2.Que miedito

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Nos sentamos los cuatro formando un círculo y nos miramos esperando que alguien empiece a hablar de lo que vamos hacer esta noche. Venus toma la iniciativa y comienza a hablar

—Haber, por mucho que me guste comer creo que es mejor empezar con una pequeña presentación de lo que nos hemos disfrazado —. Propone Venus

—EMPIEZO YO —. Me levanto de un saludo ilusionada luciendo mi hermoso vestido gótico antiguo —Soy una hermosa vampira con 197 años—. Respondo orgullosa con una sonrisa en la cara.

Todos comienzan a reír. ¿El por qué? no lo sé. Hasta que Ken habla

—Pero bueno abuela siéntate no des esos saltos—. Después de entender ese comentario burlesco vuelve a mearse de la risa y gracias a este comentario hace que Alan empiece a llorar de risa y que a Venus le falte la respiración.

—Que graciosos, los vampiros son inmortales y esta edad es como si tuviesen 18. Como tú idiota. — Me defiendo y le recalco a Alan que en teoría tendría los mismos años que él.
Me siento sacándole el dedo del medio y ahora él se levanta

—Yo creo que es más que obvio que soy un esqueleto—. Dice enseñando su traje y su cara pintada de blanco.
Alan es africano así que para su maquillaje solo ha utilizado pintura blanca y tengo que decir que el maquillaje está genial, lo ha hecho bastante realista para haber utilizado solo un color. También llevaba un mono negro y en él estaba pintado huesos también de color blanco.

—Puedes encontrar ese disfraz por cualquier lado, ¿Para que lo has pintado tú mismo?—. Pregunta Ken al darse cuenta que lo ha pintado el mismo el disfraz

—¿Si lo compro que gracia tiene? Es mejor hacerlo—. Dice orgulloso de su disfraz para acto seguido sentarse y que Ken se levante poniendo una sonrisa macabra y apuntando cosas en un cuaderno que ponía "death note"

—Ese lo conozco —. Comento captando su atención y haciendo que Ken me vea con una sonrisa esperando que me acuerde de su nombre. Él sabe que se quién es, ya que me obligó a ver una serie de anime con él. Digamos que Ken es bastante friki con el tema de los animes. Haber, es japonés y en su país es normal saberse muchos animes, pero con todos los que se sabe este chico seguro que en Japón también sería considerado friki del manga.

—Se me ha olvidado como se llamaba, pero me acuerdo del anime y del nombre de la chica. Algo es algo —. Ken se deprime al escuchar salir eso de mi boca y me contesta

—Me alegro de haber apuntado tu nombre ahora mismo —. Sonríe para después lanzarme el dedo del medio y sacarme la lengua. Como no, yo le respondí con lo mismo. Se nota que nos queremos en mi grupo de amigos.

—Soy Kira, un asesino que si escribe el nombre de una persona en este cuaderno muere —. Explica para que Venus y Alan entiendan el contexto de por qué me había dicho que me ha escrito en su cuaderno.

Una vez que ha terminado de explicar un poco de contexto del anime y hallamos discutido por qué bando somos (team L por siempre). Se sienta para que ahora Venus se levante y de una vuelta luciendo su disfraz. Ella lleva un vestido corto que le marca muy bien su cintura y sus pechos, la falda del vestido está cortada como si estuviese rota, lleva un cinturón con una estrella satánica en el medio, también lleva un gorro de bruja que le queda 10/10 y cubre sus piernas con unas medias finitas de color negro. Ah y unas botas bastante altas y con bastante tacón para mi gusto.

—Soy una hermosa bruja —. Dice con una sonrisa en su rostro y a la vez que da otra vuelta yo aprovecho y le silbo.

—Oye, ¿pero las brujas no tienen el pelo negro? Desde cuándo las brujas son pelirrojas —. Se burla Alan de ella a lo que Venus le agarra de su pelo corto rizado y empieza a tirar de él. —AHHHH. QUITARMELA DE ENCIMA —. Grita Alan intentando zafarse de su agarre mientras que Ken y yo nos partimos de risa al ver tal escena.

Ya terminado ese acto de tortura por parte de Venus hacia Alan alzo la vista hacia Venus para darle un cumplido a su disfraz.

—Eres una auténtica bruja —. Le digo con una sonrisa alegre en mi rostro consiguiendo que ella me la devuelva.

