mío, de que pensara en mí de esa manera, me hizo sonreír. Era un momento inesperado de ternura en medio del caos emocional en el que me encontraba. A medida que poco a poco comenzaba a aceptar que quizás podía dejar el dolor atrás, la posibilidad de algo nuevo y emocionante se empezaba a asomar en mis pensamientos.
Una foto para que conozcan a Jack.
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Cuidando Al Ceo
RomanceKAREN Imagínate de empresaria a niñera, pero Edward se comporta peor que un niño. Porque un niño no trae mujeres diferentes a la casa, pero ¿qué puedo esperar si es el "bad boy" más mujeriego de Chicago? EDWARD Nadie puede decirme qué hacer y ella...