Era verdad que más de una vez había deseado dispararle a Fury, no iba a ocultarlo, pero esto había sido inesperado incluso para él. No podía entender cómo había salido esa descarga de su mano, y cuando se lo mostró al resto del equipo, Peter fue el más emocionado.
—¡Son como mis telarañas! —dijo Peter, con una sonrisa de oreja a oreja.
—Sí, Peter, aunque eso no me lo esperaba sinceramente. Pero ya podemos añadir otra cosa más a la lista de poderes raros —respondió Tony
—Yo me encargo —dijo Peter con entusiasmo, sacando su libreta.
Esa tarde, Tony se recostó en su habitación, todavía pensando en lo que su brazo había hecho. Aún le resultaba difícil de creer. Cerró los ojos, consciente de que las malditas pesadillas, su tortura de cada noche, no tardarían en aparecer. Los calmantes le ayudaban, pero no quería sentirse drogado solo para estar tranquilo.
Finalmente, se quedó dormido, y su sueño fue extraño, casi surrealista. Se sentía como si estuviera flotando en el espacio, rodeado de un vacío oscuro y silencioso. De repente, todos los recuerdos lo golpearon de una sola vez, como un torrente imparable. Era demasiado para él. Revivía el inicio de las peleas, los desacuerdos que lo separaron de los demás, las noches en soledad, las duras palabras de Steve, el dolor del abandono, la pelea en el aeropuerto, el adiós a su hija, la fría realidad de Siberia, el reactor, el hospital, y su transformación.
Cada escena pasaba una y otra vez, en un bucle sin fin, como si estuviera atrapado en un ciclo interminable de dolor. No entendía qué estaba sucediendo, pero la intensidad de los recuerdos hacía que su cabeza doliera como nunca antes. Se desperto de golpe sin entender nada, lo ultimo que vio fue una figura frente a el antes de que la misma le diera un golpe en la cabeza dejandolo inconsiente.
En el corazón del palacio de Wakanda, el Rey se encontraba en una sala amplia y decorada con ricos tapices, sentado junto a los renegados. La atmósfera era tensa, y aunque la conversación giraba en torno a los próximos pasos que debían tomar, todos parecían estar en otro lugar, atrapados en sus propios pensamientos.
Pamela, sentada al lado de Steve, mantenía la mirada baja, sus manos apretadas en su regazo mientras trataba de mantenerse firme. Steve y Natasha intercambiaban miradas preocupadas, conscientes de lo delicado de la situación, no solo para ellos, sino especialmente para Pamela.
De repente, la puerta de la sala se abrió, y Shuri entró, su rostro una mezcla de resignación y disgusto. Cumpliendo a regañadientes la orden de su hermano, se dirigió al centro de la habitación con un dispositivo en la mano.
—Hermano, como solicitaste, traigo las últimas noticias de Estados Unidos —dijo Shuri, con un tono que apenas disimulaba su frustración.
T'Challa asintió, agradeciendo a su hermana con la mirada. Los renegados tensaron sus cuerpos, conscientes de que lo que estaban a punto de ver no sería fácil de digerir. Shuri activó el dispositivo, y una pantalla holográfica apareció en el centro de la sala. La transmisión comenzó con un breve informe proporcionado por SHIELD, que rápidamente dio paso a un video corto pero desgarrador. La pantalla mostró a un grupo de soldados sacando el cuerpo moribundo de Tony Stark de un almacén en Siberia. Su traje destrozado, su cuerpo cubierto de sangre, colgaba inerte mientras lo transportaban a una camilla. La imagen capturaba cada detalle.
Pamela, al ver a su padre en ese estado, sintió como si el mundo se desmoronara a su alrededor. Sus labios temblaron, y sus ojos se llenaron de lágrimas. Steve, al notar su reacción, intentó acercarse para consolarla, pero Pamela se mantuvo inmóvil, atrapada por el horror de la imagen. Un silencio sepulcral se apoderó de la sala. Los renegados no podían apartar la vista de la pantalla, cada uno enfrentando la dura realidad de lo que habían hecho, y del sufrimiento que Tony había soportado. Steve apretó los puños con fuerza, su rostro reflejando una mezcla de culpa y dolor.
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¿Por qué volveria a ser Ironman?
Science Fiction-Nadie quiere confiar en un débil.. La frase resonaba en su mente mientras observaba su reflejo en la ventana del hospital. En el cristal, veía una imagen de vulnerabilidad que no podía reconciliar con su identidad. La ciudad de Nueva York se extend...