Cap:23

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C

ELIA :

– Ven, sígueme. 

Dice Máximo guiándome dentro y un agradable aroma llega a mi nariz, frente a mí se encuentra una mesa con una deliciosa cena, velas aromáticas y una lujosa cama llena de pétalos. 

JEJEJE, esta será una larga noche. 

Tomo asiento en la elegante silla que Máximo aparta para mí. 

– Siéntate cómoda y disfruta. 

Dice dejando un dulce beso en mi cuello. 

Máximo con mucha delicadeza destapa los platillos preparados, dejándome ver la rica cena que está preparada de menara delicada y hermosa. 

– Mmm, esto se mira muy delicioso. 

Digo mirando el rico pescado bañado en crema de papas. 

– Yo lo preparé, espero lo disfrutes. 

Habla con una sonrisa sincera en el rostro. 

Abro lo boca. 

¿– Sabes cocinar? 

Digo sorprendida. 

El asiente mientras me brinda una copa de vino. 

– Sé hacer muchas cosas Celia, entre ella está cocinar diferentes platillos. 

Dice orgulloso de él mismo. 

Woow, este hombre viene en el combo completo. 

Sin más que hablar empezamos a cenar y la verdad está muy rico, merece un diez de diez. 

¿– Y bien? 

Dice sin dejar de observarme. 

– Está muy rico, diez de diez. 

Digo volviendo a mi plato sin prestarle mucha atención. 

Terminamos la cena en silencio, y en estos momentos nos encontramos sentados en el suelo, tomando una copa de vino en la cubierta. 

– No, nunca me ha llamado la atención el BDSM, pero en caso de que me fuera a interesar sería la ama, eso de ser sumisa no me gustaría. 

Digo tomando un poco de vino. 

¿– Por qué no? A las mujeres les gustan que las dominen. 

Lo miro alzando una ceja. 

– Has estado con muchas ¿No? 

Hablo sintiendo algo muy feo en mi pecho. 

– Solo algunas, nunca llevé una vida sexual activa, siempre me concentré en la empresa y mas después de tener el accidente... A decir verdad luego del accidente solo estuve con dos mujeres, pero salieron huyendo al ver mi rostro.

¿– Enserio? Pero si eres guapo. 

Digo acercándome a él para acariciar su cicatriz.

– No estaba operado para ese tiempo, mi rostro era horrible en todos los sentidos. 

Dice tomando mi mano para dejar pequeños besos en ella y luego subirme sus piernas. 

– Quiero que esta vez tomes el control Celia... Soy todo tuyo. 

Me susurra dejando besos por todo mi cuello. 

– Maxi... Yo... La verdad no tengo mucha experiencia y no quiero arruinarlo. 

Digo con pena. 

Su mano toma mi mentón y hace que lo mire. 

– No te preocupes por eso, solo dejate llevar... Sé que lo harás bien. 

La venganza de una madre solteraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora