💵Capítulo 14💵

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EDWARD

Ya estaba anocheciendo y no sabíamos cuántas bebidas habíamos tomado. Yo, que estaba acostumbrado a beber mucho, ya estaba borracho.

Pasamos el tiempo bebiendo y, por fin, bailando. Miré a Karen y ella tomó su teléfono.

—"Oh Dios, es súper tarde".

Intentó pararse, pero volvió a caerse.

—"No puedes manejar en ese estado".

—"Sr. Mauricio, me está pidiendo que duerma en su casa".

—"No quiero, pero tampoco quiero que te pase algo que se pueda evitar".

La acompañé hasta la recámara de invitados.

Ella se acostó y, cuando apagué la luz, se sentó en la cama rápidamente.

—"No me dejes sola, no me gusta la oscuridad".

—"Me quedaré hasta que te duermas y luego me voy".

Me acosté a su lado, esperando que se durmiera. Ella se acercó a mí y colocó su cabeza en mi pecho.

No sabía que me estaba quedando dormido hasta que escuché un ruido. Cuando abrí los ojos, la luz estaba prendida y Karen estaba quitándose la ropa.

—"¡Despierta!".

Me senté en la cama mirándola sin entender.

—"Ven a dormir".

—"N-no".

Se acercó y tomó una botella de la que no tenía idea de cómo había llegado a la habitación.

—"Toma".

—"No creo que sea buena idea".

—"Ahora, ¿quién es el aguafiestas?".

Me sirvió un vaso y uno para ella. Luego de beber, empezó a quitarse la ropa.

—"¿Qué haces?".

—"Voy a bailarle desnuda".

—"No te voy a detener".

Se desnudó delante de mí y mis ojos bajaron por su cuerpo en cámara lenta, tan lento que supe cuántos lunares tenía y una marca de nacimiento en la espalda.

Sin mencionar que su cuerpo era el de una sirena; era tan perfecto que parecía operado. Maldición, sabía que se veía bien con ropa, pero sin ella se ve mucho mejor.

Empezó a mover su cuerpo de forma sexy y lenta mientras se acercaba a mí. No pude controlar que mi pene se pusiera duro y ella se subió encima de mi regazo, poniendo cada pierna a un lado.

Empezó a mover su cintura tan bien sobre mi pene que no pude controlar el gemido que abandonó mis labios.

—"Eres más buena gente cuando estás borracho".

Me reí de sus palabras.—"Y tú, sin duda, eres un peligro cuando estás borracha".

—"Por eso no tomo".

—"No me digas, quien acaba de despertarme para seguir tomando".

—"Un día al año no hace daño".

Comenzó a mover su cadera mientras sus manos pasaban por mi pecho.

—"Nena, no provoques al lobo si no estás lista para ser comida".

Ella levantó la cabeza y me topé con sus ojos azules.

—"¿Qué pasa si quiero que me coma?".

Cuidando Al CeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora