Put Me in a Movie / DabiHawks

36

Aquel hombre que había capturado al rubio estaba de rodillas frente al pelinegro mientras le pedía perdón por sus acciones. Touya le había reclamado por haber intentado venderle a su propio esposo, aquello era doloroso para el rubio ya que su esposo reclamaba el hecho de que querían venderle algo que era “suyo” más no reclamaba el hecho de que capturaron a su esposo.

— Eres un idiota, más te vale que está sea la primera vez que me intentas vender algo que no es lo que dices — Touya seguía molesto, el hecho de que intentarán engañarlo lo llenaba de irá — No esperes misericordia de mi parte, hablaré con tu superior sobre esto.

— ¡No señor! ¡Le prometo que está no era nuestra intención! — Aquel hombre sentía miedo al pensar en las consecuencias.

— No me importa lo que digas— Touya miró al hombre que estaba frente a él de rodillas y no hizo más que escupirle— ¡Takami! ¡Nos vamos!

Keigo se acercó tímidamente a su esposo ya que en ningún momento lo había protegido, intentó que el otro lo abrazara pero no recibió más que un golpe en la mejilla.

— Muévete, lo único que quiero es descansar de ti. — Touya empujó al rubio para que esté caminara.

Keigo caminaba para no molestar a su esposo, pero antes de salir de aquel lugar sintió como el pelinegro jalaba de su brazo.

— ¿Qué fue lo que te dije?— preguntó el pelinegro — ¡Dime qué fue lo que te dije!

— Que no saliera solo…

— ¿¡Y por qué me desobedeces!? ¿¡Qué debo hacer para que obedezcas!? — grito el mayor mientras lo tiraba al suelo— ¡Dime qué tengo que hacer para que no seas un estorbo!

— ¡No me grites! ¡Tan solo quería estar contigo! — mintió el rubio — ¡No me hagas daño! …

Touya pateó el cuerpo del rubio sin importarle que tuviera a su hijo en el vientre, Takami cubrió su vientre mientras sollozaba.

— ¡Touya basta! ¡Puedes lastimar a nuestro hijo!... — sollozo el rubio mientras intentaba que el otro le tuviera un poco de lástima.

— ¡Levántate! ¡Nos tenemos que ir !

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Takami temblaba intentando que el otro dejara de golpearlo pero aprecia inútil, cubría su vientre en un intento de que su hijo estuviera a salvo de su propio padre, la nariz del rubio sangraba pero no causaba lástima en el otro.

— ¡Me tienes cansado Takami! ¡Siempre eres un estorbo en mis planes! — grito el pelinegro — ¡Espero que esto te sirva de escarmiento!

— ¡Solo quería salir! ¡No pensé que algo malo pasaría!

— ¡Siempre arruinas todo! ¡La única forma en la que puedes estar donde te lo indico es si te dejo atado! ¡Quizás eso es lo que quieras!

— Solo quiero ser tu prioridad … — sollozo Takami — quiero que te preocupes por mí…

— ¡No seas ridículo! ¡Tu no eres más que una herramienta para mí! ¡Lo sabes perfectamente!

— ¡Dime lo que quieras pero deja de golpearme!... Recuerda que tendremos un hijo…

— ¡No me interesa! ¡Si ese bastardo se muere me dará igual! ¡No olvides que eres reemplazable!

Touya iba a continuar con sus desagradables actos hasta que el teléfono de aquella habitación comenzó a sonar haciendo que Touya obligará al rubio a responder.

— ¿Hola?... — preguntó Keigo.

— Hola Takami, quiero hablar con tu esposo — reconoció aquella voz, era All For One.

— Es para ti … — Keigo me acercó el teléfono a Touya.

El pelinegro continuó la llamada, me contaba todo lo que había sucedido a aquel hombre pero no le quitaba la mirada de encima a Keigo quien simplemente se recostó sobre la cama descansando del maltrato que había pasado hace unos segundos.

La llamada duró bastante y Keigo comenzaba a quedarse dormido aunque su cuerpo temblaba, despertó al escuchar que su esposo azotó el teléfono en su lugar y se acercó a él.

— Levántate Takami, tu tiempo de ser el ‘favorito’ terminó, ahora tengo un trabajo importante para ti…