Cap:38

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Frente a la casa de los Cortés se encontraban varias personas haciéndo escándalos junto a periodistas y reporteros.
– QUE ENTREGUE EL NIÑO A SUS PADRES.
Gritaban con suficiente fuerzas las personas del lugar.
– Han visto lo que han causado.
Dice el padre de Victor furioso, no puede creer que su hijo sea tan estúpido.
– Cariño calmarte, ese niño tiene nuestra sangre, por ende tenemos derechos sobre él.
Habla la madre de Víctor sintiéndose inalcanzable como siempre.
– Ya veo de dónde este mocoso sacó la estupidez... ¿Acaso no usas el cerebro para pensar? Ese niño es un Cooper ¿Saben en el problema legal que estamos? ¿Cómo se le ocurren tomar el niño sin el consentimiento de los padres? Y peor aún... ¿Entrar a una casa sin una orden? Espero que arreglen este lío.
Dice para salir muy furioso.
– Y ahora ¿Que haremos hijo?
– Entregar ese mocoso donde pertenece.
– Eso jamás Víctor, es la única manera de que el viejo te entregue la herencia.
– Pero madre, la presión social es insoportable, así que de todas maneras debo entregar al niño.
La madre de Víctor suspira.
– De acuerdo, entregalo... Pero tienes que hacer que ella vuelva a tus pies, Celia Alvares es mejor opción que Mírian Williams.
– Tienes razón, debo quitarle a Celia a ese inútil de Máximo así como hice con Carolina... De todas maneras Celia fue mía primero.
Dice con una sonrisa macabra en el rostro.

CELIA:

En estos momentos me encuentro recostada en la habitación del lujoso hotel, mientras Máximo está dormido como bebé luego de una sección de se**
Tomo mi celular cuándo suena con un número desconocido.
¿– Diga?
Pregunto frunciendo el ceño.
– Es un grato placer hablar contigo Celia Alvares.
Escucho una voz de una mujer con acento ruso.
¿– Con quién hablo?
Pregunto.
– Eso no es importante querida... Celia... Solo quiero hacer un trato contigo.
– No la conozco, no sé su nombre... Tampoco he visto su rostro ¿Que la hace pensar a usted que haré un trato con una completa desconocida?
Hablo con él ceño fruncido.
– Tienes todo el derecho de desconfiar de mí Celia, pero decirte mi nombre nos comprometeria a ambas y eso es algo que no puedo permitir ... ¿Que te parece si solo me llamas rusa?
Con algo de duda y desconfianza acepto.
¿– Que tipo de trato quieres?
Pregunto, dependiendo de lo que diga aceptaré su propuesta.
– Solo quiero que hagas una cosa... Que pongas a Víctor Cortés entre las rejas y yo te prometo hacerlo sufrir de la peor manera... Si dudas de mí, nos podemos reunir donde quieras y a la hora que quieras.
Quedo algo confundída.
¿– Hablas del mismo Víctor que conozco?
Pregunto confundida.
– El padre de tu hijo Angel, claro que sí.
Escucho que dice, y eso me da a entender que esa mujer me conoce y ha investigado todo sobre mi.
– Sé que desconfías de mí, pero no tengo tanto poder en suelo americano, así que pido este trato contigo.
Suspiro
– Bién reunámonos rusa, mañana a las tres en mi mansión, que supongo sabes donde está ubicada.
– JAJA, eres graciosa Celia, eso me gusta de tí, no te preocupes mañana estaré allá.
– Otra cosa, nada de armas de ningún tipo y tienes que venir sola, o no entras a mi mansión.
– De acuerdo, mañana nos vemos Celia.
Dice cerrando la llamada.
¿– Con quién hablabas?
Dice Máximo con la voz ronca.
Le cuento todo lo que hablé con la misteriosa mujer.
– Debes de tener cuidado, puede que sea peligroso.
– Lo sé, pero el que no arriesga no gana.
No muy convencido Máximo acepta, cuando mi celular suena otra vez con el número de Víctor.
– Oh, tardó mucho en llamar.
Digo con una sonrisa y colocándo el alta voz.
¿– Sí?
– Reunámonos en el hotel x te entregaré a nuestro hijo... Y tienes que venir sola.
Escucho su asquerosa voz.
– No me pongas tus condiciones Víctor, se la clase de alimañas que eres, exijo que me entregues a mi hijo en un lugar público.
– No tienes derecho a exigir Celia, si no haces lo que digo jamás volveras a ver ese mocoso.
– haz lo que quieras Víctor, tengo la llamada grabada... Tu elijes.
– Eres una desgraciada maldita.
Dice con furia a través de la línea.
– Lo sé, te espero en dos horas en el parque de la ciudad... Hasta luego.
Digo colgando con un suspiro.
Siento los brazos de Máximo rodear mi cuerpo.
– Todo estará bién, no te estreses mucho.
Dice besando mi frente.
– Lo extraño mucho, nunca me había separado de mi pequeño... Aunque trate de ser fuerte Angel es mi debilidad.
Digo abrazándolo de vuelta.

...

Dos horas más tardes nos encontramos en el inmenso parque Máximo y yo, junto a algunos guardaespaldas que contratamos.
– Ahí viene.
Dice Máximo señalando un lujoso auto negro.
– Espero que mi pequeño esté bién.
Digo un poco nerviosa.
– No te preocupes, Víctor no se atrevería a ponerle un solo dedo, no es tan estúpido.
Dice Máximo.
Observo como Víctor sale del auto y detrás de él mi pequeño que al verme sale disparado hacía mí.
– Mamiiii
Dice corriendo y abro los brazos para agarrarlo.
– Mi pequeño ¿Cómo estás? ¿No te hicieron nada?
Digo revisándolo.
– No me hicieron nada mami, puedes estar tranquila.
Dice para separarse de mí y abrazar a Máximo.
– Papi ¿Cuidaste mucho a mami?
– Claro que sí ¿Acaso dudaste de mí?
Dice Máximo con una sonrisa y mi pequeño niega con la cabeza varias veces.
Víctor que observa esa escena frunce el ceño por completo y se sube a su auto.
– Disfruta mientras puedas Máximo... Celia volverá a ser mía.
Susurra para el mismo.

Máximo y yo pasamos el resto del día con Angel dándole mucho amor y cariño, no quería volverme a separar de él.

Al día siguiente justo a las tres un deportivo lujoso se detiene frente a mí mansión para que mis guardias hagan el chequeo necesario.
– Está limpia señora.
Dice uno de mis guardias a través de los auriculares.
– Dejarla pasar.
Digo algo impaciente.
¿– Estarás bién si te quedas sola?
Me pregunta Patri.
– Descuida, estaré bién.
Digo para sentarme en mi lujoso mueble, mientras Patri se retira.
Los tacones resuenan por el piso y una despampanante mujer se presenta frente a mí.
– Buenas tardes Celia.
Dice con su marcado acento ruso.
La miro de arriba abajo y si está hermosa la rusa, tiene unos ojos azules eléctrico, el cabello castaño y un cuerpo de infarto.
– Buenas tardes, rusa.
Digo para colocarme de pies y estrechar nuestras manos.
Las dos tomamos asiento y la psicoanalizo... Esta mujer parece narco.
– Bién iré directo al grano... ¿Cuál es tu nombre? Si quieres un trato debo saber eso por lo menos.
Hablo sin expresión alguna en mi rostro.
La rusa sonríe con confianza.
– Yulia scolov.
¿– No es un nombre falso?
Pregunto con desconfianza sin dejar de mirarla.
– Por supuesto que no, ese es mi verdadero nombre.
Dice cruzando las piernas y acomodándose mejor en el mueble.
– Mira Celia, sé que quieres saber la razón por la cuál te contacté y es que... Ammm... Como explicarte esto... Como puedes ver soy rusa y tengo poco poder en el suelo americano por lo que se me hace imposible tomar a Víctor y matarlo, eso desataría mucho problemas.
Me sorprendo.
¿– Matarlo?
Pregunto y ella asiente como sin nada.
¿– Por qué quieres matarlo?
Pregunto con curiosidad.
– Ese inútil es mi aliado en el lavado de dinero en este país y me ha estado robando por años... Y lo que más odio es que me vean la cara estúpida, a mí nadie me roba y él, no es la excepción.
Dice con un aura que hace que se me levanten los pelitos.
Sonrío de manera forzada.
¿– No tendrás problemas si lo delato?
Élla me sonríe
– Solo ponlo tras las rejas, de lo otro me encargo yo y te aseguro que jamás volverá a molestar, le daré la muerte que se merece.
Dice como si hablara de cualquier cosa normal.
Acepto su propuesta, solo con la condición de verlo como sufre con mis propios ojos y ella se emociona al escuchar eso.
– Celia te quería preguntar...
Interrumpe Hugo y se queda a medias al ver a Yulia.
– Wooow ¿Quién es ella Celia?
Pregunta coqueto.
– Una amiga, su nombre es Yulia.
Hugo se acerca a ella con su típica sonrisa.
– Hermoso nombre preciosa, mi nombre es Hugo... Para servirle.
Dice besando su mano.
– Un gusto conocerte guapo.
Dice ella de la misma manera guiñandole un ojo.
Aquí habrá fuego, que Hugo se cuide por que esa mujer se le mira que no es fácil.

La venganza de una madre solteraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora