CELIA :
Los días pasaban y Víctor no dejaba de molestar mientras mi hermana me miraba con ganas de matarme.En estos momentos me encuentro tomando mi rico desayuno cuándo una presencia me arruina todo.
– La verdad que eres una zorra trepadora Celia, ¿No te conformas con tu supuesto prometido Máximo?
Alzo las cejas mirando a Carolina.
– Buenos días para tí, señora Miller y... Mi vida privada es algo que no le interesa, meta sus narices en sus asuntos no en los míos.
Observo perfectamente como aprieta los puños con rabia, mientras tomo de un bocado de mi desayuno.
– Sólo te diré una cosa... Aléjate de Máximo...
¿– Oh qué? ¿Ahora vas a amenazarme?
La interrumpo con una sonrisa.
– Te conviene estar de mi lado y hacer lo que diga, conozco muchas cosas tuyas Celia.
Dice acercándose a mí.
Ruedo los ojos.
– Lo mejor sería que te largues de mi vista, no estoy para soportar niñerias, eres una mujer grande ya madura.
Corolina frunce el ceño y me mira con odio.
– Bien, tu así lo quisiste Celia.
Dice para levantarse e irse.
No le presto mucha atención y continuó con mi desayuno como si nada pasara.
Luego de ese suceso continuó con mi trabajo hasta que interrumpen abriendo mi puerta de golpe.
– Mierda ¿Es que no saben tocar la maldita la puerta? De ahora en adelante tendré que ponerle seguro.
Digo enfadada.
¿– Es cierto Celia?
Habla Víctor sin prestar atención a lo que hablo.
Frunzo el ceño.
– Víctor ya me tienes harta, será mejor que te largues o te aseguro que voy a retirar todo mi apoyo en estos momentos.
El se acerca a mi con el ceño fruncido.
¿– Es verdad que tienes un hijo Celia?
Mi cuerpo se tensa por completo, pero finjo tranquilidad.
– No tengo por qué contarte de mi vida privada, no somos nada Víctor, que eso te quede claro.
Hablo frunciendo el ceño.
El iba a decir algo más, pero la puerta es tocada.
Ufff, salvada por las campanas.
¿– Quién es?
Pregunto.
– Soy yo señora, el señor Cooper la espera abajo.
Habla mi secretaria Verónica através de la puerta.
– Dile que bajo enseguida.
Digo colocándome de pies.
– Como puedes ver, tengo cosas más importantes que hacer que hablar contigo, hasta luego... Cu-ña-do.
Hablo para salir de manera calmada, pero con el corazón latiendo a mil.
Al salir de la empresa suspiro tratando de calmarme... Estoy segura que fue esa estúpida de Carolina que se lo dijo a Víctor... Al parecer los dos están muy comunicados.
Me acerco a Máximo que me espera recargado de su auto.
¿– Estás bien?
Me pregunta acercándose a mí, sube un poco su cubre bocas y besa mis labios
– Llévame a un lugar tranquilo.
Digo mirándolo a los ojos.
El solo asiente, abre la puerta y permite que entre.
Al estar en el auto tomo mi celular y llamo a Patri.
¿– Todo bién? Nunca llamas a estas horas Celia.
Escucho su voz algo preocupada a través del celular.
– Si no te preocupes ¿Angel está contigo?
Pregunto.
– Está jugando con la niña de Jeremi que ha venido ha visitarlo.
– Bien, te voy a pedir que no dejes a nadie ingresar a la mansión solo ellos, cualquier anomalía me avisas ¿De acuerdo?
– Está bien... ¿Que está pasando Celia?
Me pregunta preocupada.
– Te cuento cúando esté allá, hablamos luego.
– Está bien, cuidate.
Dice y cuelgo el celular.
Máximo me lleva a un hermoso parque tranquilo.
¿– Que pasa Celia? Te noto preocupada ¿Pasó algo?
Me pregunta sin dejar de mirarme.
Suspiro.
– Tú ex fue a verme a la empresa.
Él frunce el ceño.
¿– Carolina? ¿Para qué quería verte? ¿Te dijo algo malo?
Pregunta
– Casi no hablamos... Supongo que está celosa por que estoy contigo... Pero el punto es Máximo que esa maldita le contó a Víctor sobre Angel... ¿Sabes que significa eso? Ese inútil necesita un heredero para recibir la herencia y no lo dudo que intente quitarme a mi hijo.
Hablo sintiéndome frustrada... Creo que tendré que adelantar los planes.
Máximo toma mi mentón y hace que lo mire.
– Debes de calmarte Celia, él jamás podrá quitarte a tu hijo y sobre Carolina... No creo que esté celosa, solo me quiere por que su padre está en la quiebra.
– Pero...
Intento replicar.
– Sshhh..
Me calla con un dedo en mis labios.
– Para que estés tranquila, si quieres puedo adoptar a Angel como mi hijo, así no tendrías problemas con ese inútil, estoy seguro qué se irá a lo legal.
Suspiro.
– Eso es lo que me tiene preocupada, si nos vamos a lo legal él puede tener derecho sobre Angel por que es su padre, maldita sea... Además para adoptar a Angel como tu hijo tendríamos que estar casados...
Hablo sintiendo que me ahogo en un vaso de agua.
– Entonces casemonos.
Dice como sin nada y yo lo miro sin poder creerlo.
– Máximo, casarse no es un juego... Además ¿Que pasará cuándo encuentres a alguien que te guste?
– Celia... Te puedo asegurar que no voy a encontrar a nadie que me guste, de eso puedes estar tranquila ¿Crees que alguna mujer se casaría con la bestia? Tengo que aprovechar este momento.
Dice guiñandome un ojo.
Sonrío a pesar de la presión que siento.
– Tonto, dices eso por que ninguna mujer te ha visto... ¿Por qué crees que Carolina no dejaba de mirarte en la cena?
Digo alzando una cejas.
– Claro que ella no me miraba, estás equivocada.
Dice mientras acaricia mi mejilla.
– No soy ciega Máximo, ella te comía con los ojos.
Digo sientiendo enojo y el muy imbécil sonríe.
– Estabas Celosa.
Afirma y yo resoplo.
– Sigue soñando.
Hablo intentando salir del auto.
– Espera Celia...
Dice tomando mi mano.
– Entonces... ¿Si nos casaremos?
Lo pienso un poco.
– Solo será por el bien de Angel, cuándo todo acabe... Nos divorciaremos, no quiero que estemos amarrados en un matrimonio sin amor.
Digo sin dejar de mirarlo.
– Estoy de acuerdo.
Dice asintiendo.
– Perfecto, tengo que hablar con Angel para que nada lo tome de sorpresa.
Hablo para salir del auto y respirar aire fresco.
Mientras que Máximo en al auto.
¿– Divorciarnos? Lo siento, pero eso no será posible Celia, una vez que te tenga jamás te dejaré ir.
Piensa con una sonrisa en el rostro.CELIA :
Nos dirigimos a comprar helados, luego nos sentamos en la pequeña banqueta a tomar un poco de aire fresco.
– De mi parte, los invitados serán Patri, Marcos, Hugo y mi pequeño.
Hablo dando un bocado a mi rico helado de chocolate y quitando el cubre bocas a Máximo.
–No creo que aquí vengan paparazzi, me gusta ver tu rostro cuándo hablamos.
Digo dejando un beso en su mejilla.
Él solo asiente y dice.
– De mi parte solo estarán mis padres y mis dos hermanas, mientras mas discreto mejor... Pero ¿Por qué invitas a Hugo? Él no es nada tuyo.
Habla frunciendo el ceño.
– Es como mi hermano.
Digo.
– Ya te he dicho que el no te mira de la misma manera.
Dice aún frunciendo el ceño.
Yo sonrío.
¿– Celoso?
– Mucho, si por mí fuera lo sacara a patadas de tu mansión... Pero se que me odiarías por eso y decidí confiar en tí.
Dice para besar mis labios de forma casta.
Su respuesta me sorprende y hace que me ponga un poco nerviosa.
¿– Por qué no se llevan bién?
Hablo cambiando de tema.
Él se da cuenta pero no dice nada.
– Solo no lo soporto, tuvo una relación amorosa con mi hermana y la hizo sufrir, no lo maté por qué según ella, él le había dicho que no era nada serio, pero mi querida hermana se enamoró sin poder evitarlo.
– No fue culpa de Hugo si ya le había dicho, pero aveces el amor es así.
Digo suspirando.
– No lo defiendas en mi cara, aún lo odio.
Dice haciéndo un puchero.
Mi celular suena y miro el número de mi secretaria.
¿– Que pasa Verónica?
Pregunto.
– Señora, Víctor y Carolina han salido, este es el momento.
Escucho que dice a través del celular.
– De acuerdo ya voy para allá.
Digo colgando.
– Tenemos que irnos Máximo, esto es una gran oportunidad.
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La venganza de una madre soltera
RomantiekLuego de Cecilia sufrir un calvario a monos de Victor Cortés aún siendo una joven de dieciocho años, y de sus padres entregarla a ese monstruo... Escapa cuando es obligada a abortar su bebé. Años más tarde la chica no es la misma de antes es una imp...