34. La gran guerra

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Me detuve frente a la puerta de la casa donde me acogieron, el hogar que había dejado atrás por culpa de tantas mentiras. Sentia mi corazón latir con fuerza mientras levantaba la mano para llamar a la puerta. Había pasado unos 3 días desde que me fui dejando a King solo, y ahora debo contarles todo lo que les he ocultado todo este tiempo y explicar por qué tuve que ir con Jaxon, el vampiro que tanto odiaban.

Tome una profunda respiración y toque la puerta. Cada golpe resonaba con un eco de incertidumbre y temor. Pasaron unos segundos que parecieron eternos hasta que la puerta se abrió, revelando el rostro sorprendido de Keira. Pudo ver una mezcla de alivio y confusión en sus ojos cuando me vio.

—¿Max?— susurró, apenas creyendo lo que veía.

—Sí, soy yo.— Mi voz temblaba ligeramente mientras daba un paso hacia adelante.

King parece haber escuchado mi voz por qué corriendo aparece detrás de Keira y se abalanza hacía mi. Yo lo cargo y lo envuelvo en un cálido abrazo mientras le pido perdón. Keira no se queda atrás y también se une a este abrazo. siento las lágrimas acumulándose en mis ojos. Pero pronto, nos separamos cuando escuchamos una voz llamandome confundida al verme aquí.

—¿Máx?

Mierda Axel, lo siento tantísimo. No esperaba nada viniendo de él después de lo que les he echo pero se acerca corriendo a mi y empieza a comprobar mi estado con suma preocupación.

—¿Dónde has estado? ¿Por qué te fuiste sin decir nada? Y... ¿por qué estabas con él?

miró a mi alrededor, viendo a su Keira, a King y a Axel preocupados por mi a un cuando ya saben que he mentido. Todos tenían la misma mirada de asombro y desconfianza pero no por mi, si no por Jaxon que estaba detrás mía apoyado en un árbol. Tragó saliva y decidió empezar desde el principio.

—Primero de todo que creo que ya sabéis es que no soy un dragón. Soy humana —comienzo fuerte, intentando mantener la calma. —Necesitaba encontrar la amatista para volver pero yo sola no podría necesitaba ayuda pero con King necesitándola también y yo sin daros explicaciones no me ayudariais. Mi plan era horrible, soy consciente, quería quitaros la amatista para volver a mi mundo y preocuparme después de como conseguir una amatista de mi mundo para traerla. Un plan super egoísta de mi parte, pero estaba desesperada y más cuando mi mejor amiga seguía aquí y podría estar muerta.

Tomo aire un momento mientras espero que analicen todo lo que llevo de momento porque por desgracia a un queda más por culpa de mi egoísmo.

—¿Acaso pensaste que no te ayudaríamos si nos hubieras dicho que eras humana? ¿Piensas que somos unos monstruos? — Habla Axel con voz grave y el ceño fruncido.

—Si la amatista era tu última esperanza te la hubiera dado sin problema, Max —Dice King

—Perdon...

— Podríamos haberte ayudado Max. —Dice Keira

—Pero no, mejor mentirnos y aprovecharte de nosotros —Dice Axel ligeramente molesto— Y como nosotros ya no te servimos te vas con ese —Señala a Jaxon y este ni se inmuta.

—Ese tiene un nombre—Defiendo yo a Jaxon por qué este no lo hace y no se merece ser tratado así —Es Jaxon y no es el villano de la historia.

—Por que tú lo digas.

—Por que es asi

—¡El empezó una jodida guerra! ¡El mato a mi especie!

—¡Tu especie se lo busco! ¡El provocó una guerra para evitar otra más grande por culpa de tú especie! —Le interrumpo

AmethystDonde viven las historias. Descúbrelo ahora