(Narra Barbi)
Nos quedamos en el coche, paralizadas por lo que acabábamos de ver. Paola salió del Uber y caminó hacia la puerta trasera de la discoteca, tal como habíamos planeado. Todo iba según lo previsto, hasta que, de repente, la puerta se abrió antes de que Paola pudiera siquiera tocarla. Una mano apareció en la penumbra, la agarró del brazo con firmeza y la arrastró hacia adentro.
—¡Dios mío! —exclamó Clara, llevándose una mano a la boca.
—¡¿Qué hacemos?! —preguntó Martina, su voz temblando más de lo que quería admitir.
Intenté mantener la calma, pero mi corazón latía desbocado en mi pecho. Paola había desaparecido en esa oscuridad, y nosotros estábamos atrapadas en el coche, incapaces de hacer nada. Mi primer instinto fue correr tras ella, pero sabíamos que la puerta solo se abría desde dentro.
—Tenemos que pensar —dije, tratando de que mi voz sonara más firme de lo que realmente me sentía—. No podemos entrar por esa puerta. No se abrirá para nosotras.
—¿Y si intentamos llamar? —propuso Clara, aunque su tono no denotaba mucha convicción.
—¿Y qué? ¿Decirles que venimos a rescatar a nuestra amiga secuestrada? —replicó Martina, el sarcasmo cubriendo su miedo.
Sabía que estaban tan asustadas como yo, pero necesitábamos encontrar una solución, y rápido. Miré la puerta, intentando calcular nuestras opciones. Entonces, me vino un pensamiento.
—Chicas... Alex empezó a trabajar esta noche en una discoteca nueva, ¿recordáis? Se llama "Momento". ¿Y si...?
—¿Y si es esta discoteca? —terminó Clara, entendiendo mi idea.
Asentí, sintiendo una chispa de esperanza. Si podíamos encontrar a Alex, tal vez podríamos entrar sin levantar sospechas.
—Vale, vamos a la entrada principal —decidí, sintiendo que era nuestra mejor opción—. Si está allí, podríamos conseguir entrar sin problemas.
Salimos del coche rápidamente, sin perder tiempo. La puerta principal de la discoteca estaba decorada con luces de neón, y una larga cola de personas esperaba su turno para entrar. Pero no había tiempo para colas. Avancé con determinación hacia la entrada, buscando a Alex entre los guardias de seguridad. Mi corazón dio un vuelco cuando lo vi, hablando con otro guardia.
(Narra Paola)
Desde el momento en que crucé la puerta trasera de la discoteca, supe que estaba en un territorio completamente diferente al que conocía. La música que solía resonar desde la pista de baile se escuchaba apenas como un murmullo lejano, y la iluminación era tenue, casi opresiva. El hombre que me había arrastrado adentro era alto y corpulento, vestido con un traje oscuro que lo hacía parecer aún más imponente. No me dirigió la palabra en ningún momento, simplemente me hizo un gesto para que lo siguiera.
El pasillo por el que caminamos estaba decorado con paredes de terciopelo rojo, iluminadas por una luz ámbar que hacía que todo pareciera más oscuro, más clandestino. No era un lugar para clientes habituales, eso estaba claro. El suelo era de mármol negro, pulido hasta brillar, pero cada paso que daba resonaba de manera inquietante en el silencio que nos envolvía.
Caminé tras el hombre, sintiendo que mi corazón latía en mi garganta. Estaba aterrorizada, pero sabía que no podía mostrarlo. Las paredes parecían cerrarse a mi alrededor mientras avanzábamos por lo que parecía un laberinto de pasillos, hasta que finalmente llegamos a una puerta de madera pesada, adornada con detalles dorados.
El hombre abrió la puerta sin esfuerzo y me hizo un gesto para que entrara. Tomé aire profundamente y di un paso adelante. La sala en la que entré era completamente diferente al pasillo lúgubre que acabábamos de dejar atrás. Estaba decorada con un lujo ostentoso, con sofás de cuero negro dispuestos en forma de media luna alrededor de una mesa de mármol blanco. Las paredes estaban cubiertas por un papel pintado dorado con intrincados diseños, y las luces suaves creaban un ambiente casi cálido, si no fuera por la tensión palpable que lo impregnaba todo.
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No podrás olvidarme
Подростковая литератураEn el vibrante y lujoso escenario de Marbella, Bárbara y sus amigas se sumergen en una red de secretos y peligros que amenazan con cambiar sus vidas para siempre. Entre chantajes, una trama ilegal, y encuentros cargados de pasión y erotismo, descubr...
