Llegamos al lugar en el que quedamos antes de que nos infiltraramos entre los invitados. Axel iba guapísimos hay que decir pero nada comparado a los hermosos vestidos de Skye y Violet que las representaban tanto. El de Skye parece la reina de la naturaleza. Está confeccionado en tonos verdes, con un corsé adornado por enredaderas y hojas que parecen crecer desde la cintura. La falda está formada por capas de hojas que caen en picos, dando la impresión de un vestido hecho directamente de un bosque encantado. Las mangas son transparentes y ligeras, complementando el aspecto etéreo del conjunto. Además, el diseño incluye detalles como una cinta decorativa en la espalda y brazaletes, todo siguiendo el tema de la naturaleza.Mientras que el de Violet tiene un aire fluido y elegante, compuesto de telas ligeras en tonos azules que recuerdan al movimiento del agua. La parte superior está asimétricamente envuelta, adornada con un broche turquesa en el centro. Cadenas doradas cruzan el torso y la cadera, añadiendo un toque de brillo. La falda, también en capas fluidas, se mueve con gracia al caminar, como si estuviera hecha de ondas. Complementando el conjunto, la joyería dorada y los brazaletes en brazos y tobillos refuerzan el tema acuático y etéreo del atuendo.
Admirando los hermosos vestidos de mis amigos mientras que esperábamos al último que faltaba por llegar, Jaxon.
Jaxon emergió de las sombras con su habitual aire enigmático, pero esta vez algo en su apariencia me dejó sin palabras. Vestido con un traje negro impecable, el vampiro parecía sacado de una gala de la alta sociedad, y su usual actitud sombría se veía acompañada por una elegancia inesperada. El traje ceñido realzaba su figura y había algo en su porte que lo hacía parecer aún más intimidante… y atractivo.
¿Desde cuándo un vampiro podía verse tan... deslumbrante?
Intenté recomponerme, pero mi mente seguía yendo a esa sonrisa arrogante y esos ojos que parecían capaces de leerme los pensamientos. Venga, Max, concéntrate, me dije a mí misma, pero era inútil. Jaxon tenía algo… algo que me desconcertaba y que no podía dejar de atraerme. Y justo ahora, viéndolo así, tan diferente a lo que estaba acostumbrada, sentí que había un lado de él que no conocía del todo. Y, maldita sea, quería conocerlo.
—Vaya, Jaxon, ¿quién diría que sabías vestirte así? —le dije, intentando sonar casual, pero mi voz llevaba un toque de diversión.
Él arqueó una ceja, esa sonrisa pícara que siempre parecía tener a flor de piel asomando en sus labios.
—¿Te sorprende? —respondió con ese tono suave y encantador que utilizaba cuando sabía que tenía el control de la situación.
Rodé los ojos, aunque no pude evitar sonreír.
—Un poco. No esperaba verte tan… elegante —dije, aunque mi sonrisa se amplió ligeramente.
Jaxon dio un paso hacia mí, su mirada penetrante nunca alejándose de la mía. Podía sentir el aire entre nosotros volviéndose más denso.
—No soy solo apariencia, Max —dijo en voz baja, inclinándose un poco hacia mí—. Pero puedo intentar impresionarte si lo deseas.
Sentí cómo el calor subía a mis mejillas, y por un momento, olvidé el caos que nos rodeaba. Tontear con Jaxon podía ser peligroso, pero no podía negar lo entretenido que era.
—Ya veremos si logras hacerlo —le respondí, intentando mantener la compostura.
El momento en que cruzamos las puertas del salón, sentí cómo el ambiente se congelaba por un instante. La fiesta de los dragones estaba en su apogeo, con nobles y guerreros compartiendo risas y bebida en una atmósfera cargada de poder. Todo parecía transcurrir con normalidad, hasta que las miradas comenzaron a girarse hacia nosotros, o más específicamente, hacia Jaxon.
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Amethyst
خيال (فانتازيا)Cada mentira que dices, es una deuda que tarde o temprano tendrás que pagar En la noche de Halloween, un grupo de amigos decide reunirse para disfrutar de una velada de diversión y escalofríos. Sin embargo, cuando Max sigue a su amiga a través de...