Ha pasado una semana del accidente de Máximo y aún no ha despertado, los doctores me dicen que ha mejorado bastante y que despertará pronto.
Luego de mi suegra y yo darle una paliza a Carolina la entregamos a la policía para que sea investigada y juzgada por la ley.
Cierro los ojos para dormir un poco en el sillón de la habitación dónde se está quedando Máximo, pero un movimiento en la cama me despierta.
– Agua...
Escucho que Máximo susurra y me cóloco de pies inmediatamente.
– Oh, cielos despertaste.
Digo para ir corriendo a llamar a la enfermera.
De inmediato un equipo de médico entran para atender a Máximo y me hacen salir.
Después de esperar unos quince minutos fuera me permiten entrar.
– Él señor Cooper está en perfectas condiciones, puede que sienta mucho cansancio y sueño debido a los fuertes medicamentos, pero volveremos mañana para asegurarnos qué todo siga bien.
Asiento con una sonrisa amable y los despido.
Me acerco a la cama de Máximo y me siento a su lado.
– Me alegra que hayas despertado Máximo.
Digo intentando que las lágrimas no salgan, pero me es imposible... Cielos me he vuelto una llorona.
Me volteo para que no me vea y trato de limpiar mis lágrimas.
– Cariño... ¿Estás llorando? Me parte el corazón verte así.
Escucho su voz algo ronca y pausada.
Me volteo para mirarlo.
– Lo siento... Es que... Estoy feliz de que hayas despertado.
Hablo tomándo su mano y le doy pequeños besitos.
– Él doctor me dijo que estuviste llorando toda la semana... Me pone triste pensar eso... Celia yo...
Lo callo con mis dedos.
– No puedes estar triste, dejemos esto atrás y pensemos en tu recuperación ¿Sí? Es lo más importante.
Hablo limpiando cualquier rastro de lágrimas.
– Esta bién amor... ¿Cómo está el bebé y tú? ¿Y Angel?
– Estamos todos bién... Angel está junto a tú madre, se lo ha llevado para que no esté triste.
Máximo asiente un poco.
– Carolina fue la culpable de esto...
– No te preocupes por ella, ya está en manos de la justicia, me aseguraré qué nunca salga de prisión.
Hablo apretando los puños.
– Gracias Celia... Nunca pensé encontrar una persona como lo eres tú y por eso te amo con todo mi corazón.
– Yo también te amo y no debes de darme las gracias... Recuerda en las buenas y en las malas.
Digo besando su frente y me cóloco de pies
– Tú familia están ansiosos y preocupados, así que los llamaré para darles la buena noticia.
Digo tomándo mi celular para llamarlos.Minutos después toda la familia de Máximo estaban reunidos en la habitación dándole ánimo para que se recupere más pronto.
– Tu esposa vale oro Máximo, cuidala bién.
Dice Maximiliano el padre de Máximo con una sonrisa.
Él asiente con una sonrisa y me mira.
– Lo sé.
– Tienes que recuperarte pronto hermano, a las mujeres embarazadas se le alborotan las hormanas... Y ya sabes debes de estar...
– No es necesario que continúes Roselia, se a lo que te refieres.
Interrumpe Máximo a su hermana con el ceño fruncido y esta ríe.
El resto de la tarde pasó entre risas y buenos momentos inolvidables.HUGO :
– Estás loca Yulia, no voy a casarme contigo.
Digo levantándome de la cama luego de una sección de sex*... Esta mujer parece una máquina incansable.
Élla empieza a reír.
¿– Dónde vas? No tienes escapatoria Hugo, estamos en el medio del mar.
Habla mirándome con burla.
Frunzo el ceño y salgo afuera... Y evidentemente estamos en el medio del mar... Pero esta maldita loca...
¿– Pero como?
– Te drogué mientras dormías y le dije a unos de mis hombres que te trajera hasta aquí... Fue muy fácil.
Dice con una sonrisa.
– Estás loca...
– Si por tí, cariño.
Me lanza un beso.
– Yulia... Hay muchos hombres ¿Por qué conmigo? No soy hombre de casarme.
Hablo sentándome para ver si ella razona.
La muy condenada se levanta desnuda y se sienta sobre mis piernas, dejándome ver su exquisito cuerpo.
– Te elegí desde la primera vez que te ví, además la tradición de mi familia es que con el hombre que pierdes la virginidad con ese te casas, si no lo haces por las buenas mi padre te obligará por las malas.
Dice dando pequeños besitos en mi pecho y cierro los ojos.
– Pero... No sabía que eras virgen... Me engañaste Yulia.
Hablo suspirando.
– Pero te encantó, no te detuviste en toda la noche.
Me sonríe con coquetería.
Suspiro tratando de controlarme.
– Mmm, Yulia...
Gimo cuándo empieza a mover sus caderas encima de mi miembro.
– Tu boca dice una cosa, pero tu cuerpo dice otra... Mi familia estaría encantada de que formes parte de élla... Y yo también.
Dice con un gemido cuándo se lo introduce.
Beso sus labios rojos hinchados y me la llevo a la cama para hacerla mía una vez más... Esta mujer me va a volver loco... Pero así me encanta.CELIA :
Han pasado tres meses y todo ha ido de maravilla, en la investigación Mírian y su madre estaban implicadas en robos de dinero y en mi intento de asesinato.
Por lo tanto un mes después de haber sido echadas como trapo sucios de la mansión, fueron apresadas.
Ambas estaban irreconocibles... Pasaban hambre durante días y comían de lo que la gente de la calle les daba.
Me aseguré qué jamás salgan de prisión y permaneceran encerradas por el resto de sus días.
En estos momentos me dirijo a la peor prisión para ver por última vez a mi padre, quiero ver en que estado se encuentra.
¿– Vienes a burlarte de mí?
Dice sentándose de mala gana.
Observo al hombre que hace uno meses estaba en su esplendor... Ahora parece que se le fueron más de veinte años...
Pues claro, pagué una suma de dinero para que trabaje en la mina junto a los otros presos... No lo entré a la cárcel para que disfrute sentado... ¡No! Lo entré para que sufriera así como mi madre y yo sufrimos una vez.
– Estás horrible, no pareces el rico hombre inalcanzable qué eras.
Hablo mirándolo sin expresión.
– Cuándo salga de aquí voy a matarte con mis propias manos.
Dice furioso y sonrío.
– Querido padre, de la única manera que saldrás de aquí es muerto, por lo tanto... Disfruta los días que te quedan... Trabajar en la mina agota y enferma, y más a una persona que nunca ha trabajado ¿Crees que vas a durar mucho?
Hablo alzando las cejas.
Él se coloca de pies y golpea el cristal.
– Eres una maldita Cecilia.
Habla furioso.
– Igual que tú.
Digo levantándome con la mano en mi vientre qué está un poco grande.
– Mira es tu nietecita... Me enteré ayer que será una niña... Pero lástima que nunca conocerá a su abuelo por que es un maldito.
Hablo mientras acaricio mi panza con una sonrisa.
Mi padre no dice nada y observa mi panza.
– Hasta nunca Pablo, espero disfrutes tus últimos días, y nunca olvides mi rostro por que jamás me volverás a ver.
Hablo para irme sin mirar atrás... El pasado se quedará en el pasado.
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La venganza de una madre soltera
Roman d'amourLuego de Cecilia sufrir un calvario a monos de Victor Cortés aún siendo una joven de dieciocho años, y de sus padres entregarla a ese monstruo... Escapa cuando es obligada a abortar su bebé. Años más tarde la chica no es la misma de antes es una imp...