Todo el mundo pensaría que la vida de Tony Stark era perfecta, ¿verdad? Pues lo había sido, hasta hace unos meses. Tenía todo lo que cualquier persona podría desear: una empresa exitosa, un lugar en los grupos de héroes más poderosos del mundo, y la reputación del hombre más inteligente de Nueva York. Además, era el esposo del gran Capitán América y padre adoptivo de dos adolescentes gemelos de 15 años, Peter y Pamela, jóvenes héroes en entrenamiento que le daban una razón más para levantarse cada mañana.
Todo parecía ir genial, un sueño hecho realidad. Sin embargo, esa apariencia de perfección empezaba a desmoronarse. La vida, que antes había sido un brillante ejemplo de éxito y estabilidad, ahora se enfrentaba a desafíos inesperados y complicaciones que ni siquiera Tony Stark, con toda su inteligencia y recursos, había anticipado, pero a la que si podia darle un nombre Bucky Barnes.
Ese había sido el punto de ruptura en su relación, aunque ni Tony ni Steve estaban dispuestos a admitirlo en ese momento. Las pequeñas discusiones entre ellos se convirtieron en un constante tira y afloja, cada vez más intenso. Tony entendía que, como amigo, Steve quería protegerle después de tanto tiempo, pero sabía que, en su estado actual, él mismo era una amenaza.
La tensión acumulada estalló cuando Tony tomó la decisión de ordenar la captura de Bucky Barnes. Esta decisión, que él consideraba necesaria para mantener la seguridad tanto de la gente como de el mismo, fue la ruptura definitiva. Steve, quien había estado luchando para proteger sus principios, vio la orden como una traición a su confianza y a su amor. Aunque Tony hubiera deseado que esa pelea no hubiera separado también a sus hijos que eran tan unidos.
Le dolió, claro que le dolió. Pelear en aquel aeropuerto contra su esposo y su hija fue un golpe devastador. Ver a Peter, el joven que había adoptado como su propio hijo, enfrentarse a su propia familia, le desgarró el corazón. La pelea no solo lo afectó a él, sino que fue el punto de quiebre de su familia y de sí mismo.
Cada golpe y cada grito en aquel enfrentamiento se sentían como puñaladas en su alma. La realidad de lo que estaba ocurriendo se asentó con una crudeza dolorosa: la familia que había construido, el sueño que había intentado proteger, estaba desmoronándose ante sus propios ojos.
Y de ahí solo fue de mal en peor, escaparon, quedo herido tanto fiisca como emocionalmente, Su mejor amigo, Rhodes, había quedado conmovido gravemente en su cuerpo al intentar ayudarle, perdiendo la movilidad en sus piernas. La sensación de impotencia y culpa que sentía al ver a Rhodes sufrir por su causa era casi insoportable. La traición de Natasha, a quien había considerado una amiga cercana, se sumó al dolor. Ella se había unido a Steve y sus aliados, dejándolo a él y a su equipo en una posición aún más vulnerable.
El verdadero punto de quiebre final fue esa maldita pelea en Siberia. Tony, consumido por la furia, iba a maldecir a Zemo hasta el último de sus días. Había visto, con una claridad tortuosa, a sus padres ser asesinados por el hombre al que su esposo protegía. La imagen de sus padres muriendo a manos de ese monstruo se había grabado en su mente, y el dolor era inmenso.
Miró a Steve con el alma en pedazos, y en sus ojos, lo que vio fue una traición más profunda que cualquier herida física. Lo sabía, el maldito lo sabía todo el tiempo, y no se lo había dicho. La traición y la ruptura de su matrimonio, si es que algo quedaba de él, añadieron más dolor a una situación ya desoladora.
La ira lo consumía; era comprensible, estaba destrozado. Pero nunca esperó que el hombre al que había jurado proteger, frente a su familia, amigos, compañeros y hasta frente a Dios mismo, fuera casi asesinado por el escudo que su propio padre había hecho. El escudo, símbolo de confianza y lealtad, se convirtió en el arma que casi le quita la vida. La traición y la herida física eran el último golpe a una relación que ya estaba hecha añicos.
Ellos se fueron. Tony no tenía las fuerzas para volver a levantarse. Su reactor estaba hecho pedazos. Había logrado contactar con Vision, y lo único que le quedaba era esperar, esperar a que lo rescataran. La sangre de su pecho y otras heridas comenzaban a caer de la armadura. Podía sentir los fragmentos del reactor clavarse cada vez más fuerte en su pecho. En su estado de desesperación y agotamiento, solo podía aferrarse a la esperanza de que Vision llegara a tiempo. La oscuridad se cernía sobre él, y el frío que lo envolvía era tanto físico como emocional. Sin más fuerzas para resistir, Tony se permitió perderse en el dolor, esperando que la ayuda llegara antes de que todo se desmoronara por completo.
Y mientras lo buscaban una explosión de energia celeste llamo la atencion de los soldados de SHIELD que lo buscaban, encontraron su cuerpo inerte en aqueo almacem rezando que no estuviera muerto, pero a como se sentia preferiria estarlo.
ESTÁS LEYENDO
¿Por qué volveria a ser Ironman?
Science Fiction-Nadie quiere confiar en un débil.. La frase resonaba en su mente mientras observaba su reflejo en la ventana del hospital. En el cristal, veía una imagen de vulnerabilidad que no podía reconciliar con su identidad. La ciudad de Nueva York se extend...