finalizada ⋮ sacó un cuchillo y taehyung se apoyo en la pared con la boca abierta de par en par, recordaba ese cuchillo. pudo sentir que se estaba sofocando, no podia ser él.
─ eres... tú ─ logró articular, su voz apenas un susurro tembloroso en la...
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JeonGguk lloraba fuertemente cuando la enfermera terminó de inyectarle. La habitación del hospital estaba iluminada por la suave luz matutina que se filtraba por las cortinas, creando un ambiente cálido y tranquilo a pesar del llanto del bebé. TaeHyung estaba en la camilla para un chequeo completo, al igual que su pequeño hijo. Ambos estaban completamente bien y sanos, pero el ruido del llanto resonaba en la habitación. El doctor JaeHwan les había informado que el rubio podría caminar y sentir menos dolor en al menos dos semanas, lo que traía algo de alivio a la situación.
JungKook fruncía el ceño, claramente preocupado, observando a la enfermera junto a TaeHyung. Su cabello azabache caía sobre su frente, y sus ojos negros reflejaban la tensión del momento. No le gustaba cómo la enfermera hizo llorar a su hijo ni la falta de cuidado aparente con él. Aunque sabía que la enfermera estaba acostumbrada a sostener bebés, no podía evitar sentir que lastimaba a su pequeño.
Otro fuerte grito de JeonGguk hizo que JungKook no pudiera soportarlo más y se acercó directamente a su hijo. Su expresión era de pura determinación mientras cruzaba la habitación con pasos firmes.
— ¿Por qué mi hijo está llorando tanto? ¿No puede hacer su trabajo correctamente? — Levantó la voz con enojo, su tono resonando con autoridad.
La enfermera se estremeció, acababa de terminar con todo, así que arropó al bebé en su manta blanca y esponjosa. La tela suave se amoldó al pequeño cuerpo de JeonGguk, intentando brindarle algo de consuelo.
— L-lo siento, pero es normal que el bebé llore — Intentó explicar, su voz temblorosa.
JungKook estaba a punto de gritar de nuevo, pero TaeHyung, desde la camilla, alzó una mano deteniéndolo.
— ¡Kook! Tiene razón, deja de estar tan a la defensiva... Y disculpa, él ama demasiado a Ggukie — Dijo TaeHyung, su voz suave y tranquilizadora, con una sonrisa que intentaba calmar la situación. La enfermera solo asintió con una sonrisa mientras JungKook rodaba los ojos, visiblemente frustrado.
— Otra enfermera vendrá a enseñarle cómo cuidar a su hijo y las cosas básicas — Dijo la enfermera antes de salir apresuradamente de la habitación, evitando el contacto visual con JungKook.
El azabache mantuvo su cara seria y cubrió a JeonGguk adecuadamente, ajustando la manta para asegurarse de que su hijo estuviera cómodo.
— Kookie, deja de hacer pucheros. No puedes simplemente gritarles porque nuestro bebé estaba llorando — Le regañó TaeHyung con suavidad, sus ojos azules llenos de comprensión y amor.
JungKook besó la mejilla de su hijo, quien sorprendentemente dejó de llorar cuando su padre le acarició la mejilla y le sonrió como si fuera su mundo entero. El ambiente en la habitación se volvió más tranquilo, el llanto había cesado y solo quedaba el sonido del respirador y el suave murmullo de las máquinas.
— Tengo sed — Murmuró TaeHyung, haciendo pucheros y mirando sus dedos, claramente necesitando algo de atención también.
JungKook, aún preocupado pero intentando ser atento, le acercó un vaso de agua que estaba en la mesa junto a la camilla.