«Porque el haberla encontrado hace que me dé cuenta de que estaba incompleto»
***
La vida de Willow se tornaba monótona entre la casa y el estudio. Aunque no le molestaba demasiado, no era como si quisiera alargarla.
Lo que no esperaba era que ciert...
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Jasper Hale...
Mentí cuando le dije a Willow que iría a verla por nuestro bienestar, porque fuí el sábado a la última presentación sólo por mi bienestar.
El verla bailar de forma tan dinámica me emocionó y cuando hizo su sólo quedé hechizado... bueno, más. Asumo que el tal Brian es quien le sirvió de pareja toda la presentación. Más no le presté atención, sólo quería ver como es, y no encontré rival alguno.
En casa pude descansar con una sonrisa y sus movimientos grabados en mi mente, repitiéndolos una y otra vez. ¿Cómo pude tener dominio propio y no ir hacia ella apenas terminó el show? Hubiera sido ideal el poder acercarme a ella al final, incluso llevarle algún presente, como flores. Me fascinaría poder hacer eso algún día... ¿quizá más adelante?. De todos modos, no pude hacerlo porque más bien fuí con intenciones de no ser descubierto, aunque en el fondo deseé que nuestros ojos se cruzaran por un instante.
El domingo me mantuve ocupado cazando con mis hermanos, incluso a Emmett se le ocurrió la loca idea de jugar béisbol bajo la nieve y a todos extrañamente nos pareció llamativo y accedimos. El lunes llegó y esperé a Willow en la entrada del edificio, tal y como Alice había visto en su visión del viernes.
«—No vendrá —dijo con el ceño fruncido. Supe que trataba de verla en ese momento. —Algo la hizo cambiar de opinión.»
«—O alguien —no quise sentirme irritado por la idea de que se tratara de Brian, su amigo, más no lo logré y mis palabras salieron de forma ácida. —¿Volverá hoy? Puede que ya esté en un autobús de regreso.»
En ese momento Weslie pasó por nuestro lado con rostro preocupado y Finneas sujetando su mano de forma reconfortante. No pude aguantar las ganas de preguntarle y abandoné a Alice en su búsqueda mental para preguntarles.
«—Disculpen... —llamé su atención primero y después les di los buenos días. Ambos lucieron sorprendidos por mi presencia. —¿Willow está bien?»
Esa pregunta hizo que su sensible hermana llorara. Usé mi don para tranquilizarla y Finneas hizo un mejor trabajo abrazándola un rato.
«—Debía estar en casa ayer por la mañana, pero nunca nos avisó si logró tomar el autobús o no. La cosa es que no hemos sabido nada de Willow desde el sábado, antes de la presentación...», me contó Finneas.
«—¿Y si le pasó algo malo? —nos preguntó Weslie. —Dios... mi hermana nunca deja de comunicarse, ella envía mensajes antes y después de todo.»
«—¿No han podido hablar con alguno de sus compañeros? —ambos asintieron.»
«—Algunos no regresaron pero no saben porqué...»
«—O no quieren decir —interrumpió él. Le dí la razón mentalmente.»
«—Nos dijeron que por tener ya dieciocho años sólo nos toca esperar a que regrese o reportarla como desaparecida en la comisaría —continuó ella. —Pero tardarían setenta y dos horas para iniciar una búsqueda.»
