Cap:37

238 20 0
                                    

CELIA:
Mi madre, Camila, Máximo y yo abordamos un Jet privado para más comodidad.
¿– Por qué tu esposo siempre usa ese cubre bocas?
Dice Camila sin dejar de mirar a Máximo que se dirige al baño.
Alzo las cejas.
– Disculpa que sea algo grosera contigo Camila, pero te has pasado el día preguntando cosas sobre mi esposo... Y soy una mujer muy celosa.
Digo frunciendo el ceño.
Camila me mira con los ojos abiertos y luego sonríe.
– Si, ya veo que eres celosa... Dime ¿Te gustaría hacer un trío? Tu esposo se ve que está bueno.
Dice la muy descarada relamiendose los labios y respiro profundo.
– Camila, lo único que me detiene de no lanzarte por este avión, es que has ayudado mucho a mi madre y eres muy buena en tu trabajo... Así que te pido por favor que no me saques de mis casillas...
Camila suspira.
– De acuerdo, no los molesto más, pero si quieres hacer el trío estoy disponible... Tu también estás buena.
Dice guiñándome un ojo para levantarse y tomar otro asiento lejos de mí.
Si hubiera sabido de los gustos extraños de Camila jamás la contrato... Es buena persona, pero aveces es una piedra en el culo.
¿– Estás bién?
Me pregunta Máximo sentándose junto a mí.
Asiento recostando mi cabeza en su hombro.
– Eres solo mío Máximo, de nadie más.
Susurro acariciando su pecho.
– Solo tuyo cariño.
Dice besando mi frente y sonrío como la boba que soy.
– Bésame Máxi.
Susurro con mi voz sensual cerca de su oído.
Máximo quita su cubre bocas y me besa con pasión... Cielos como lo deseo.
– Hazme tuya Maxi...
Digo tomando su mano para colocarla en mi pecho y hacer que me apriete.
– Me la pones muy difícil princesa.
Me susurra mordiendo mi lóbulo sensualmente.
– Ese es el plan ¿Está funcionando?
Digo juguetona.
– A la perfección... Me tienes a tus pies.
Dice acariciando mi mejilla
¿– Quieres que vayamos a la habitación o lo hacemos aquí?
Le pregunto mordiéndome los labios.
– No quiero hacerte daño Celia.
Dice con un suspiro.
– No lo harás lo prometo.
Digo colocándome de pies y halandolo hacia la habitación.
Cuándo entramos lo primero que hago es besarlo y soy correspondida con la misma pasión.
Nos desvestimos de manera rápida y sin darnos cuenta estábamos en la cama acallando nuestros gemidos con nuestros besos.
– No seas ruidosa.
Me susurra mientras me penetra lentamente.
– No puedo evitarlo.
Digo con una sonrisa besando sus labios.
– Si te lastimo me avisas, trataré de ser cuidadoso.
Me susurra con la respiración agitada.
– No te preocupes estaré bien...
Mmm
Gimo en su boca cuándo va más rápido.
Sus embestidas son algo bruscas, pero cuidadosas.
– Aahh Maxi.
– Sshhh.
Me calla con su mano en mi boca.
– Todos nos pueden escuchar y soy el único con derecho a escuchar tus gemidos.
Dice para besar mis labios y aumentar la velocidad.
Llego a mi punto Máximo y exploto sintiendo mi cuerpo temblar.
Máximo me embiste dos veces más y se derrama dentro de mí.
– Te amo Celia, te amo.
Me susurra en el oído con la respiración agitada.
Lo abrazo sintiendo una una inmensa felicidad y beso sus labios.

(...)

Al llegar nos quedamos en un lujoso hotel, ya que tanto mi mansión como el depa de Máximo están llenos de reporteros.
¿– Estarás bién hija?
Me pregunta mi madre un poco preocupada.
– No te preocupes estaré bién.
Le sonrío con amabilidad y ella asiente.
Me dirijo a cambiarme por que casi es hora de la rueda de prensas.
Máximo sale a cambiarse para estar presentable.
Me coloco un sencillo vestido blanco hasta la altura de mis rodillas, algo suelto.
Peino mi cabello para dejármelo suelto con algunas hondas... No uso maquillaje para aparentar lamentable.
Me pongo unos tacos no muy altos de color negro y lista.
¿– Estás lista?
Escucho la voz de Máximo que entra a la habitación.
Volteo para mirarlo y quedo con la boca abierta...
Lleva el cabello peinado perfectamente hacía atrás, una camisa de color negro remangada hasta los codos, con algunos botones desabrochados y un pantalón de vestir negro.
– Waoo, estás guapo... ¿Te cortaste el cabello?
Le pregunto acercándome a él.
– Así es, dime ¿Te gusta?
Dice dandose la vuelta con una sonrisa.
Sonrío igual.
– Me encanta.
Digo para besar sus labios
– Tú por igual estás hermosa mi princesa.
Dice sobre mis labios.
Nos separamos por falta de aire.
– Casi es hora, debemos irnos.
Dice dejando un casto beso sobre mis labios.
– De acuerdo.
Digo tomando mi bolso y mi Vaporub para huntarme alrededor de los ojos.
– Espera ¿No te pondrás el cubre bocas?
Le pregunto al ver que sale con la cara descubierta.
– He decidido mostrarme al mundo tal y como soy... De ahora en adelante solo me importa la opinión de mi esposa... Que la gente hable no me importa.
Dice seguro de si mismo.
Sinrío con felicidad.
– Me alegra que des ese paso cariño, estoy orgullosa de tí.
Hablo abrazándola con amor y cariño.

Nos dirigimos al lugar, y todo está lleno de reporteros por donde quiera.
Los guardaespaldas nos abren el paso, y Máximo toma mi mano para que lo siga, dejando sorprendidos a todas las personas... Pues claro después del accidente nunca mostró su rostro en público
Al llegar varios micrófonos y cámaras están al frente de nosotros.
¿– Dónde está su hijo señora Celia? ¿Vino con usted? ¿Lo presentara a los medios.
Preguntan sin parar.
Bajo la cabeza y finjo llorar en el pecho de Máximo.
– Lo siento mucho, pero les quiero pedir por favor que no pregunten sobre nuestro hijo... Estamos pasando por un momento difícil.
Dice Máximo con la voz un poco quebrada.
Los periodistas se extrañan y como los chismosos que son preguntan.
¿– Le pasó algo a su hijo?
Preguntan.
Levanto mi cara y limpio mis lágrimas.
– Tuve que viajar por un asunto urgente de negocios y los Cortes invadieron mi casa junto a unos agentes de policía... Llevándose a mi pequeño.
Digo sollozando.
– Sé que me odian... Pero quitarme a mi pequeño... Es como quitarme la vida... Mi hijo lo es todo para mí aparte de mi esposo.
Máximo me abraza y oculto mi cara sobre su pecho... Aunque todo es fingido... La verdad me siento triste por no tener a mi pequeño conmigo... Espero esté bién.
Los murmullos no se hacen esperar hablando mal de Víctor Cortés.
– Señora Celia el video que está circulando en redes sociales ¿Es cierto?
– No se de que video me hablan.
Finjo ignorancia.
En una gran pantalla pasan el video.
– Si, es cierto.
Hablo bajando la cabeza con vergüenza.
¿– Tiene pruebas de que los Cortés se llevaron a su hijo?
Preguntan y yo asiento mostrándoles el video de como Angel se resistía a ir con ellos.
Las maldiciones hacia los Cortés sobraban en este lugar.
– Cambiando de tema señora Celia ¿Es verdad que Máximo Cooper es su esposo?
Les muestro el caro anillo y asiento.
¿– Es cierto que su hijo es legalmente un Cooper?
– Claro que nuestro hijo es un Cooper, soy su padre aunque no llevamos la misma sangre.
Dice Máximo con su voz imponente, sacándole suspiros a la gran mayoría de mujeres.

Todo esto pasaba y Angel miraba todo con una sonrisa.
– Eres inteligente mami, espero que los hundas a todos.
Susurra mientras permanece encerrado en una habitacion mirando la televisión




La venganza de una madre solteraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora