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El doble capítulo, como os dije. Que lo disfrutéis💓

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04/03/2022 - Argentina, Latinoamérica.

MATÍAS

Mi rostro se arrugaba cada vez más cuando el sabor a café invadió mi boca. Mi lengua se había activado de golpe en cuanto la ardiente bebida había llegado a mis papilas gustativas. Me había quemado y abrí la boca para que me entrara aire. Tragué a la fuerza, obligándome a dejar de saborear para agilizar el sufrimiento.

El café es demasiado amargo.

Acabé dándole mi taza a Rafael, ya que se encontraba a mi lado y muy ansioso por probar la caliente bebida.

Él parecía disfrutarlo, mientras que yo buscaba urgentemente una botella de agua. A lo mejor era simplemente que no le había echado azúcar. A pesar de todo, me parecía increíble ver como alguien sacaba provecho de eso y era capaz de tomárselo sin poner una sola mueca de asco.

Después de estar unos minutos sentado en la nieve junto a Agustín, Esteban y Blas, decidí irme a por un vaso de café. En cuanto lo tuve en mis manos me fui hacia la parte trasera de la zona de descanso, me apoyé en la pequeña pared y soplé la bebida antes de darle el primer sorbo. Fue en ese momento que Rafael se dirigió hacia mí.

A la vez que yo esperaba al café para enfriarse, el chico hablaba conmigo abiertamente. Parecía como si me conociera de toda la vida.

—¿Qué pasa? ¿Cambiaste de opinión? ¿Lo quieres de vuelta? — preguntó Rafael, tendiéndome la taza para que la cogiera.

—No, no. Todo para ti, no me gusta.

—¿Cómo no te puede gustar el café? — indagó llevándose la taza a sus labios para dar un nuevo sorbo.

—La pregunta verdadera es cómo a ti te puede gustar el café. — contraataqué.

—Gustándome. — se burló. Rodé mis ojos de forma molesta y me mordí la lengua. —Es broma. No sé, simplemente me gusta su sabor.

—Pero si es amargo a más no poder.

—Lo sé, pero igualmente me encanta. Es mi bebida favorita.

También es la de Enzo...

No Matías, deja ya a Enzo, olvídalo ya. Te dejó las cosas claras.

Indirectamente...

Pero igualmente lo hizo.

¿Y si en el fondo solo se hace el difícil?

¡Matías, tu dignidad!

Mi cerebro se fundía poco a poco en una batalla sin fin, buscando encontrarle la lógica a la actitud del uruguayo.

Aunque por mucho que buscara ya no habría nada para encontrar.

—¿Matías? — habló mi amigo.

—¿Qué? ¿Me llamaste?

—Es que te quedaste pensativo, ¿todo bien?.

—Sí, todo genial.

—¿Y la pierna?

—Solo fue un pequeño susto por un hueco de nieve, no es nada grave. Si fuera así Agustín ya estaría muy paranoico diciendo que me tienen que llevar al hospital. — Rafael rió.

—Agustín te quiere mucho. — sentenció una vez recuperó aire.

No supe qué responder a eso, aunque sabía que en parte tenía razón. Agus siempre se había preocupado por mí, incluso antes de conocerme.

𝐇𝐀𝐁𝐈𝐓𝐀𝐂𝐈Ó𝐍 𝟏𝟎𝟑 - 𝐆𝐞𝐧𝐞𝐳𝐚.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora