CELIA :
¿– Podemos hablar a solas un momento?
Interrumpe Victor dirigiéndose a mí, mientras algunas inversiones miran las pruebas del desfalco que ha causado Mirian.
Alzo las cejas... ¿Ahora que quiere este?
– Claro ¿Por qué no?
Digo colocandome de pies junto a él.
Víctor me lleva fuera de la oficina por el lado contrario de la sala de reuniones.
Entra a una oficina que supongo es su despacho.
¿– Para que me traes aquí? Espero que no sea para violarme como hacías antes.
Hablo de lo mas normal mirándome mis uñas bién arregladas.
– No sé de qué hablas Cecilia...
– Celia, mi nombre es Celia, Cecilia murió hace muchos años.
Digo tomando asiento en unos de sus muebles cruzando las piernas.
Observo como suspira.
– Bién Celia, espero que olvidemos el pasado y nos concentremos en lo que es el presente y si todo lo que estás haciendo es por que estoy con tu hermana, quiero sepas que nunca te he olvidado y si estoy con Mírian es por que necesito un heredero para obtener la herencia de mis abuelos...
Empiezo a reírme antes que termine de hablar.
– Víctor, Víctor, ¿Acaso crees que hago todo esto por que estoy celosa? No me hagas reír.
Hablo limpiando una falsa lágrima.
– Que lindo es el karma ¿No?
Digo observándolo con una sonrisa.
¿– Que quieres decir?
– No te hagas el estúpido Víctor, hace años tendrías tu heredero ¿Pero que hiciste?
– No estaba preparado para tener un hijo, era muy joven.
Dice frunciendo el ceño
Me coloco de pies y suspiro.
– Está conversación me aburrió, si no tienes nada que decirme es mejor que me retire.
Digo dándome la vuelta, pero el muy maldito me toma del brazo haciendo que de la vuelta quedando frente a él.
– La verdad no sé qué haces con el inútil de Máximo, pero déjame decirte algo Cecilia, eres mía y siempre lo serás.
Dice mientras aprieta mi brazo con fuerza.
No me quejo de dolor y lo miro con odio.
– Jamás seré tuya... Me das asco.
Hablo haciendo una fea mueca y solo observo como su rostro se transforma.
Solo siento cuando mi espalda es chocada contra la pared y como el animal que es me acorrala.
– Vamos a ver cuánto asco te doy.
Dice muy enojado acercándose mí.
Empiezo a reírme como loca y él me mira turbado... ¿Acaso pensó que le tendría miedo?
¿– Que pasa? Vamos, adelante violame cómo siempre lo hacías, te aseguro que me harás las cosas más fáciles maldito poco hombre.
Solo siento como mi rostro es volteado por la bofetada que me da.
Si se que lo provoqué, pues ha reaccionado justo como quería.
– Celia yo...
– Juro que me la pagarás maldito.
Levanto mi rodilla y con todas mis fuerzas golpeó su parte íntima, haciendo caiga al suelo gritando de dolor.
Sonrío mirando como se revuelca de dolor... Esto es solo el principio Victor.
Pienso mientras camino y piso su mano con mis tacones agujas para salir de su apestable despacho.
Al salir busco el baño y lo encuentro con éxito.
Entro y lo primero que hago es mirarme al espejo para encontrar una fea marca roja en mi hermosa mejilla.
Sonrío levemente y en mi bolso busco un mentol (VapoRub) ¿Se preguntan para qué? JeJe.
Lo destapo y con mi dedo tomo un poco y lo paso alrededor de mis ojos para que salgan mis preciadas lágrimas con el frío.
Lo retiro con una servilleta quedando un poco negro alrededor de mis ojos por el delineador.
Unos minutos más tarde salgo, dándole el tiempo suficiente a Víctor para que entre de primero.
Al llegar a la puerta pongo un rostro triste y lastimero y entro con la mirada baja.
Siento la mirada de todos, pero permanezco cabizbajo.
¿– Se encuentra bién señorita Álvares?
Me susurra el señor que está sentado a mi lado.
Lavanto el rostro un poco mirándolo.
– No sé preocupe, estoy bién.
Hablo mirando a Victor de reojo con un poco de temor.
Él señor y los demás que me escucharon miran a Víctor y luego a mí, pero donde no despegaban los ojos era de mi roja mejilla.
Luego de una intensa charla de media hora la reunión llega a su final.
– Bien señorita Alvares, el lunes tomará su puesto oficialmente como vicepresidente cuentas con nuestro apoyo para lo que necesites.
Dice uno de los inversionistas con una sonrisa amable.
Le sonrío igual y asiento.
– Muchas gracias por su apoyo.
Digo muy amable.
Todos se colocan de pies y proceden a retirarse.
Miro a Víctor con una sonrisa burlona y este me mira sin expresión.
Igual me coloco de pies y me retiro pero no sin antes mirar a mi hermana sobre el hombro para sonreír con superioridad.
Al salir fuera de la empresa Hugo se coloca frente a mí.
¿– Acaso ese animal se atrevió a golpearte?
Dice enojado
– Tranquilo Hugo, todo fue por una buena causa.
Digo apartandome de él para subir a mi auto.
– Por cierto... ¿hiciste lo que te pedí?
Pregunto
– Si todo está hecho, por eso no debes de preocuparte.
Habla suspirando.
– Muchas gracias Hugo, has sido de mucha ayuda para mí, no tengo como agradecerte.
Digo mirándolo con agradecimiento.
El solo suspira.
– Mejor ya vete, debes de recoger a Patricia ya está por llegar.
Dice para irse hacía su auto.
Asiento para arrancar a toda velocidad hacía el aeropuerto.
(Espero les gusten) ❤️
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La venganza de una madre soltera
RomansaLuego de Cecilia sufrir un calvario a monos de Victor Cortés aún siendo una joven de dieciocho años, y de sus padres entregarla a ese monstruo... Escapa cuando es obligada a abortar su bebé. Años más tarde la chica no es la misma de antes es una imp...