Cap. 21 | ¿Estás bien?

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Al día siguiente, en la entrada de la Preparatoria Itan, Tadano y Itadori se encontraban junto a los casilleros de zapatos, acomodando sus cosas antes de comenzar el día. La mañana era tranquila, y el bullicio habitual de los estudiantes llenaba el pasillo. Ambos chicos intercambiaban sonrisas mientras ajustaban sus zapatos de interior.

—Te noto un poco nervioso —comentó Tadano, observando la expresión de su amigo.

—¿Eh? Ah... ¿yo? Todo tranquilo, en realidad... —Itadori cerró su casillero, intentando parecer despreocupado—. Es solo que... bueno, traté de hablar con Komi por mensaje ayer, pero solo me dejó en visto.

Tadano ladeó la cabeza, pensativo.

—Incluso hablé con Najimi para entender qué ocurría. Pero Komi... bueno, Komi sigue comiendo en los recesos, pero no me dirige la palabra. Es como si estuviera... molesta o algo, pero no sé por qué —explicó Itadori, con una mezcla de frustración y confusión en su expresión.

La voz melódica y tranquila de alguien familiar resonó junto a ellos: —Yo creo que solo estás sobrepensando las cosas. A veces, simplemente no se tiene tiempo para responder.

Itadori giró lentamente hacia el sonido de la voz, y al verla, dio un brinco.

—¡¿Santa madre?! ¿Qué te pasó? —exclamó, con una mezcla de sorpresa y preocupación.

Era Onemine, quien lucía algunos vendajes en la mejilla y una bandita en la nariz, aunque su expresión era relajada y mantenía su característico aire sereno, dando la impresión de estar mejor de lo que cualquiera podría esperar.

Tadano se acercó rápidamente, sus ojos llenos de inquietud.

—¡Ey! ¡¿Tan mal te trataron?! Hablaré con Maki por esto, aunque me termine golpeando... —dijo con firmeza, y en un intento de ayudar, extendió la mano para cargar sus pertenencias.

Onemine sonrió, negando con la cabeza.

—No te preocupes tanto. Solo hubo... un pequeño inconveniente con alguien de otra escuela. Luego te cuento los detalles. —Le guiñó un ojo.

 —En fin, hay que apresurarnos a ir al salón —añadió Onemine con una sonrisa, poniéndose en marcha.

Sin pensarlo, Itadori se apresuró, desapareciendo en segundos de la vista de ambos.

—Date prisa, Hitohito... Ah, y una cosa... —Onemine se detuvo un instante, caminando hacia adelante solo unos pasos antes de girarse y mirarlo por encima del hombro, una pequeña sonrisa jugando en sus labios.

—¿Qué pasa, Onemine? —preguntó Tadano, levantando la mirada, intrigado.

Con una sonrisa juguetona, Onemine se inclinó un poco hacia él, llevándose las manos a los ojos y estirando los párpados para simular una expresión de ojos rasgados.

Tadano abrió los ojos, confuso, mientras una leve risa escapaba de Onemine, que le dirigió una mirada cómplice antes de darse media vuelta, agitándole una mano en despedida.

—¡¿E-Eh?! ¡Espera, qué quieres decir con eso?! 

...

...

El día había comenzado con una calma inusual, una especie de serenidad que envolvía el aula de clases de Itadori. Las lecciones transcurrían con normalidad, y a simple vista todo parecía ir bien: la voz del profesora resonaba rítmicamente en el salón, y los estudiantes atendían en silencio, sumidos en la rutina de sus apuntes y lecturas.

Komi-san Can't Exorcise (Komi-san x Jujutsu Kaisen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora