Media Luna

XXXXVIII

25/05/2024
Tenia la cabeza de Dani apoyada en mi pecho, el si había conseguido dormir pero yo aún no podía. Estaba dejando suaves caricias por su pelo. Mire su perfil unos segundos solo se le veía una parte de la cara por la luz de la luna.

Baje las caricias por su cuello hasta su mandíbula, la recorrí con uno de mis dedos, subí hasta su cara y acaricié sus labios, sonreí al escuchar como soltaba un suspiro notando mi tacto. Proseguí mi recorrido por su nariz, cejas y ojos. Volví hasta su cuello y me desvíe por su espalda, note como su piel se ponía de gallina por la sensación de mis uñas en su espalda.

Escuche un golpe en la puerta, era mi casa así que me alarme. Si fuese casa de Dani quizás era algún chico pero, ¿En la mía?

Pare las caricias y escuche un quejido de parte del chico.

—Creo que hay alguien en la puerta —dije. El escondió la cara en mi cuello ignorandome—Dani estoy hablando enserio —volvi hablar moviéndolo del hombro.

—Sigue acariciandome —se quejo poniendo mi mano en su espalda otra vez.

—Daniel tío —lo volví a menear al ver como se volvía a dormir.

—No hay nadie

—No lo sabes —me queje escuchando otro ruidos de llaves en la puerta.

—Será algún vecino

—Y si nos matan —se acurruco más en mi, dejo un beso cálido en mi cuello con el que tuve que incluso respirar para centrarme.

—No nos van a matar —murmuró en mi cuello. Se escucho un ruido fuerte y se separó rápido de mi.

—Lo ves —me queje, el se puso unos pantalones de pijama lo más rápido posible—Pásame las bragas —hable.

—Quedate aquí —me pidió mirándome dedicándome una sonrisa—Estas muy sexy

—Pasamelas —el me las acabo lanzando al fin y salió de la habitación, me puse su camiseta de pijama por encima y salí detrás de él.

—Ni puto caso oye —se quejo mirándome.

—¿Que quieres que me espere a que te maten para que vengan a por mi?

—Y que vas a hacerle cosquillas —me vaciló yo lo mire mal.

Se acerco a la puerta y la abrió de un golpe sin miedo, Peacky estaba tambaleándose de un lado al otro. Me pase las manos por la cara.

—Adrián toda tu putisima madre —dije.

—¿Interrumpo algo? —hablo mirándonos con una ceja alzada.

—Llegas a interrumpir y no te abre nadie —contesto Dani.

—Buena cogorza ¿No? —me cruce de brazos.

—No he ido a mi casa para que no me regañen no lo hagas tu por favor —se tiro al sofá.

—Podrías haber ido a mi casa —hablo el chico alto.

—Me pillaba más cerca la casa de Lu —contesto el niño.

—Tienes una manta en los pies y agua en la nevera —hable andando por el pasillo.

—Gracias Lulu —me grito desde el salón.

—17 años tiene la criatura —hablo Dani cerrando la puerta de la habitación.

—Ni los ha cumplido aún y mira como está —negué.

—Todos estábamos así a su edad —bromeó pero al verme seria dejo de sonreír.

—No me hace gracia, podría pasarle algo