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Aquellos hombres dejaron al rubio en el hogar del pelinegro, Keigo lloraba al recordar aquel horrible momento en el que vio al joven morir, noto que había alguien conocido en casa aunque no se explicaba como Touya ya se había librado de sus crimenes, Keigo corrió los brazos del pelinegro mientras lloraba.

— ¡Touya! ¡Lo asesinaron! — dijo Keigo entre lágrimas — ¡Vi como lo hicieron!

El pelinegro acariciaba el cabello del rubio tratando de calmarlo, miro con molestia a aquellos dos hombres.

— ¿Acaso no pueden hacer nada bien?, les dije claramente que nadie debía verlos y no sé cómo piensan pagar el hecho de que hicieron llorar a mi esposo — Reclamo Touya mientras abrazaba a Keigo.

— No fue culpa mía señor, fue Bubaigawara — se defendió uno de los hombres, culpando al rubio — Yo lo trate con decencia, como usted lo pidió.

— Iguchi era el encargado de vigilar, lo hizo mal y su esposo vio lo que hicimos, no es mi culpa — se defendió Bubaigawara — Solo quiero mi paga.

— No te pienso dar nada, por tu culpa mi esposo está de esta manera, si algo le pasa a él o a mi hijo te juro que te voy a matar — amenazó Touya mientras secaba las lágrimas de Keigo — Ya Kei... ve a nuestra habitación y yo te alcanzo, ¿Si?.

Takami asintió y aún entre lágrimas, al no estar presente, Touya aprovechó para hablar más a fondo del tema que trataban.

— Entonces... Geten está muerto — afirmó el pelinegro — Eso me pone feliz ya que arruinaba mi imagen, afortunadamente no hay algo que el dinero no pueda hacer, ¿Investigaron sobre él?

— Si señor — uno de los hombre que lleva por nombre Iguchi Shūichi afirmó lo que el pelinegro pregunto — Geten tiene un hijo y creo que ahora que está muerto no tiene nadie quien cuide a su cría.

— Bueno, no es problema mío si ese niño se muere, su padre abrió la boca de más — Touya les sonrió a ambos — Mañana mismo tendrán su paga, claramente tendrán menos de lo acordado... no me gusta que otros hagan llorar a mi esposo y si me entero que llegaron a tocarlo de manera indebida realmente la pasarán muy mal, ahora largo de aquí y espero que ninguno abra la boca.

Aquellos hombres se fueron de casa del pelinegro, al estar solo; Touya subió a su habitación encontrándose a Keigo entre las sábanas, aprecia estar asustado.

— Cariño, ya basta — Touya se acercó a abrazar al rubio — Se que fue horrible ver eso pero tenía que deshacerme de él para poder salir libre, ¿Acaso no querías a tu marido cerca?.

— Él tenía un hijo... tenemos que hacer algo... no podemos dejar a esa criatura solo — sollozo Keigo — no sabes cómo me voy a sentir si tengo ese pensamiento en mi mente.

— No pienso hacerme cargo de ese hijo, no es mío y del único niño que me haré cargo es del nuestro porque se que es mío, así que no insistas en eso.

— Pero Touya... por favor, quisiera poder cuidar de ese niño... Geten sufrió tanto y creo que lo único que le daba ganas de vivir era su hijo... Él merece que su hijo sea cuidado.

— No, y más te vale que no seas necio — amenazó Touya.

Takami sollozo pensando en lo horrible que debió ser la vida de Geten y lo mal que él mismo se sentiría al saber que un niño se quedó sin familia y él pudo hacer algo para ayudar, quería hacer algo y no dejaría de insistir. Sentía como Touya acariciaba su cabello mientras él lloraba.

— Por favor... — rogó Keigo — Si yo hubiera pasado por todo lo que él tuvo que pasar... desearía que mi hijo quedara en buenas manos, es un niño...

— Pero no estás en su lugar, ahora quiero que olvides eso.

Keigo abrazó al pelinegro mientras seguía sollozando — ¡Por favor! ¡Te lo ruego!

— No me hagas enojar Takami...

— Podemos cuidarlo como si fuera nuestro... nunca me diríamos la verdad, pensaría que somos sus padres — siguió insistiendo Keigo — sería el hermanito de nuestro hijo...

— Ese bastardo nunca será como nuestro hijo, nosotros estamos casados y nuestro hijo no será una abominación como lo es el hijo de Geten, sería una vergüenza que estuviera en nuestra familia.

— ¡No digas eso!... Es un niño...

— ¿Qué no sabes? Él hijo de ese idiota nació retrasado así que no quisiera que contagiara am nuestro, sería una abominación.—aquella forma tan horrible de expresarse caracterizaba mucho al pelinegro.

— Touya... es un niño que necesita ayuda, además de que su padecimiento no es contagioso — Keigo sabía que podía convencer al otro— Anda... te prometo que seré un buen papá.

— Ya Keigo, si sigues insistiendo con eso me harás molestar y yo solo soy un pobre hombre que lo único que desea es estar con su esposo, ¿Tan difícil es eso?.

— Y yo quiero complacer a mi marido — dijo Keigo en un intento de convencer al otro — Tan solo quiero que me entiendas... no podemos dejar a ese niño solo, nuestra vida seguiría igual... si tú no lo quieres yo puedo hacerme cargo del niño y tú simplemente no generes un vínculo con él...

— Eres muy necio ¿Lo sabes?, ya olvida esa idea porque no pienso ceder aunque me mires con esa carita...

Put Me in a Movie / DabiHawks Donde viven las historias. Descúbrelo ahora