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Estaba sentada en la isla de la cocina. Mi vista estaba nublada, mis lágrimas bajaban irregularmente por mis mejillas mientras escuchaba a mi padre reñirme de todas las maneras posibles.

– ¿Te das cuenta de lo que has hecho, Lore? Me van a bajar las ventas, ahora todo el mundo tienen los ojos clavados en la hija de Orlando bravo que la formó en el club de campo.

– Lo siento – bajé la mirada, no sabía que mas decir. En realidad era lo único que podía decir.

– Te han hechado del club de campo, han hechado a Khai y a mi me han quitado la acción, Tenía muchísimos inversores ahí. Estaba cerrando muchos acuerdos. Y tenías que aparecer a hacer berrinche al sitio menos indicado que podías. Estoy absolutamente disgustado señorita Bravo.

– Lo sé. Lo siento. Pero en mi defensa diré que no fué un berrinche.

–¿Que pasó en el club de campo?

Bajé la mirada de nuevo. Suspiré. No quería decir nada porque sabía que iba a intervenir. No quería. Ya estábamos lo suficiente jodidos.

– No sales de aquí en una semana como mínimo, si veo que sales; que te voy a mirar por las cámaras; te congelo todas tus tarjetas. No estoy de broma. Tengo una imagen que limpiar, y si no me vas a ayudar prefiero que te quedes escondida aquí hasta que podamos hacer algo. ¿Me has entendido?

– No seas tan duro con ella, cielo – mi madrastra se acercó a nosotros, acarició el hombro de mi padre, yo solo la miré confusa – Esta niña creció sin saber cuanto valen las cosas. Es normal que ahora se porte mal. Ahora lo único que vas a conseguir es que no controle bien sus emociones y termine de cargarse a alguien en un ataque de ira.

– ¿Se puede ir tu novia?

Mi padre la miró, ella simplemente me miró con una sonrisa y se fué de allí.

–¿A que ha venido eso?

– Mentira no es, pero la forma no es adecuada, vete a tu cuarto, Lore. Y nada de Khai.

Salió de allí sin más, Erick entró al momento al ver todo despejado.

– ¿que ha pasado? – tomó mis manos.

– Soy una berrinchuda no sé lo que son las cosas, no puedo salir de mi casa y he manchado la imagen de la empresa de mi padre, todo por defender a mi amiga.

–¿Me quieres contar que carajos pasó?

– vas a pensar que estoy loca...

– No, quiero que me lo cuentes, vamos a tu cuarto o al mío. Venga.

Me llevó de la mano hacia su habitación, ya que ir a la mia con mi padre rondando por ahí era un poco peligroso, no quería meter a Erick en problemas.

– Hubo una pelea en el club de campo.

– Ya decía yo que tu labio estaba hinchado. – Lo acarició tiernamente
– ¿Con quien te peleaste?

Tres horas antes...

– ¿no te parece mucha locura lo del spray de pimienta?

– Locura es que te estén amenazando y no digas nada. Eso si es una locura.

– Khai, necesito que me apoyes en esto. Sabes que si le digo a Erick que estuve en casa de Enzo se va a enfadar porque le mentí. No hay necesidad.

– Lo va a entender perfectamente porque el te va a proteger de ese tío que te está amenazando. – khai suspiró – Lore, se que siempre has tirado para delante sola como una mujer fuerte e independiente. Pero en este caso tienes que pedir ayuda.

Entre dos mundos - Erick Brian Colón [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora