31. Misión suicida

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Queda poco... Hoy la mañana y la tarde a sido intensa, he podido conocer un poco más a los del equipo, pero no estoy tan cómoda como cuando estoy con los míos. Me siento insuficiente aquí, nadie me presta atención cuando hablo básicamente ignoran mi existencia. También noto como no les importo y que no les caigo muy bien a excepción de Jaxon, no nos hemos vuelto a dirigir la palabra en todo el día pero cuando hablaba me prestaba atención, estaba a mi lado siempre y prestaba atención a que yo estuviera bien.

Ahora mismo me encontraba sentada en la cama de donde estoy ahora temporalmente viendo el mapa del castillo donde están los dragones mientras repaso el plan, con el que no estoy del todo convencida. Pero la puerta de abre y me saca de mis pensamientos. Dirijo mi mirada hacia ella pudiendo ver entrar a Jaxon con una taza.

—¿Quieres? —Me ofrece la taza caliente que supongo que será leche de algún ser extraño.

—¿Esto es?

—Leche de Alunvora, más conocida como "lágrimas de Luna"

Miro dentro de la taza y veo la leche platina y brillante, parece tener una textura un poco más espesa que la leche de vaca normal y corriente. Tomo un pequeño sorbo, al beberla, se percibe un sabor dulce con toques de miel y vainilla, seguido de un regusto refrescante que recuerda a la menta. No está mala, de echo me gusta bastante.

—Esta bastante rica.

—Es para que puedas dormir bien—Dice —tiene propiedades mágicas, revitaliza el cansado y proporcionar una sensación de paz y bienestar. Para que descanses. H
—Explica y por un momento siento una pequeña sensación de calidez en el pecho—Mañana es un día importante, debes descansar bien.

—Tienes razón. Gracias.

—No hay de que.

La habitación se queda en silencio durante unos pequeños minutos hasta que Jaxon por fin rompe este silencio incómodo que se forma.

—No estás de acuerdo con lo que vamos a hacer, cierto?

—Colarnos es muy arriesgado.

—Ya, pero la otra opción es confiar en Axel y no es la mejor para mí.

—¿Y si sale mal?

—Haremos lo que propones. Pero intenta que no salga mal. Por qué no quiero perder a nadie.

—Esta bien, tranquilo. Gracias por las lágrimas de lunas estás —Le agradezco

—Le has dicho Lágrimas de luna porque no sabes cómo decir Alunvora. ¿Cierto? —Cuando me pregunta esto con una sonrisa yo pongo una en mi rostro.

—Me has pillado.

Nos damos las buenas noches y parece que la leche si hace efecto por qué estoy más calmada, o eso o que Jaxon haya bromeado conmigo ha servido bastante para relajar mis nervios.

El tenue resplandor del amanecer apenas iluminaba mi habitación, pero ya podía sentir la tensión en mis músculos y el nudo en mi estómago. Hoy era el día en que  intentaríamos colarnos en el legendario castillo de los dragones. Había dormido muy bien gracias a la leche extraña que me dio Jaxon pero ahora mismo noto como el efecto se ha ido por completo y mi nerviosismo me consume un montón. Me levanté de l cama y me mire en el espejo diciéndome a mí misma que todo saldría bien sin embargo, el nerviosismo persistía. Era una misión peligrosa y cualquier error podría ser fatal.

Me vesti con la ropa de cuero ajustada que Jaxon me había dejado, diseñada para permitirme moverme silenciosamente y con agilidad. Mientras aseguraba mi cinturón de herramientas, mis dedos temblaban ligeramente. Pero un ligero golpe en la puerta me saco de mis pensamientos.

—Es la hora —Me dice Lyra.

—Lo se. —respondo saliendo con ella de la habitación.

Andamos hasta la sala donde estaban los demás. Los fantasmas hablaban entre ellos recordándose el papel que tenían que hacer dentro de unos minutos. Jaxon  dirigió su mirada hacia nosotras cuando entramos y se levantó de la silla.

—¿Nos vamos ya?

Todos asentimos y nos fuimos hacia la ciudad de los dragones. Me quedo fascinada por lo bonito que es. Un valle rodeado de altas montañas. El paisaje está dominado por una exuberante vegetación, con ríos cristalinos y lagos de aguas profundas que reflejan el cielo azul. A pesar de su belleza natural, lo que realmente destaca son los dragones, criaturas majestuosas que vuelan por los cielos y se posan en los riscos y acantilados. Me figo en las viviendas, construidas principalmente de madera y piedra, están diseñadas para ser funcionales y cómodas. Tienen techos altos y chimeneas grandes para ofrecer calidez durante las frías noches. Las calles de la ciudad son adoquinadas y están flanqueadas por faroles que emiten una luz suave, creando una atmósfera acogedora.

Esto me parece maravilloso pero mientras veo como un dragón vuela hacia la montaña que hay arriba de este pueblo veo como la puerta es enorme y entra por ella. El castillo de los dragones se eleva imponente, Construido con piedra negra y adornado con estatuas y relieves que representan dragones en diferentes poses, sus torres se alzan hacia el cielo, ofreciendo vistas panorámicas del valle y más allá. Las murallas son robustas y están cubiertas de musgo, dándole un aspecto antiguo y venerable que en mi opinión es precioso.

No puedo seguir apreciando este hermoso lugar por qué la voz irritante de Lyra me saca de mis pensamientos.

—Jaxon ¿La poción de invisibilidad nos la tomamos ahora o cuando estemos arriba? —Pregunta sacando unos fresquitos de su bolsillo.

—Mejor ahora y subimos sin que nadie se de cuenta.

Todos asentimos y Lyra nos reparte los fresquitos a cada uno menos a los hermanos fantasmas.

—Os recuerdo que solo duran 1 hora. Tenemos que hacerlo más rápido posible.

Todos asentimos y nos ponemos en marcha.

Nos bebemos rápido la poción al tomar el primer sorbo, se percibe una frescura casi helada, similar a la menta pero con un toque más etéreo, como si se bebiera el aire frío de una madrugada de invierno. Esta frescura inicial da paso a un sabor delicadamente amargo.A medida que la poción se desliza por la garganta, se siente una ligera efervescencia, como si pequeñas burbujas estallaran suavemente en la lengua. El sabor amargo se mezcla con una dulzura sutil y flora.

Y cuando ya somos totalmente invisibles para todos menos entre nosotros y los fantasmas empezamos a la acción. Primero esperamos a que llegue un dragón para colarnos a la vez y por suerte llega bastante pronto. Los fantasmas flotan hacia el castillo mientras que Lyra y yo nos sujetamos a cada lado de Jaxon para que el en unos segundos llegue volando hasta la puerta. Entramos a la vez que el dragón. Nos quedamos en el patio enorme donde el dragón se transforma en humano y vamos a si lado para meternos por la puerta que está custodiada por guardias. Por fin estamos dentro.

—Por aquí —Nos susurra Jaxon y le hacemos caso ya que el es quien se ha memorizado el mapa.

Llegamos a nuestra primera "prueba" por a si decirlo. Es la puerta por la que entraremos a dentro del castillo donde ya solo se permite personal autorizado. Hasta ahora aquí podríamos estar sin habernos colado pero una vez que pasemos esa puerta ya oficialmente nos habremos colado. Jaxon actúa noqueando al guardia de seguridad dejándolo en un segundo y sin hacer ningún ruido. Lyra mientras tanto con su varita quita un ladrillo por el que paso con mucha agilidad. 
Lo bueno de ser pequeña y ágil.

—Rapido Max—Me dicen desde el otro lado esperando a que consiga abrir la puerta desde el otro lado y eso hago

De mi bolsillo saco una hoja con una runa de muchas que me ha dado Lyra y la coloco en el pomo de la puerta la cual se abre.

—Vamos a hacer esto cuanto antes por qué me tiemblan las piernas.— Dicho esto ambos pasan.

—Solo falta una última puerta con hechizo, las demás no tienen nada de magia.

—¿Esa puerta es la de la oficina del rey?

—Exacto—Me confirma Jaxon. —Y a partir de ahora hay más guardias.

AmethystDonde viven las historias. Descúbrelo ahora