💠 Capítulo 19 💠

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(Narra Clara)

Después de que Barbi me dejara en casa, subí las escaleras de mi edificio en silencio, los eventos de la noche aún revoloteando en mi mente. Estaba agotada, tanto física como emocionalmente, pero no era algo nuevo. Las últimas noches habían sido un torbellino de emociones y tensiones, y sentía que mi cuerpo estaba al límite.

Al entrar en mi habitación, lo primero que hice fue sacar el teléfono para comprobar los mensajes. La pantalla se iluminó, y fue entonces cuando me di cuenta de algo que me dejó helada. Tomás no me había contestado desde las ocho de la tarde. Normalmente, estaría pegada al teléfono, esperando su respuesta, ansiosa por saber qué estaba haciendo o cómo se sentía. Pero con todo lo que había ocurrido últimamente, me había distraído y no me había dado cuenta de su silencio.

La angustia comenzó a crecer en mi pecho mientras repasaba nuestras últimas conversaciones, buscando alguna señal, alguna pista de por qué no había respondido. Nada. Todo parecía normal hasta que, de repente, el silencio. Intenté llamarlo de nuevo, pero fue directo al buzón de voz. La preocupación se convirtió en un nudo en el estómago.

¿Qué estaba pasando? Tomás nunca hacía esto. Siempre era él quien me enviaba un mensaje de buenas noches, quien se aseguraba de que supiera que estaba pensando en mí. Pero esta vez... algo estaba mal. No podía sacudirme la sensación de que algo había cambiado entre nosotros, algo que no podía identificar, pero que estaba allí, acechando bajo la superficie.

Me tumbé en la cama, mirando el techo, tratando de calmarme. Pero el miedo seguía creciendo, invadiendo cada pensamiento. ¿Y si había algo que no sabía? ¿Y si todo este tiempo había estado engañándome, mintiéndome? No podía soportar la idea, pero tampoco podía ignorarla. Cerré los ojos, intentando encontrar algo de paz, pero solo encontré más dudas. Finalmente, la fatiga me venció, y me sumí en un sueño inquieto, lleno de sombras y preguntas sin respuesta.


(Narra Barbi)

Me encontré con Alex en la Milla de Oro, bajo la luz tenue de las farolas que apenas lograban penetrar la oscuridad de la madrugada. Cuando lo vi, supe que esta conversación sería difícil. Alex estaba casi al borde de las lágrimas, y la furia se reflejaba en cada línea de su rostro. No sabía cómo calmarlo, cómo explicarle lo que había estado pasando.

—¿Por qué me haces esto, Barbi? —dijo, su voz rota por la emoción—. Me han dicho que te vieron besándote con otro. ¿Cómo pudiste?

Tragué saliva, sintiendo la culpa hundirse en mi pecho. No quería hacerle daño, no a Alex, que siempre había estado a mi lado, que había sido un apoyo constante en mi vida. Pero tampoco podía mentirle. No ahora.

—Alex, de verdad lo siento —comencé, mi voz temblando—. Sé que no fue justo para ti, pero... tenemos que hablar de lo que realmente está pasando entre nosotros.

—¿Qué está pasando, Barbi? —me interrumpió, su mirada clavada en la mía, desesperada por respuestas—. Para mí esto no ha sido solo algo físico. Yo... yo pensé que había algo más.

Sus palabras me golpearon como un mazazo. No había sabido que él sentía algo más profundo por mí. Siempre había pensado que lo nuestro era algo casual, una manera de estar juntos sin las complicaciones de una relación seria. Pero ahora veía que había estado equivocada.

—Alex, lo siento tanto... No sabía que sentías eso por mí. De verdad, si lo hubiera sabido...

—¿Qué? ¿No te habrías besado con otro? —espetó, su voz llena de resentimiento.

—No es eso... —intenté explicar, pero su furia me cortó las palabras.

—Entonces, ¿qué es, Barbi? ¿Por qué quieres que esto se acabe? ¿Es por el tipo con el que te besaste? —me lanzó la pregunta como si fuera una daga.

No podrás olvidarme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora