Cap 20.5 | Hermana mayor... P.2

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Mientras avanzaban por el sendero cubierto de sombra en el área boscosa, Gojo observaba la luz filtrarse entre las hojas con una expresión relajada, los documentos apilados en sus manos sin llegar a incomodarlo. Ijichi, caminando a su lado, mantenía el ritmo sin saber bien cómo responder a los comentarios de Gojo.

—Sabes, ser profesor no es algo que me sale natural, —comenzó Gojo, con un tono casual mientras desviaba la mirada hacia su asistente—. Pero, ¿sabes por qué elegí enseñar en nuestra escuela de todas maneras?

Ijichi titubeó, notando que la pregunta requería una respuesta, y asintió levemente antes de responder con una mezcla de duda y formalidad:

—¿Por qué, Gojo-san?

Gojo sonrió, satisfecho.

—Porque tengo un sueño, Ijichi, uno muy claro.

—¿Un sueño? —preguntó Ijichi, sin ocultar la sorpresa.

—Exacto. —Gojo se detuvo un instante, su expresión transformándose en algo más serio, aunque sin perder su habitual tono confiado—. Los mandamases de la hechicería, los altos cargos, ya sabes, son una colección de arcaicos cabezas duras: chapados a la antigua, arrogantes, y más podridos que mandarinas en descuento. Si quisiera, me desharía de ellos en un abrir y cerrar de ojos, pero sería inútil. No resolvería el verdadero problema, solo pondría a otros iguales en el mismo lugar. ¿De qué serviría?

Ijichi asintió, pero se mantuvo en silencio, permitiendo a Gojo continuar.

—Por eso decidí enseñar —dijo Gojo, con una chispa de entusiasmo en su mirada—. Estoy formando una nueva generación, alumnos fuertes e inteligentes que podrían hacer las cosas de una manera diferente. Y el programa "Junior" es el paso más interesante hacia esa visión. Es un grupo distinto, chicos tranquilos, casi inocentes, con buenos valores y talentos ocultos que sus propias familias temen.

Ijichi pareció sorprendido por la mención del programa y su valor.

—Son jóvenes de mucho potencial. —Gojo continuó, bajando un poco el tono—. Estos chicos necesitan un líder que los impulse. Si lo tienen, alcanzarán alturas que hasta ahora hemos visto contadas veces.

Ijichi, procesando las palabras de Gojo, pensó en lo inusual que era escucharle hablar tan claramente de un plan a largo plazo. Aun así, notaba que su superior estaba viendo algo que él no comprendía del todo.

El silencio cayó entre ambos, pero pronto se toparon con Shoko Ieiri, quien caminaba hacia ellos con una carpeta en mano. Gojo se detuvo con una sonrisa.

—Shoko, ¿sabes que eres mi persona favorita cuando traes trabajo hecho? —bromeó, aunque rápidamente se giró hacia Ijichi—. Por cierto, Ijichi; puedes ir dejándolos en mi oficina, que ya los revisaré después.

Ijichi hizo una reverencia y se marchó, dejando a Gojo y Shoko en el sendero.

—Hola, Satoru, —saludó Shoko mientras emprendían el camino juntos—. ¿Cómo va el chico?

—Supongo que bien, —respondió Gojo, ajustando su agarre en los papeles que llevaba—. Ha tenido algunas semanas para prepararse antes de que le tiendan una trampa, pero honestamente, aún le falta. Al menos eso es lo que me ha contado Tadano-kun.

Shoko lo miró de reojo, arqueando una ceja. —Te has ablandado mucho con ese chico, Satoru. Es raro verte así.

Gojo se llevó una mano a la barbilla, fingiendo pensar profundamente. —Supongo que la humildad es una de mis cualidades ocultas, ¿sabes?

Shoko soltó una breve carcajada. —Tus "cualidades ocultas", claro. Lo que también está oculto es que aún no les has dicho a sus compañeros que sigue vivo. ¿Planeas sorprenderlos en el evento conjunto?

Komi-san Can't Exorcise (Komi-san x Jujutsu Kaisen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora