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La vida de Keigo había tomado otro rumbo, ahora solo era un sirviente más en esa casa, solamente que sin paga. Su ‘obligación’ era levantarse temprano y arreglar la ropa del pelinegro, prepararle el desayuno y estar ahí siempre, lo fastidiaba constantemente y si llegaba a hacer algo mal, Touya tomaba represalias lastimando a Kenji quien ahora mostraba un gran  miedo al pelinegro, solamente por aquello Keigo soportaba al pelinegro.

— Takami — al escuchar que el pelinegro lo llamaba solamente suspiro.

Keigo se acercó a él y espero a que esté le diera órdenes.

— Ya tengo el trabajo ideal para ti, no olvides que tienes que pagarme todo lo que me debes — Touya miraba al rubio de una manera que Takami no toleraba, sentía asco.

— ¿Qué tipo de trabajo? — preguntó Keigo.

— Nada que te disguste, ‘cumplire’ tu sueño de ser actor pero harás lo que yo te diga y obviamente no vas a recibir ningún solo centavo— respondió Touya, le sonrió de manera burlesca — Por cierto, saldré un momento así que no te molestes en buscar al jardinero… me deshice de él .

Keigo no pudo evitar sentir un escalofrío recorrer su cuerpo, Satoshi no había sido nada importante en su vida pero el solo imaginar que algo le pudo pasar por su culpa llenaba su mente de preocupación.

— Eres muy idiota, aunque debo admitir que no me percate de que me eras infiel; de alguna manera me enteré y gracias a que confesó que ustedes se acostaban a mis espaldas, pude ganar el juicio que creías ganado. — Touya se levantó de su asiento y jalo el brazo de Keigo — Jugaste muy bien Keigo, lograste engañarme…

— ¿Qué querías que hiciera?, Ni siquiera eres buen amante … — reclamo el rubio.

Ante aquel comentario Touya soltó una gran carcajada.

— Lo que tú digas, Keigo — dijo entre risas — Piensa lo que quieras pero sé que no es así, aún recuerdo tus sollozos cuando fue la primera vez que estuvimos juntos — Touya colocó una de sus manos en el cuello del otro y comenzó a ejercer presión — “Señor Todoroki, me duele” “Por favor pare, Señor Todoroki” — arremedo el pelinegro, aquello le causaba tanta gracia.

— En serio me dolía y a ti no te importaba lastimarme… jamás te importo si yo quería estar contigo o si algo no me gustaba, tu solo pensabas en ti…

— No te mentiré, realmente nunca me importaste — confesó sin más el pelinegro — Pero eres realmente atractivo y eso es lo único que me gusta de ti…

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Un matrimonio infeliz, aquello era lo que definía la mayor desgracia en la vida de Keigo, jamás imaginó que un tan solo ‘si’ cambiará su vida por siempre, y aunque quisiera olvidar lo infeliz que era siempre había marcas en su cuerpo de aquellas relaciones forzosas.

Había días en los que miraba a su esposo y en lo único en lo que pensaba era en cómo huir, Touya era una bestia que no dudaba en complacer sus retorcidos pensamientos con su joven esposo, tenía una mente tan creativa para llevar a cabo su trabajo como director de cine pero a la vez tenía pensamientos tan asquerosos que lastimaban a Takami.

Touya había logrado llevar al estrellato a un chico tímido pero se aprovechó del poco conocimiento del mundo externo de aquel chico y cumplió cada uno de aquellos retorcidos deseos. Había un problema, la única interpretación de Takami había sido tan buena que opacó el hecho de que aquel filme era dirigido por Touya, aquello golpeó fuertemente en el ego del pelinegro, haciendo que obligará al otro a abandonar sus sueños.

Put Me in a Movie / DabiHawks Donde viven las historias. Descúbrelo ahora