—Si, como tu abuela. Oye hablando de tu abuela —. Menciona Venus cambiando de tema y haciendo que la mire con una expresión de "¿Qué?"
—¿Has traído la amatista de tu abuela? La que te pedí —. Me pregunta con mucha curiosidad y ansiosa por mi respuesta

—Es verdad, la piedra. Si la he traído, la he guardado en la mochila. Voy a por ella

Veo como sus ojos azules cielo se le iluminan, le debe gustar bastante esa piedra. Acto seguido me levanto para ir hacia la mochila, abrirla y sacar de ella la piedra que tanto le gusta a Venus. Una vez la piedra en mis manos me acerco hacia Venus, que tiene la mirada perdida en la piedra.

—Venus por favor el lunes la quiero de vuelta. No sabes lo que me ha costado quitársela a mi abuela y además le tiene un cariño enorme. Así que por favor mucho cuidado—. Le aviso seria y acabó depositándola en sus manos a lo que su sonrisa aumenta y me agradece.

Terminado está presentación de disfraces y el haberle prestado la piedra de mi abuela a Venus. Empezamos a sacar comida y bebidas para comenzar con nuestra mini fiesta de Halloween.
Eran las 12:43 de la noche, desde que habíamos empezado con nuestra mini juerga y nuestras historias de terror Venus estaba cada dos por tres leyendo un poco de un libro que se había traído. No me ha parecido extraño ya que creo que estaba buscando una historia de terror para ahora después. Hasta que se ha ido a dentro de la casa con el libro y la piedra. Eso ya si se me ha hecho extraño, he acabado cogiendo mi móvil con la linterna y he pasado a buscarla por la casa. Es una casa no tan antigua pero si se nota que no se ha limpiado desde hace años, hay telarañas por todas partes, un montón de polvo, pocos muebles llenos de mantas...
Dejo de fijarme detalladamente en las cosas de la casa ya que cada vez me entra más miedo. Oigo como se abre una puerta por la parte de arriba por lo que subo con cuidado estás escaleras de madera podrida, no me extrañaría que en cualquier momento se rompiese alguna escalera.

Ya en el segundo piso observó el pasillo acogedor y tenebroso decorado con algún que otro cuadro y espejo. Al final del pasillo hay una puerta cerrada mientras que las demás puertas (para ser más específicos 4 puertas 2 dos en cada lado) están abiertas. Conforme avanzo despacio llegó a la primera que estaba a la izquierda y me asomo un poco, al ver que no está Venus no pongo atención en lo que hay en la habitación ya que no me interesa y me dirijo a la de la derecha que está a dos pasos más adelante de la otra. Vuelvo para asomarme y nada solo una habitación con libros y más cosas insignificantes que no requieren atención. Miro las últimas dos puertas que estaban abiertas y al ver que no hay rastro de Venus en ellas sigo para adelante hasta quedar enfrente de la puerta cerrada. Por un momento siento que algo dentro de mi me está diciendo que no la habrá, es algo que nunca me había pasado, es como que algo dentro de mí me dice que no pase pero a la vez que si pase. Cosa que esto que está pasando no está ayudando en nada a si que me decido por tocar despacio el pomo de la puerta agarrarlo y a la de tres abrir

—1... 2... Y... 3 —. Abro la puerta y veo algo bastante creepy. Es Venus con los ojos en blanco repitiendo una frase sentada en medio de la habitación donde hay una especie de ¿estrella satánica? Ni puta idea pero los libros de las estanterías temblaban y el fuego de las velas alrededor de Venus se hacía cada vez más grande. Venus seguía repitiendo unas palabras mientras tenía en su mano la piedra de mi abuela que le he prestado. Me acerco a ella con miedo de que le pase algo y meto un pie en la estrella, unos segundos después meto el otro para estar dentro de la estrella, que espero sinceramente que no esté pintada con sangre a un que tiene pinta. Dentro de la estrella de repente la voz que sentía dentro de mí que me decía con susurros que me alejase, ahora me grita que corra. Esto me aterra pero no puedo dejar a Venus aquí tirada. La observó detenidamente y optó por la primera opción que se me pasa por la cabeza, quitarle la piedra. Me arrodilló ante ella y la miro con terror. Después de esto dirijo mi mirada a la piedra y voy a cogerla, pero cuando la tocó siento que al segundo mi vista se ha vuelto negra y dejó de escuchar la voz que me decía que huyera. Ya ni veo ni escucho nada. Simplemente me dejó llevar por el silencio y la oscuridad.

AmethystDonde viven las historias. Descúbrelo ahora