(Narra Massimo)
Cuando salí del baño, todavía con el sabor de los labios de Barbi en los míos, sentí un tirón en mi interior, como si algo se estuviera reconfigurando dentro de mí. Era una sensación que no podía ignorar, y aunque mi primer instinto fue empujarla al fondo de mi mente, sabía que no iba a desaparecer tan fácilmente. Estaba empezando a pillarme por ella, de verdad, y eso me asustaba más de lo que estaba dispuesto a admitir.
Nunca antes había sentido algo tan fuerte por nadie. Había tenido mujeres, sí, muchas. Pero ninguna me había hecho sentir así, como si todo lo demás se desvaneciera cuando estaba con ella, como si el mundo entero dejara de existir. Era algo que no podía controlar, y eso me daba miedo. Pero, al mismo tiempo, me atraía de una manera que no podía resistir.
Mientras estas emociones se arremolinaban en mi mente, algo captó mi atención. Vi a Ruslan caminando entre la multitud, su presencia imponente, como siempre. Una chispa de preocupación se encendió en mi interior. Barbi me había contado todo sobre la situación con Ruslan, pero sabía que había más en juego, algo que ella misma tal vez no sabía. Necesitaba entender qué estaba pasando realmente, qué pretendía Ruslan con todo esto.
Decidido a averiguar más, me dirigí a la zona VIP de la discoteca, donde sabía que Ruslan solía operar. Mientras caminaba, envié un mensaje a uno de mis contactos en el club, un hombre que trabajaba como segurata y que me debía un par de favores. Necesitaba información, y la necesitaba rápido.
—Necesito saber qué está pasando con Ruslan y esas chicas —le escribí, sabiendo que él entendería a qué me refería.
No tardó en responder.
—Es complicado, pero lo puedo averiguar. Dame un rato.
Aproveché ese tiempo para mover algunos hilos. Sabía que tenía que ser discreto, pero también sabía que el dinero era un lenguaje universal que todos entendían. Llamé a un par de contactos más, personas que estaban involucradas en los negocios más turbios de Marbella, y lentamente comencé a juntar las piezas del rompecabezas.
A medida que la información comenzaba a llegar, las cosas se iban aclarando. No todo, pero lo suficiente como para saber que Ruslan estaba metido en algo grande, algo que implicaba no solo la venta de drogas, sino también otras operaciones que no me gustaban ni un pelo. Y lo peor era que Barbi estaba en medio de todo esto. Mi sangre hervía solo de pensarlo, pero sabía que tenía que mantener la calma, ser inteligente.
Mientras tanto, decidí enviarle un mensaje a Barbi para ver cómo estaba. No podía evitar pensar en ella, en lo que habíamos compartido en ese baño. Necesitaba verla de nuevo, estar con ella.
(Narra Paola)
La noche había sido intensa, pero de una manera diferente para mí. Había cumplido con mi cupo de clientes más rápido de lo habitual, y aunque en otro momento habría sentido el peso de lo que estábamos haciendo, esta noche no. Esta noche, todo se sentía diferente. Sabía lo que quería, y una vez que terminé, tomé mi teléfono y envié un mensaje al grupo.
Paola: "Chicas, voy a quedar con Rodrigo ahora. Nos vemos mañana."
Eran alrededor de las cuatro de la mañana, pero no me importaba. Necesitaba verlo, necesitaba saber si todavía había algo entre nosotros, algo que valiera la pena luchar. Rodrigo me había sugerido que nos viéramos en el centro de Marbella, lejos de las discotecas y del ruido. Era una propuesta que me intrigó, así que sin pensarlo demasiado, pedí un Uber y me dirigí hacia allá.
Cuando llegué, lo vi esperándome en una zona bastante apartada, casi desierta a esa hora de la noche. Su figura se recortaba contra las luces tenues de la calle, y por un momento, el corazón me dio un vuelco. Había algo en su postura, en la forma en que me miraba, que me hizo sentir vulnerable, pero al mismo tiempo, extrañamente atraída.
ESTÁS LEYENDO
No podrás olvidarme
Teen FictionEn el vibrante y lujoso escenario de Marbella, Bárbara y sus amigas se sumergen en una red de secretos y peligros que amenazan con cambiar sus vidas para siempre. Entre chantajes, una trama ilegal, y encuentros cargados de pasión y erotismo, descubr...